Capítulo 15

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Abro los ojos entre sorprendida y frustrada para ver a un Luka que está en el suelo y a un ¿Pluto gigante? también en el suelo, con sus manos y sus rodillas trata de levantarse y mantener el equilibrio en sus patines

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Abro los ojos entre sorprendida y frustrada para ver a un Luka que está en el suelo y a un ¿Pluto gigante? también en el suelo, con sus manos y sus rodillas trata de levantarse y mantener el equilibrio en sus patines.

Luka se levanta y mira al extraño personaje hasta que logra ponerse en pie y con algo de torpeza. Se quita la cabeza del disfraz, descubriendo a un chico de no más de quince años de cabello negro y con ojos asustados.

Un grupo de gente se aglomera a nuestro alrededor para curiosear la escena, cuando notan que ambos están de pie y ninguno se ve convaleciente empiezan a dispersarse.

La disculpa se dibuja en el rostro desesperado del chico y entonces noto que él no es uno de nosotros, parece que solo es una de esas personas que habitan con el ente de la torpeza y los invade en cada aspecto de su vida. Deja la gran cabeza en el suelo y se mueve en su lugar con temor de avanzar con las ruedas que sostienen sus pies.

—L-lo l-lamento muchísimo —empieza, dirigiéndose a Luka—. No soy muy bueno en estos malditos patines y... ¡Dios, solo es mi primer día! —Levanta la mirada y clava sus ojos en mi rubio compañero—. Por favor, no des una queja —suplica—, me pueden despedir y...

Sus ojos se aguan y ese nudo en la garganta que se forma antes de llorar le impide seguir hablando. Siento pena por el pobre, debe ser horrible tener accidentes siempre a causa de la falta de coordinación.

Bien, las cosas están así: el chico interrumpió mi casi beso; beso que, a quién voy a engañar, deseaba. Por otro lado, fue un accidente y debemos tomarlo como tal. Luka parece batallarse entre insultarlo o ser comprensivo, creo que eso se debe a que yo esté aquí y no quiere parecer un troglodita. Me decido a intervenir antes de que al chico le dé un ataque de ansiedad.

—¿Estás bien? —pregunto a mi compañero. Asiente. Giro hacia el Pluto—. No te preocupes, esas cosas pasan.

Sonrío y engancho mi brazo al de Luka para alejarnos de allí, él solo se deja hacer. El gran Pluto recoge su cabeza y no sin esfuerzo, rueda en dirección opuesta. Parece que los astros se unen para que el plan también funcione, pero ¡vamos! Podían permitir un simple e inocente beso... pero el momento ya se fue, ni modos.

Veo a lo lejos a Annie y a Totó que me hacen señas con las manos, pero no entiendo qué dicen y la verdad parecen marionetas moviendo sus brazos sobre sus cabezas. Noto que Luka va a mirar hacia ellas así que de un tirón lo pongo frente a mí para que ellas queden​ a su espalda.

—¿Qué sucede? —Roberta, te necesito, ¡di algo!

—Solo... quería saber si ya estás mejor de la alergia. —Eso estuvo bien.

Miro sobre su hombro y mis amigas siguen haciendo aleteos. Luka está diciendo algo, pero mi cerebro no reacciona a sus palabras por tratar de descifrar el maldito lenguaje corporal de mis compañeras. Asiento a lo que sea que el rubio dice y entonces me toma por la cintura, su otra mano se aloja en mi mejilla y giro hacia él, enfocándolo de nuevo. Sus ojos son color miel, bastante lindos de hecho. Dices que todos tienen los ojos lindos. Es cierto, Esmeralda.

Dulce venganza  •TERMINADA•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora