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Lamento enormemente la tardanza, no ha sido mi tiempo específicamente y escribir se ha convertido en un dilema 'técnico'. Pero bueno, espero de verdad poder subir un nuevo capítulo en el transcurso de esta semana. sin más que decir, gracias a los que aún leen esto, y disfruten el capítulo. 

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Los pasos resonaron en la casi vacía habitación, los zapatos mullidos no provocando tanto ruido pero siendo lo suficientemente elevado como para llamar la atención "Vas a tener que quedarte aquí un par de horas más" la voz de la mujer estaba siendo pastosa, pesada, demasiado lenta

"¿Marcharon?" el murmullo evocado por aquella voz salió bajo, adolorido, lleno de zozobra, el desasosiego abarcando todo de sí, las lágrimas inundando y convirtiendo en bravío el mar de su mirada pero desbordando por la playa de sus mejillas.

Podía sentirlo. Él estaba siendo consciente de aquello.

El padecimiento no era nada nimio, su parte animal pereciendo a causa del dolor que la traición generaba.

El corazón haciéndose añicos en su pecho. Desquebrajándose en su interior. Rompiéndolo por completo. Los vestigios lacerando de descomunal manera cada centímetro de su ser.

La desolación abarcándolo por completo, fragmentándolo lenta y tortuosamente.

Pero no lo permitiría, no iba a ahogarse, no iba a permitir que ellos le volvieran todo una miseria, no iba a rendirse, él era fuerte, podía con eso y mucho más.

Alfa.

Su parte omega sollozó altamente, dejándose caer, implorando por un llamado, una explicación.

Que todo sea una mentira.

¡Un sueño!

Pero su razón se enteraba de la realidad, y aunque la desesperación le llenaba de pánico no estaba dispuesto a dejarse derrotar por lo que su omega estaba padeciendo, él iba a aguantarlo.

¡Podía!

Era una fuerte persona. Ya lo había logrado antes, podía ahora, podía con ello, no era diferente, no podía serlo.

Pero si lo era.

¡Lo era a plenitud!

Y no era fuerte.

No lo suficiente.

Y lo supo solo en el momento en el que dedos delgados, cálidos, tan suaves le acariciaban las mejillas de la más delicada manera, mojándole en otras partes cuando le limpiaba las lágrimas.

Cuando vio borrosamente el rostro de su madre, la visión nublada por la incontenible tormenta que se desbordaba furiosamente, rodando por sus mejillas como las aguas del Niágara caían en esplendorosas cataratas.

Se dio cuenta de la inevitable verdad.

Porque él no era fuerte. Porque él no podía. Porque en el preciso momento en el que los afables brazos de su madre lo envolvieron en sus brazos él no pudo contener los sollozos que lo desarmaron, sacudiéndose y temblando entre los brazos de la mujer que por él daría su vida, rogando por poder ser fuerte, añorando poder llevar las cosas. Sabiendo de la más lastimosa manera que no podía, que solo conseguiría fingir sonrisas frente a su pequeña niña. Porque sabía que no podía hacer nada más que pretender estar bien mientras se destrozaba a cada segundo, mientras el dolor lo sucumbía hasta asfixiarlo y que de él no pudiera quedar nada más.

Styles ~LS- A-B-O~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora