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Mientras Liam y James conversaban en el piso de arriba, Bonnie se removía inquieta en el sofá.
-Papá.-llamó y ambos la miraron solo un instante, para luego volver la vista a sus teléfonos.-Mis anteojos se perdieron.
-Podemos comprar otros, amor.-dijo Harry.
-¿No vas a retarme?-preguntó con los dedos en la boca.
- No fue tu culpa, princesa.
Ambos estaban metidos en sus teléfonos. Ella se puso de pie y buscó lugar entre los brazos de Louis. Miró el teléfono y quiso tomarlo pero él lo apartó.
-¿Papá?
-¿Si?-preguntó él sin mirarla.
-¡Te odio!-escuchó que gritaba James.-¡Nunca me escuchas! ¡Ni siquiera me miras cuando te hablo! ¿Ves? De esto hablo.
Bonnie se sentó en medio de la sala y suspiró antes de dejarse caer hacia atrás.
-Papá, no veo.-dijo.
-Tengo que ir a la reunión.-dijo Harry.-Supongo que Liam no va a venir.-la pequeña abrazó sus piernas tras ser ignorada.-Levantate del piso, Bonnie.
Ella, de golpe, se levantó y lo miró enojada, con lágrimas en las mejillas.
-¡Te odio!-gritó imitando las palabras de James y corrió hacia el patio, pero su casita del árbol no estaba allí.
-Bonnie.-musitó Louis, que jamás la había oído decir eso.-Hija.
-¡No!-gritó ella.-¡Te odio! ¡Y a él también!
Se llevó las manos a la boca y se ocultó detrás del árbol mientras lloraba. Harry se apresuró a tomarla en brazos y, sin importar cuánto luchara, la sostuvo contra su pecho.
-Amor, pará. ¿Qué pasó?-preguntó apartándole el cabello de los ojos.
-No me escuchan.-lloró ella.
-Es que...-Louis suspiró.-Bonnie, estamos buscando la forma de que lo de hoy no vuelva a pasar. No queremos que nadie te haga mal.
-Pero yo sólo quiero a mis papis.
-Ya estamos acá, amor. Pero no me digas que nos odias. Yo te amo mucho y sé que Louis también.
- No los odio.-murmuró ella y lo abrazó con fuerza.-Quiero volver a casa.
-Ésta es casa ahora.-dijo Harry.- Ya no más colegio ni vieja casa. Ahora estamos acá y vas a estudiar en casa. Vamos a estar más tiempo juntos. También va a estar James y Liam y Niall.
-Pero no es como casa. Allá ustedes estaban.
-Y acá también estoy, amor. Estamos los dos.-ella se ocultó en su pecho y comenzó a llorar nuevamente.-Hijita, ya vas a ver que te va a gustar acá. Podemos hacerlo perfecto para vos.
-Princesa, mañana tengo que viajar por el trabajo y sólo quiero saber que todo va a estar bien. Ya no quiero verte llorar.
-¿Vas a irte otra vez?-preguntó ella desilusionada.
-Son sólo unos días, princesita. Te prometo que cuando vuelva hacemos una pijamada.-dijo él tomándola.-¿Si, bebita?-ella asintió.-Ahora no vas a dejar que te baje hasta que llegue mi avión, ¿no?-Bonnie sonrió con suavidad y se tomó con más fuerza.-Ahora, papi va a ir a la reunión y nosotros a comprar anteojos nuevos.

Bonnie armaba rompecabezas con Louis cuando Harry llegó. Tenía sus lentes nuevos y los cabellos sujetos en una gomita de pelo con un moño turquesa, que él sospechaba que también era nueva. James estaba encerrado en su cuarto y Niall consolaba a Liam. ¿Cómo podrían hacer de aquel un lugar ideal para Bonnie? Todo parecía indicar que no podrían.
-¿Cómo está mi familia?-preguntó sentándose junto a Louis.
-Con papá estamos intentándolo.-dijo ella.-Pero creo que nos va mal.
-Necesitamos tu ayuda.-dijo Louis imitando el puchero de ella.
Harry rió y lo empujó antes de comenzar a colocar las fichas en su lugar. Su hija lo miraba fascinada mientras buscaba lugar entre las piernas de Louis. Él la abrazó con fuerza y besó su frente.
-Ups.-dijo.-Creo que alguien se contagió.
Bonnie negó y Harry volteó a verlos con una mueca. La había contagiado. Acarició su rostro, tenía bastante fiebre pero, por suerte, no parecía sentirse mal.
-Creo que mejor le damos un baño y a la cama.-dijo Louis.-Nuestra bebita se enfermó.

James comenzó a ordenar todo. La casa estaba en silencio. Su padre le había prohibido hacer la fiesta, pero a él no le importaba. La haría. Haría la fiesta y tomaría tanto que la borrachera le durara toda una semana. No podían cortarle la vida por una fama que había terminado ya.
Las primeras personas llegaron a las nueve. La música retumbaba en las paredes y Harry y Louis bajaron. No entendían qué pasaba. Sin embargo, lo que vieron ciertamente no era lo que esperaban. La casa comenzaba a llenarse de adolescentes con bebidas en las manos.

-James, ¿qué haces?-preguntó Louis, tomándolo por el brazo

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-James, ¿qué haces?-preguntó Louis, tomándolo por el brazo.-Tu papá te prohibió esto.
-Andá y preguntale.-rió con ganas antes de perderse entre la multitud.
- Liam está en la avenida. Se le quedó el auto. Tengo que ir a buscarlos.-dijo Harry.-Controlá esto.
-No creo que...-empezó, pero no sirvió de nada porque él ya se había ido.-Tienen que irse.-empezó a decir Louis, pero nadie parecía escucharlo.-Voy a llamar a la policía.
-Hace demasiados años ese truco dejó de funcionar, viejo.-dijo James a su lado, oliendo a cerveza.
Los jóvenes parecían salir de la nada, y pronto Louis se vio obligado a salir para echarlos. La música lo aturdía y las cosas parecían estar rompiéndose dentro. Todo era un desastre.
Bonnie se paró en la escalera. No entendía qué pasaba. Se sentía muy mal y no encontraba a sus padres, pero parecía haber mucha gente en la casa. Bajó, sosteniéndose de la baranda mientras una que otra pareja pasaba a su lado. Estaba muy oscuro y las personas estaban tomando mucho. Supuso que iba a haber una fila muy larga para ir al baño luego.
Recibiendo golpes y patadas por su altura, logró avanzar. Vio a James bailando sin remera en la cocina y se acercó a él. Tenía los dedos en la boca y miraba todo aterrada. El cuerpo empezaba a dolerle y los ojos le pesaban. Tiró de la mano de un chico, pero él no parecía notarla. Todos miraban a su primo.
-James.-llamó y los ojos se le llenaron de lágrimas.
Subió a la silla y luego a la mesada. Se puso de pie y abrazó la pierna del chico.
- La nena quiere entregar.-gritó alguien y una chica le tendió un vaso.
Fue entonces que James reaccionó y arrojó el vaso lejos a la vez que la alzaba a ella. Bonnie lloraba y su ropa estaba mojada con alcohol, ¿o era él el que despedía ese olor a cerveza?
-¿Qué te pasa, borracha de mierda? Es una bebé. ¿Estás loca?-le gritó a la chica y bajó. Bonnie lloraba escondida en su pecho y él notó que tenía muchísima fiebre.-Tengo que terminar esto.-apagó la música y tomó el micrófono.-¡Llegó la gorra!-gritó.
Más y más chicos salían corriendo por donde podían. James la tomó con más fuerza, más lúcido de lo que había estado antes. Bonnie temblaba y él estaba borracho, todo era un desastre.

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