Capítulo 73.

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Dedicado a: aniii-chan.

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Tapa su rostro con ambas manos, me siento inútil, no puedo hablar o tocarlo, no es que no quiera, pero todo lo que me ha contado es...traumante. Imaginar a un joven Castiel de diecisiete años presenciando la muerte de su familia, me parte el corazón en miles de pedazos, lo amo tanto que creo poder sentir su dolor, quiero llorar con él ahora mismo.

—Si decides irte no te detendré.– Dice, su voz se escuchó rara por las manos en su rostro, entonces reacciono, ¿Irme? he pasado muchas cosas a su lado y no lo he hecho, no por esto lo dejaré. Una vez me dije a mimisma que no lo dejaría caer y que me quedaría a su lado cuando me relatara su historia, y aquí me quedaré.

Me incorporo y a la fuerza quito sus manos para dejar su rostro libre, sus mejillas que siempre han sido pálidas ahora están rojas, paso una mano por ellas, acariciándolas. Es estúpido que piense que lo dejaré, si tantas veces le he dicho que lo amo es porque así es, y si alguien ama jamás abandona a quien tantas veces le ha profesado sus sentimientos.
Sus ojos conectan los míos, rabia y dolor mezclados, quiero poder calmar su alma, pero solo él tiene ese poder.

—Estoy aquí, y aquí me quedaré. Te lo prometo, Castiel, estaré junto a ti en todo e incluso en el dolor, ¿Sabes por qué? porque te amo. No te diré que lo siento, porque jamás me ha pasado algo así, pero sí te diré que me tienes y siempre me tendrás. Tal vez decir "siempre" sea muy pronto, pero es justo lo que ahora siento, siempre estaré aquí.– El que sus ojos me miren con amor y agradecimiento me hace sentir feliz, antes tenían un brillo de tormento y ahora ha disminuido un poco, y seguiré hasta que se vaya por completo.

—¿Es justo que alguien como yo te tenga? me siento afortunado de tenerte, Lauren. Has sido mi luz en la oscuridad que antes era mi mundo, agradezco a Dios que hayas sido tan terca para seguir a mi lado. No entiendo que he hecho para merecerte.

—¿Qué has hecho? ser tú, eres bueno aunque tu oficio diga lo contrario, apuesto a que eres lo que eres porque has buscado como vengar la muerte de tu familia, sin embargo eres una buena persona y ese ha sido el mérito por el que has obtenido recompenza. Y no soy yo tu recompenza, si eres feliz y estás pleno emocionalmente, lo tienes todo.

(...)

Diez horas después aún sigo aquí en el hospital, empiezo a reír de la nada, ¿Por qué? pues, en mi emoción por ver a Castiel, me olvidé por completo de mi padre y es ahora que ato cabos y me doy cuenta que de seguro al vernos tan melosos se fue de la habitación.
Verlo me hizo olvidar todo por completo.

La habitación está silenciosa y el aburrimiento me está matando. La comida que dan aquí es un asco, la sopa sabe a agua con sal. ¡Puag! asco total.
Mike, Jay, papá, Andy y Castiel han estado viniendo a verme, pero nada de mamá, mi Diablillo me dijo que ella vendría y estoy empezando a dudar de eso.
Hace mucho que no veo a mamá.

La puerta se abre y sobresaltada miro hacia allí, es una mujer, me desiluciono porque esperé que fuera mi madre, pues claro, ahora tiene a alguien de quien estar pendiente. Su esposo.
De inmediato la confusión se apodera de mi, ¿Quién es ella?

—¿Hola?– Medio saludo, digo "medio" porque sonó más a una pregunta que a un verdadero saludo.

Sus ojos verdes me miran sorprendidos, al parecer no se había dado cuenta de mi presencia.

—¡Oh cielos! – Exclama.—Me he equivocado de habitación, ¡Que tonta soy! lamento la molestia, linda.– Se disculpa.

¿Molestia? ¡Pero si hasta me parece divertido!

NarcotraficanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora