—Correré el riesgo.—mi corazón palpitaba agitado. Obviamente no tenía ni la menor idea de en que me estaba metiendo. Lo único que conciliaba mi atormentada mente era la esperanza de poder sentir entre mis brazos el calor proveniente de Tony.

Su recuerdo era como un arma de doble filo. Siempre terminaba haciéndome daño.

El Dios se me quedó viendo de un modo que me hizo sentir aún más incómodo. No parecía estar convencido de mi respuesta.

—¿Qué es lo qué quieres a cambio?—por fin habló.

—Quiero que regreses a la vida a la única persona que he amado. Quiero que Tony Stark viva.

—Regresar la vida a un mortal.—dijo meditándolo. —Eso es algo complicado.—me dio la espalda y caminó hacia otra dirección.

Lo seguí.

—¿Y puedes hacerlo?

—¡Claro que puedo, hasta la pregunta ofende!—restregó su cetro contra el piso con cierto enojo—Dije que era difícil, más no imposible.

Este dios es todo un engreído...

—¿Entonces lo harás?—volví a cuestionar. El alma me regresó al cuerpo al ver como asentía en respuesta.

—Lo haré, siempre y cuando me concedas lo que me has prometido.

—¡Sí! ¡Sí! ¡Serás libre, te lo prometo! —reiteré emocionado.

Recuperaría a Tony de una buena vez.

—Aunque hay un detalle.— dijo fríamente, interrumpiendo mi momento de felicidad.

—¿Qué es?—con temor pregunté.

—En efecto mi magia traerá de vuelta a ese hombre que dices amar, pero traspasar la muerte no es cualquier cosa, si así lo fuera creo el mundo se regiría muy fácilmente. Es por eso que el flujo temporal de tiempo cambiará. Será como ir en retroceso, sus vidas podrían cambiar e inclusive no conocerse nunca.

¿Qué?

Eso suena horrible, no quería que todo cambiara.

—Es lo que puedo ofrecerte, si es verdad que lo amas tanto.—retó cínicamente.

—¡Claro que lo amo!— levanté la voz, sintiendo como la sangre me hervía a través de las venas. Él que podía entender de lo mucho que yo sacrificaría por Tony. No habrá persona que logre comprender en su totalidad mi amor por él. Así que nada ni nadie tiene el derecho a reclamarme eso.

Mi furia sólo conseguía que el ambicioso Dios se divirtiera más.

—Muy bien, entonces acepta mis condiciones.—dijo, como poniendo fin al conflicto.

—Pero... él vivirá, ¿no es así?

—Sí, eso es un hecho, aunque no puedo asegurarte que siquiera te recuerde, ni tu a él.


Alguna otra cosa peor...

Lo pensé por unos segundos. Tenía que intentarlo, hice una promesa con Tony, y no le fallaría.

Ya he arriesgado todo, y si ya estaba sacrificando todo por él, al menos debía valer la pena.

—Entonces hazlo.—dije cabizbajo.—No importa si no puede recordarme, sólo haz que vuelva.

Me mantuve firme para no romper a llorar.
Le había extrañado y llorado tanto que ya no tenía lágrimas que derramar. Cada día, cada noche, cada instante sin él era un verdadero tormento. Nunca imaginé pasar por esto.
Yo..., sufriendo por amor, y para colmo de Tony Stark.
Habría golpeado a quién se atreviera a decirme aquello.

A Deal With GodWhere stories live. Discover now