Enfermizo

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  — Una muñeca siempre luce perfecta — susurró Delia en el oído de Amely arrastrándola de los brazos fuera de la cama. Las demás asintieron mirándose entre sí pero sin hacer comentario alguno, con miedo brillando en sus apagadas miradas.

Todas lucían bien puestas, como muñecas de porcelana y sus atuendos acentuaban su enfermiza belleza. Delicadas y obsesionadas con un ideal.

Delia plantó a Amely frente a un espejo de cuerpo completo, era de madera oscura y estaba resquebrajada. Su reflejo le devolvía la mirada, con los ojos vacíos, la piel grisácea y opaca. Delia agarró la muñeca de la joven y la alzó ante sus ojos, cerró los dedos indice y pulgar al rededor de la piel, haciendo una mueca de disgusto. 

— Gorda —  sentenció meneando la cabeza. 

— Como un adefesio. 

— Decepcionante.

Las palabras golpearon a Amely, la cual agachó la cabeza con vergüenza sin saber por qué.  No era nada, no era nadie, no valía la pena... Millones de pensamientos desgarradores llenaron su mente, agobiando su ser y destruyendo su alma.

  — NO — gritó desesperada, tapándose los oídos. Habían empezado a murmurar en voz baja, ininteligible pero la tensión que se creó fue tal que hizo pensar a Amely que se trataba de invocaciones diabólicas.

  — Soy la marioneta de aquel que no quiere ser visto, pero que desea tentarte.

A Amely se le pusieron los pelos de punta y miró a la muñeca ante ella, debía admitir que lucía hermosa... NO, aquello estaba fuera de lugar, la coherencia y el razonamiento habían volado fuera de su mente. No quedaba nada que le hiciera pensar que aquello estaba mal.

Delia la obligó a alzar la mirada tomándola con fuerza de la mandíbula, Amely se encontró con sus enormes pupilas e irises en el espejo, no quería mirarla pero no podía apartar la mirada. De la nada, la muñeca líder de aquel aquelarre de locura se agachó y subió las manos por las piernas de Amely. 

— Imperfecciones —  en un de ira Delia golpeó el espejo, haciéndolo pedazos, los fragmentos repiqueteando en el suelo.

— Las muñecas no pierden la compostura — dijo alterada, se agarro varios mechones de cabello en puños y comenzó a tirarlos con demencia. Amely pensó que se arrancaría la espesa melena de cabello cuando comenzó a murmurar una y otra vez: — las muñecas no pierden la compostura... las. muñecas. no. pierden. la. compostura... LAS MUÑECAS NO PIERDEN LA COMPOSTURA. 

Ella comenzó a temblar y miró a Amely con ira contenida. Las manos con las que se tironeaba del cabello bajaron a sus brazos, donde descendieron desde los hombros hasta las muñecas dejando hileras rojizas tras el paso devastador de sus largas uñas.

  — Me has hecho perder el control sobre mi temperamento — soltó mirando a Amely, aparentemente tranquila, su tono de voz había perdido toda alteración por las fuertes emociones.

Gracias por leer <3 Espero te haya gustado ¿Qué te pareció el capítulo? Lamento la tardanza con las actualizaciones, la universidad absorbe mucho de mi tiempo y estoy algo enferma

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Gracias por leer <3 Espero te haya gustado ¿Qué te pareció el capítulo? Lamento la tardanza con las actualizaciones, la universidad absorbe mucho de mi tiempo y estoy algo enferma. 

Para las personitas que me han pedido dedicaciones, las tengo en orden así que esperenlas en las próximas actualizaciones <3

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⏰ Última actualización: Apr 26, 2017 ⏰

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