Maya

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Camine descalza por el corredor, cerrando la puerta de mi habitación con cuidado de no hacer ruido, el suelo estaba frio y el estar cubierta solo por una playera y parte de mi ropa interior no ayudaba, sentía las reacciones de mi cuerpo el aventurarme a salir de la cama haciendo tan mal clima.

El departamento estaba oscuro a excepción de la luz que entraba por las ventanas, seguí mi camino hacia la cocina, pero sentí un frio más helado a un costado de mi pie, era un celular, puede que haya caído aquí, el celular marcaba las tres y veinticinco de la mañana, hace tan solo unas horas me había entregado a Lucas de una manera no tan inocente, estaba feliz, pero algo no la dejaba ser completamente feliz.

El celular empezó a vibrar, las notificaciones se hicieron presentes, espere hasta que este se detuvo, intento desbloquear el celular, pero este tenía contraseña, las notificaciones aparecían en el: tres conversaciones pendientes, una de ellas era de Farkle, las otras dos eran de dos desconocidas.

-Este no es mi celular –dije en voz baja.

-No –se escuchó una voz ronca, detrás de ella – es mío.

Di la vuelta rápidamente, Lucas se encontraba en ropa interior frente a mí, sentí el rubor en mis mejillas.

- ¿Por qué estas despierta a esta hora? –pregunto mirando por la ventana el cielo oscurecido.

-No lo sé, solo desperté –conteste, sintiendo como el celular que sostenía volvía a vibrar.

La pantalla se ilumino, una conversación más sin leer, le tendí el celular a Lucas, él lo vio con el ceño fruncido, antes de alejarlo de mi coloco su contraseña, el día en que me fui, lo miré, él tenía una sonrisa de lado.

-Fue una fecha importante –alejo su mano del teléfono –puedes mirar.

Fruncí el ceño, acerqué el dispositivo a mí, el brillo me cegó momentáneamente, tres conversaciones de tres diferentes chicas, sin tomar en cuenta la conversación con Farkle.

- ¿Por qué debería? –le pregunte, mientras bloqueaba el celular.

-Porque no quiero empezar con algún secreto –le respondió mientras tomaba el celular.

Lo desbloqueo, parpadeo unas cuantas veces, supuse que registro su bandeja de entrada, tecleo algo en el teléfono y me lo entrego.

-Lee por favor –le tendía el celular con una conversación abierta.

Lo tome con cuidado, el contacto estaba registrado como "Gabrielle F."

"Hola Gabrielle, sé que es tarde, pero esta vez es verdaderamente

Importante conocí a una chica, una chica maravillosa, no sé si la amo,

Tampoco sé si ella me ama, pero sí sé que espere por ella tres años

No digo que la haya esperado de la manera más inteligente

Pero se lo que siento y sé que quiero algo serio con ella

Quiero que esto funcione, así que no quiero que vuelvas

A marcarme, así como yo lo hare, la quiero, solo a ella,

a nadie más. Adiós Gabrielle.

Lucas Friar enamorado, es una tristeza.

Adiós Lucas espero que seas feliz con ella."

Levante la vista Lucas me observaba con atención, mire el celular una vez más, ¿por qué no podían ser amigos? ¿Lesly era acaso una de estas chicas? ¿sólo eran de una noche? No podían ser de una noche si seguían en contacto, a no ser que ellas aceptaran una relación abierta...

-Maya –me llamo –las próximas conversaciones que lleguen, tendrán el mismo tema de conversación –el teléfono vibro –quiero que sepas que deje ser "Perfecto" hace mucho tiempo, no diré que lo hice por tu culpa, lo hice porque no podía estar en paz conmigo, no sé cómo explicarlo pero así fue, cada vez que conocía a una chica nueva me veía con la necesidad de hablar con ella, de conocerla, de expresar lo que sentía por ella en un principio así fue con ellas –el celular volvió a iluminarse –quería una relación estable pero nunca pude conseguirla, recurrí a amistades libres de compromiso...

Dejo de hablar, su mirada decía que no sabía cómo continuar, camine hacia él.

-Lucas dijimos que estaríamos el uno con el otro sin sentir miedo –encontré su mirada –no quiero saber que sucedió en estos tres últimos años, te quiero, no importa lo que digas o lo que mi propia mente diga, confió en ti, confío en que no volveré a sentir miedo porque tú y yo estaremos juntos, ¿sí?

-Sí –coloco mi rostro entre sus manos –gracias.

Acaricio mis mejillas, acerco su rostro al mío, sus ojos recorrían mi rostro sentí el color llegar a mis mejillas, sonreí, me imito, unió nuestros labios, cerramos los ojos.

Fue un beso lento, sus labios recorrían con suavidad los míos, sus manos se apartaron de mis mejillas, una se colocó detrás de mi cabeza, la otra bajo hasta mi cintura, mis manos subieron hasta estar acariciando su cabello, nos separamos, su frente junto a la mía, sonreí, sentí su mano bajar hasta quedar rodeada por él, sonrío, uní nuestros labios.

De un momento a otro él tenía sus manos en mis muslos, recorríamos el pasillo entre besos y sonrisas, mientras jugaba con su cabello.

Continua enseguida...

Gracias por leer.


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Ella regresó |LucayaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora