Capitulo 1

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Niall's POV

Sentado en mi escritorio, reordenaba mi agenda con las citas nuevas que me habían hecho. Cada vez eran más. Clientes satisfechos, supongo. Algunos me decían que tenía manos mágicas; otros simplemente me sonreían. Cualquiera de los dos gestos hacía que me sintiera satisfecho de ser masajista. Mi consultorio era mi casa, tenía una habitación especial con una camilla donde mis pacientes disfrutaban al tiempo que mejoraba su salud y calidad de vida. Era… perfecto. Amaba moldear los huesos con mis manos hasta que estuvieran en el perfecto hueco de donde pertenecían, amaba sentir que a mis pacientes les agradaba lo que yo hacía. Mis amigos se creían que yo conseguiría polvos y chicas, pero no. Nada parecido. Mis clientes eran hombres y mujeres casados, con vidas, mucho mayores que yo. Nunca había tenido un paciente joven, y después de todo, no me importaba no tenerlo.

Sonó el timbre. Me levanté y abrí la puerta para dejar pasar a la señora Johnson, mi cliente más habitual, a mi consultorio. Tenía unos 65 años y era la señora más adorable del universo.

-Lista para su sesión de hoy, Nellie? –pregunté mientras le sonreía, todavía parados en la puerta.

-De hecho… Hoy no será sesión mía. Te quiero presentar a mi nieta, _ _ _.

La persona que entró y se paró junto a mí, era la persona más hermosa que había visto. Tenía el cabello café con reflejos rubios, aunque tenía las puntas completamente azules. Unos ojos grandes color entre verde y gris, profundos y detallados. Vestía jeans apretados, una polera gris de lana que realzaba sus curvas y un pañuelo rosa que resaltaba sus finos (y besables) labios. Tenía la piel blanca, pecas en la nariz y no aparentaba más de 20 años. Era de mediana estatura, por lo que me llegaba hasta la mitad de la cara. Y su voz, su voz me derritió totalmente al decir la simple palabra, “Hola”.

-Hola –sonreí.- Van a pasar las dos juntas?

-No… Sólo mi nieta. Ha estado sufriendo algunos dolores. Es muy tímida, así que quizás no averigües donde es que le molesta.

-Abuela…- le susurró, avergonzada. –Puedo decirle donde me duele, señor.

-Señor? Tengo 22 años. Pero seguramente aparento más. Pasa, pasa y ponte cómoda –contesté señalando la habitación especial de masajes- Yo hablaré con Nellie y en unos minutos estaré contigo.

_ _ _’s POV

Oh Dios Mío. El hombre más excitante de toda la historia. Lo mirabas y lo primero que se te venía a la mente era “sexo”. Podría quedarme perdida durante horas en esos ojos azules, y hundir mis dedos en su cabello. Podría excitarme pensando todo lo que le haría…Niall Horan, así se llamaba. Me pregunto cómo serían sus masajes… Con él no me molestaría tener un “final feliz”.

Me dirigí a la habitación que él me había señalado. Era un lugar amplio, aunque hacía calor. Había una camilla en la mitad de la sala, una mesada con varios artículos y alejado, un biombo que supuse sería para cambiarse la ropa… Oh no! Tendría que estar en ropa interior. Justo hoy se me había ocurrido traer mi tanga. Diablos. Bueno, a lo hecho, hecho está… No?

Saqué mi teléfono de mi bolso y marqué el número de mi mejor amiga Lizzie. Atendió enseguida, para mi suerte.

-Hola, _ _ _! Qué onda?

-Hola Lizzie. No sabes lo que tengo para contarte.

-Suéltalo.

-Mi abuela me trajo a su masajista. Estoy en su consultorio ahora. Es… es el hombre más sexy que he visto en mi p*uta vida.

-Guau! Qué suerte tienes niña. Cuéntame de él.

-Bueno, es alto, rubio, bien formado, tiene los ojos azules y una sonrisa encantadora. Es tan masculino… -suspiré- Me gustaría que me eche un polvo.

-Ya quisieras, eh? Pues conquístalo. Tú tienes las agallas nena. Suerte.

-La necesitaré. Es un bombón –sonreí.

-Adiós! Cuéntame luego.

-Adiós –corté la conversación, y me dirigí al biombo para desvestirme. Cuando quedé en ropa interior, salí de allí y me encontré al rubio mirándome fijamente.

-Vaya, no te escuché entrar –dije sonrojada. Ese hombre iba a matarme. Me estaba comiendo con la mirada.

-Siéntate en la camilla, por favor. Ahora, dónde te duele cielo?

Le mostré mi omóplato, mi cuello y una parte de mis costillas. Él me tocó suavemente esas partes, sus manos grandes me hicieron estremecer ante el contacto. Creo que él se dio cuenta, pero no le dio importancia y siguió examinando.

El Masajista  HOT one-shotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora