Capítulo 16 - En parada

598 44 5
                                    


CLARKE

–Cuando estés preparada aquí estaré para escucharte y apoyarte, no me voy a ir a ningún lado.

Tras terminar de hablar Lexa posa su mirada en mis labios y yo no puedo evitar hacer lo mismo, lentamente, como si fuera por inercia o como unos imanes que se atraen mutuamente, nos acercamos hasta sentir la respiración de la otra en nuestras bocas. Nos quedamos así un buen rato en espera de que alguien haga el último movimiento sintiendo nuestras respiraciones cada vez más erráticas. Al final, termino con toda la distancia que nos separa y la beso. Siento que mi cuerpo tiembla al juntar mis labios con los suyos. Al principio el beso empieza siendo torpe y necesitado pero a medida que pasa el tiempo se vuelve un beso dulce, suave y delicado. Le muerdo el labio y ella jadea. Amo ese sonido. Acaricio su labio con mi lengua pidiendo permiso para adentrarme que ella no niega en dármelo. Tras cederme el permiso adentro mi lengua y acaricio la suya consiguiendo que yo jadee en el beso por lo que ella sonríe en mi boca. Nos separamos por falta de aire y me quedo mirándola por si veo algún atisbo de arrepentimiento. En ese momento me doy cuenta que Lexa está llorando pero antes de preguntarla posa una de sus manos en mi cuello y vuelve a acortar la distancia que nos separa fundiéndonos en un beso mas apasionado y necesitado llena de pasión que consigue que mi corazón bombee con fuerza por todas las nuevas emociones que estoy experimentando y creía muertas.

No se cuanto tiempo llevamos besándonos pero me da igual. He descubierto que me gusta, no, que me encanta besarla y su sabor se ha convertido en uno de mis favoritos. Si por mí fuera pasaría el resto del día besándola y amándola como ella se merece. No se en que punto, los besos ya no son suficientes y empiezo a acariciar sus piernas, lentamente voy subiendo mi mano hasta llegar a su cintura y la meto por debajo de su camiseta para sentir el tacto de su piel. Noto como su piel se eriza ante mi tacto y me encanta.




LEXA

Agarro la parte inferior de su camiseta, tirándola hacia arriba sobre su cabeza, arrastrando mis dedos por su pecho, simplemente asombrada de cuán perfecta es. Sus manos vagan por todo mi cuerpo ávidamente, ella se apodera la parte inferior de mi camiseta y comienza a tirarla hacia arriba lentamente, como si estuviera esperando algún tipo de reacción. Siento mi amor por ella incrementar a una velocidad excesiva por la forma reflexiva y paciente de cómo es conmigo. Sonrío contra sus labios y ella se aparta mirándome con curiosidad.

–¿Está bien?– pregunta con preocupación. Asiento con la cabeza y la empujo fuera de mí para poder sentarme. Agarro mi camiseta y la saco por encima de mi cabeza, tirándola al suelo. Me esta mirando en estado hipnótico. Tiro de ella de nuevo hacia mí, besándola profundamente. Sus manos están en todas partes mientras nos enrollamos. Es perfecta y dulce. Tras un rato besándonos y explorándonos la una a la otra mi ángel me susurra algo que no logro entender.

–¿Que?– balbuceo bastante aturdida.

–Tal vez deberíamos levantarnos a desayunar, me muero de hambre– susurra cerca de mi boca para después besarme dulcemente.

–Si claro– respondo mirando sus labios– desayuno– me vuelve a besar– hambre– empieza a darme un pico tras otro y yo no puedo hacer otra cosa que sonreír sintiéndome la persona más afortunada del mundo por tener a mi ángel junto a mí tumbada en mi cama mientras no para de dejarme besitos por toda mi cara.

–Venga levantémonos perezosa– se ríe y se sienta en el borde de la cama, agarrando mi camisa del suelo y pasándomela, besándome otra vez con ternura. Cuando las dos estamos completamente vestidas nos levantamos para ir a desayunar. Yo pongo la cafetera en marcha mientras ella empieza a cocinar algunas tortitas con la masa que ya había el la nevera. Tras prepararlo todo, lo llevamos al salón y nos sentamos en el sofá para ver la televisión mientras desayunamos en completo silencio, pero no un silencio incomodo sino uno agradable. Después de terminar de comer, mi ángel lleva todo al fregadero y vuelve para acurrucarse a mi lado y robarme algún que otro beso, a lo que yo no me opongo, mientras vemos tranquilamente la televisión.

Hoy, Mañana, Siempre (Clexa AU) (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora