Capítulo 31: El Hombre más Fuerte del Mundo.

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Notas de la autora: escrita años atrás.

Hola mis bellos lectores!!! Estoy muy contenta por traerles actualización de esta historia. Más que nada porque fueron capítulos intensos donde nuestros héroes estuvieron enfrentando situaciones difíciles. Así que a pesar que me he vuelto quisquillosa con lo que les escribo, esta vez dejé de dar vueltas y les traigo el nuevo capítulo. Me iba a demorar un poco más en dárselos porque dentro de poco empiezo con la cursada y mis actualizaciones seguramente se van a demorar un poco más. Pero hasta ahora han sido unos lectores muy pacientes conmigo así que de seguro sabrán esperar cuando llegue el momento. Por eso aquí se los dejo ya que lo terminé. Espero que lo disfruten.

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Completa negrura era lo que rodeaba al caballero de la noche tras tener los ojos cubiertos con una venda desde que le habían reemplazado la capucha. Una oscuridad absoluta a la cual estaba acostumbrado, y por el contrario a cualquier otro ser humano, le agradaba; le hacía sentirse en calma y concentrado. Con la vista anulada, que no le permitía ver absolutamente nada a su alrededor, había comenzado a andar guiado por el brazo de un hombre rudo que lo iba arrastrando por toda instalación de la mafia. Durante un buen tiempo lo pasearon de un lado a otro mientras que él prestaba atención a su camino, memorizando con calma el recorrido que iba transitando. Desde cuantos metros de largo lo llevaban derecho, cuantas veces doblaba en una esquina y en qué dirección, hasta la cantidad de puertas que había cruzado. Se había hecho en la cabeza un mapa del lugar con cada detalle que había sentido su cuerpo y sus oídos en el andar. Luego de un rato largo, al fin entró en una habitación y lo sentaron en una silla de manera brusca, desganada, y lo esposaron a la misma para que no se moviera a ningún lado y estuviera bien sujeto. Sintió la presencia de Gale que lo acompañó en su recorrido por un tiempo, luego lo perdió durante unos minutos, para al final terminar en la misma habitación que él. A pesar que no podía ver nada, tenía todos sus otros sentidos en estado de alerta, logrando oír los pasos de otras dos personas más en el lugar además de Terry. No tardaron en amordazarlo una vez que lo sentaron para que no hablara y no dijera nada, no querían a un millonario pomposo llorando o gritando de susto por la situación en la que estaba; aunque él en todo momento había demostrado un poco de calma en comparación a como estarían otros en su lugar. Simplemente de vez en cuando balbuceaba clemencia con algunos pequeños sollozos e hipidos fingidos para hacerles creer que estaba en pánico y que no se encontraba allí por gusto.

Permanecieron en esa habitación en silencio por un largo rato, luego pudo oír a los hombres de vez en cuando acercarse entre ellos para cuchichear, y más tarde en varias oportunidades a Gale, intentando entablar una conversación que no terminaba en ningún puerto porque los hombres lo ignoraban por completo. Claramente su presencia en el lugar era muy sospechosa y hasta que no estuvieran totalmente seguros de que el científico les decía la verdad, que no estaba ahí con intenciones peligrosas, no harían ningún movimiento anticipado.

La paciencia de Bruce estaba llegando al límite al saber que perdía valioso tiempo ahí sentando sin moverse, sabía que necesitaba actuar cuanto antes y averiguar si en ese lugar tenían efectivamente la copia de la información para hacerse con ella. Si no aparecía alguien más para cambiar su situación, debía dejar su modo pasivo. Aunque no le gustaba mucho la idea, no deseaba hacer algo sin saber bien lo que sucedía a su alrededor. Afortunadamente, mucho más tiempo no tuvo que esperar. Luego de un par de minutos más oyó la puerta abrirse para dar paso a un hombre que claramente traía consigo un cigarrillo encendido. Sintió repentinamente en el ambiente el olor a tabaco Marlboro mezclado con un perfume espantoso que debería ser colonia barata.

—Al fin vino alguien con quien vale la pena conversar —exclamó Gale con entusiasmo mientras se acercaba al sujeto que recién había entrado—. Billy, ¿qué sucede? ¿Por qué me tienen a mí aquí también? Estos inútiles no me dicen nada de nada. Ya dije que obtuve lo que nos hacía falta para decodificar la información. ¿Qué esperan para llevarme con la data?

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