El eco de tu corazón [ChanBaek]

Capítulo 5

Los rayos de sol sobre su rostro fue lo que le despertó al día siguiente. Estiró los brazos por encima de su cabeza antes de dejarlos caer a ambos lados de su cuerpo, deslizándolos por las sábanas. Tardó un minuto en darse cuenta de que no sentía el calor de los pequeños cuerpos ni de MinKi ni de JoSoo.

Abrió los ojos y vio que no estaba en su habitación. Las paredes de madera abarcaban un espacio mucho más amplio que el cuarto que les habían proporcionado a él y a sus cachorros, la cama también era más grande. Las sábanas estaban revueltas a su lado, indicando que alguien había dormido allí, pero estaban frías, lo que significaba que ese alguien hacía tiempo que se había levantado.

Su cerebro todavía estaba demasiado dormido para comprender qué hacía allí, pero con el ceño fruncido, intentó levantarse. En cuanto giró su cuerpo para incorporarse, notó un pinchazo agudo y doloroso en su espalda baja y fue todo lo que necesitó para que los recuerdos le llegaran a la mente de forma atropellada.

Ignorando completamente el dolor y la incomodidad allí abajo, se levantó y se precipitó a un espejo de cuerpo entero que estaba situado en una de las esquinas de la gran habitación... de la habitación de ChanYeol.

Una vez que vio su reflejo sus ojos no tardaron en caer en el dibujo que había en la parte inferior de su cuello. Un entramado de líneas color pardo que no tenían sentido ninguno. Llevó un par de dedos a la zona y acarició con delicadeza, sintiendo un ligero escozor, lo que le decía que no estaba soñando. Había pasado de verdad. Se había emparejado con ChanYeol.

Se frotó la cara con ambas manos tratando de tranquilizarse y no entrar en pánico porque lo que menos quería en el mundo había sucedido. Bueno, al menos él creía que no lo quería. Sin embargo, era la primera vez en todo el tiempo que estuvo allí que su lobo por fin estaba tranquilo. Lo podía sentir casi ronronear en su interior.

Cuando acabó de frotarse la cara, su mirada se volvió a reflejar en el espejo y esta vez se percató que la marca de emparejamiento no era la única marca que tenía en el cuerpo. Había más alrededor de su cuello, por su pecho y abdomen, en sus caderas e incluso en sus muslos.

BaekHyun sintió que su cara se enrojecía al recordar perfectamente como esas manchas rojizas que se estaban tornando oscuras habían aparecido. Y por mucho que quisiera decir que aquello que pasó anoche sucedió sin su consentimiento, sabía que era decir una mentira descomunal. Recordaba, como si lo estuviera sintiendo ahora, su necesidad por ChanYeol, lo bien que se sintió estar unido a él y la corriente eléctrica al quedar enlazados para siempre.

Sin embargo, el saber aquello no reducía su miedo. Porque aquello no estaba en sus planes y todavía había una parte de él que estaba resentida con el Alfa. BaekHyun en realidad nunca fue muy fan de aquello del destino. Había visto en su manada como muchas de las parejas supuestamente destinadas fracasaban. Suponía que el destino también se podía equivocar en ocasiones. Además, no le parecía correcto que simplemente porque una fuerza más allá de lo conocido decidiera que dos personas deberían estar juntas, habría que hacerle caso. A él le gustaría poder decidir con quién quería pasar el resto de su vida.

Por eso mismo había tenido parejas anteriormente. Nunca llegaron a nada, ni duraron mucho, pero le gustaba tener ese control de escoger con quién estar. No obstante, tuvo que llegar ChanYeol y dar un primer golpe en su muralla construida durante todos esos meses con su olor y su presencia. Tenía que ser ChanYeol, el Alfa de EXODUS. Sinceramente, BaekHyun creyó que el destino le estaba haciendo una broma de muy mal gusto. ¿Cómo podía tener tanta mala suerte?

Sin embargo, aprendió que el lobo negro no era tan malvado como él creía que era y aquello lo jodía de muchas maneras. Desde que ChanYeol empezó a tirar abajo su muro, BaekHyun sentía que ya no era él. Había dos BaekHyun y los dos le decían cosas distintas. No sabía a cuál hacerle caso.