✦ ESPECIAL DE NAVIDAD ✦

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1974, Villa Ocampo

Don Lucio observaba el traje que colgaba de la puerta del placard, impecable y listo para la fiesta. Era de color verde musgo, muy similar al del año anterior. Las diferencias eran mínimas, detalles como la textura del pantalón o el diseño de los botones. A él no le gustaba ni un poco, jamás se pondría algo así, si no fuera porque Manuela lo había escogido para la ocasión.

Y Nochebuena era su día. La única festividad del año en la que Lucio era incapaz de negarse a cualquiera de sus deseos y caprichos. Era ella quien elegía la decoración de la casa, el menú y la vestimenta de ambos, que iba siempre a juego. Era una mujer perfeccionista que se esforzaba en demasía por lograr que cada elemento fuese tal y como deseaba.

En la planta baja de la casona se oían pasos, voces y movimiento. Un restaurante de Argentina debería entregar los aperitivos más o menos en esos momentos, también esperaban la llegada de las cajas con vino y de los postres. Lucio sospechaba que los músicos ya estaban acomodándose en el pequeño escenario que montaron en jardín trasero, donde transcurrirá la parte principal de la celebración, luego de recibir a los invitados. Si su oído no fallaba, un par de notas se habían colado por la ventana entreabierta de la habitación que compartía con su esposa.

El hombre sabía que debería comenzar a prepararse, pero no tenía ganas. Para él, la fiesta de Nochebuena era una tarea, una obligación más en la agenda. Debía invertir dinero para quedar bien con otras personas importantes y para complacer los deseos de Manuela; rara vez disfrutaba del evento. El objetivo era siempre recaudar dinero que luego se donaba a distintas causas, según lo que ella considerara necesario.

Don Lucio suspiró. Volvió a analizar el traje verde con una mueca de disgusto y agradeció que, al menos, la corbata no fuera roja, sino marrón con detalles en un tono metálico entre cobre y dorado.

«Me lo pondré en cuanto termine de leer este capítulo», se prometió y pasó de página. Estaba sumergido en una novela que acababa de salir al mercado y que seguía la historia de un hombre que lo perdía absolutamente todo y que, luego de tocar fondo, volvía a levantarse con más fuerza que nunca y construía, a su manera, un imperio. Ya le quedaban pocas páginas para acabar y, si no fuera por la fiesta, seguro llegaría al desenlace esa misma noche. «Tendré que esperar a mañana».

En eso, oyó golpes en la puerta.

—¿Ya estás listo? —preguntó Manuela, impaciente.

—No, todavía no. ¿A qué hora llegan los invitados?

—En cualquier momento —respondió ella, frustrada, e ingresó.

Al ver a su esposo todavía sentado junto a la ventana, se enfadó. Fue hacia él y le arrancó el libro de las manos, cerrándolo de golpe. El sonido hizo eco en el silencio de la pieza.

Purgatorio (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora