Capítulo 1

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Presente. Febrero 2017

—Tienes que parar esto.

—Sabes que no puedo. Si cuento la verdad ahora, volverán a abrir el caso y tu vida estará en peligro. Tenemos que seguir con el plan.

—Pero... Lo hice yo. Yo le maté. Yo debería de estar aquí y no tú.

—¡Calla, te pueden oír! Tú tienes una vida por delante, una carrera y un talento innato. Úsalo. Haz que todo esto valga la pena....


10 meses antes. Abril del 2016:

Noel:

La alarma del móvil de Noel rompió el inusual silencio de su casa. Quizás porque eran las cinco de la mañana y su compañero de piso, Darío, aún dormía. Y seguiría durmiendo hasta las 12, más o menos.

El joven apagó la alarma y se desperezó antes de ponerse su ropa de deporte. Estiró un poco sus músculos antes de salir y luego cerró la puerta con cuidado para no hacer ruido. El frío de la calle lo sorprendió y decidió que lo mejor era saltarse los diez minutos de trote y comenzar a esprintar lo antes posible para entrar en calor. Su capacidad de abstracción cuando hacía deporte le permitía tener la mente clara el resto del día y, además, le ayudaba con su insomnio y con el temido y famoso «bloqueo del escritor» en el que llevaba estancado unas semanas.

Noel estudiaba Literatura en la Universidad Augusto I, había empezado varios meses atrás, este era su primer año, y, por el momento, estaba encantado. Aunque los exámenes lo habían estresado tanto que, ahora, una vez aprobado todo, su mente no podía volver a concentrarse al mismo nivel para poder escribir. Primero necesitaba un descanso, una temporada sin hacer nada, unas vacaciones. Pero nada más lejos de la realidad, sus profesores continuaban mandando más y más trabajos, uno de ellos era el que más preocupado le tenía: un relato sobre el bullying. Sus profesores pretendían que con ese relato los alumnos pudieran ponerse en el lugar de las víctimas para intentar acabar con esa problemática que se estaba dando por toda la Universidad, a la vez que les hacía escribir un relato, que era uno de los objetivos de la materia. Pero Noel, abrumado por la magnitud del tema, y porque no quería "meter la pata" con algo, más el hecho de que su cerebro estaba demasiado agotado para ponerse a crear una historia, no pudo avanzar más de una página: la del título y su nombre.

Al volver a su casa faltaban quince minutos para las seis. Volvió a estirar y se dio una ducha de agua caliente. Normalmente a esa hora preparaba el desayuno para él y para su amigo, y compañero de piso, Darío, pero éste llevaba alrededor de dos meses acostándose de madrugada, coincidiendo en una ocasión la hora de acostarse de Darío con la hora de levantarse de Noel. Y luego dormía hasta el mediodía o hasta la hora de ir a clase.

Así que se sentó en la mesa a desayunar solo mientras observaba las noticias. En ese momento le pareció oír que su móvil vibraba, fue a buscarlo y tenía una llamada perdida de su hermano mayor. Noel cogió su teléfono, fue hasta el balcón de la casa para tener mejor cobertura y no molestar a Darío con su conversación y le devolvió la llamada.

—¿Don? ¿qué pasó? —preguntó Noel algo inquieto porque era muy temprano para recibir cualquier llamada.

—Buenos días, ¿eh? —respondió el bromista de su hermano que estaba acostumbrado a la poca formalidad del pequeño de la familia.

—Buenos días, ¿qué tal estás?

—Estoy bien, imaginé que ya estarías despierto y quise llamarte para darte una buena noticia.

—¿Ah, sí? Déjame adivinar: ¿Inés está embarazada? —preguntó esperanzado Noel que estaba desesperado por convertirse en tío.

—¡Dios me libre! No, no es eso. Estoy en la ciudad —respondió Don rápidamente.

No se lo digas a nadieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora