Hoy decidí hablarte pero cuando volteaste a verme, Mark y Renjun llamaron tu nombre. En tan solo unos segundos, te fuiste sin decir nada, quise alcanzarte pero no pude, solamente observe como corrías detrás de ellos. Apreté mis puños con fuerza y volví a sentarme de nuevo en mi asiento.
No sabía porque me comportaba como un estúpido, no podía evitar ponerme tan nervioso, cuando finalmente tomé un poco de valor, las cosas terminaron de salir peor. La mala suerte me ha estado acompañando desde siempre.
Pero no me rendí, ya que en la siguiente hora tuvimos un leve acercamiento. Me había dormido en la hora de inglés, la culpa no fue mía ya que nuestro profesor dictaba las clases más aburridas del mundo. Me desperté de repente cuando llamó mi nombre en voz alta, me regañó y pase la vergüenza de mi vida. Me estremecí en mi asiento cuando escuché como unas pequeñas risas salían de tu boca y me miraste por unos segundos.
Te sonreí inconscientemente y pude notar como te giraste de nuevo hacia el pizarrón. ¿Qué te sucedió? ¿Por qué dejaste de mirarme?
Envidiaba a tus amigos y todo aquel que podía hablarte tranquilamente, me lamenté debido a ello, yo también quería hacer lo mismo. En todos estos años, nadie me ha hecho caso pero con el tiempo dejo de importarme. Si, no tenía amigos y las cosas se me complicaban cuando llegaba la hora de hacer trabajos grupales, pero a pesar de todo pude soportarlo. Aunque debo admitir, que hay veces que duele demasiado. No hubo día en que no dejaba de preguntarme lo mismo una y otra vez.
¿Qué estaba mal conmigo? ¿Por qué no les agrado?
Hasta el día de hoy no conseguí la respuesta. Pero eres muy distinto a mi, llamas la atención, les agradaste desde el primer día y no te dejan en paz. Tu risa es contagiosa y eres divertido, me gustaría tener alguna de esas cualidades.
Aunque lo que más quiero es tenerte y finalmente pude descifrar que pasaba conmigo.
Creo que....me gustas.
