-Podría ser un pájaro, ya sabes, volar juntos - contestó.
-Y si... Puede pasar algo entre nosotros 
Axel, un tatuaje es para toda la vida y no creo que si terminamos te guste ir recordando que tienes un jodido tatuaje - dije. 

-La cosa es que nunca vamos a terminar. Por muchas discusiones y por muchos problemas, vamos a estar juntos.
-Pero y si... - me interrumpió.
-Escucha bien Kate - puso sus manos meciendo mi rostro para verle mejor los ojos - ya te lo prometí una vez y volveré hacerlo. Si alguna vez nos pasase algo, cualquier cosa que nos hiciese separarnos, recuerda que el mundo es redondo y que volveríamos a encontrarnos. Volveríamos a estar juntos, entonces, ese estúpido tatuaje, tendrá significado estés o no estés conmigo. Por que eres la única persona que veo en mi futuro. Sólo tú.
-Oh - dije con un hilo de voz que me quedaba por la emoción del momento.
En muy pocos momentos 
Axel se mostraba romántico y la faceta que no había sido capaz de conocer unos cuantos meses antes. 

Y podía decir las vueltas que da la vida, por que uno nunca sabe lo que le depara el futuro.
-Y ahora, ¿qué piensas del tatuaje? - preguntó.
-Una jodida locura, pero allá tu, ¿quieres hacerlo? Hazlo, no voy a prohibirte nada - dije.
-Sería mejor si tu accedieses también... - hizo pucheros.
-Ni lo intentes. No voy a tener tatuajes hasta que no sea mayor de edad 
Axel.

Nunca se hizo ese tatuaje, una semana después, se había marchado.
Sentí las lagrimas quemando mis ojos pero lo quise reprimir.
Ante los recuerdos bonitos y pensar a donde había llegado era una pena haber desperdiciado todo viniendo hasta allí.
Pero la parte de mi que seguía locamente enamorada de Axel, sentía que necesitaba estar allí. No sólo por ser buena ciudadana y terminar el acoso que Axel tenía sobre mi, si no, por que todas aquellas promesas quería que fuesen cumplidas.
Y ahí estaba la loca enamorada.
Dejé de pensar una vez que sentí como la puerta se estaba abriendo.
Detrás de ella, estaba la figura de Axel muchísimo más cambiada.
Ya no lucía sus ropas caras y su cara perfecta. Estaba totalmente despeinado, olía a alcohol y sus ojeras eran todo un poema.
Sentí revolverse mi estomago pero no me eché para atrás, es más, di un paso al frente cogiendo la puerta por si él quería cerrarla.
-Mis imaginaciones son cada vez más reales - sonrió con tristeza.
Me dejó un lado para pasar y no dudé en ello, pero cuando vi su habitación, lo hice.
Estaba toda llena de botellas de diferentes marcas de alcohol esparcidas por todo el suelo de la habitación.
-Bien - me quité mi chaqueta de lana dejándola encima de la cama y girándome para verle beber más de la botella - no más alcohol - dije quitándosela.
-No eres nadie para... - le interrumpí.
-Cierto, no soy nadie, pero, vas hacer lo que yo te diga o juro que me largo - le amenacé.
-No lo hagas - negó con la cabeza muy rápidamente.
-Vamos a darte un baño, apestas Axel - dije cogiendo su mano.
Llevándolo al cuarto de baño independiente en su habitación, me quedé anonadada justo al entrar.
Una gran bañera de los años veinte de porcelana era lo que más destacaba de ese baño, junto, a un lavabo también de porcelana a su lado y la ducha al otro lado de cristal. Todo el suelo era ocre y las paredes de un café con leche.
-¿Impresionante? - balbuceó Axel.
-Mucho - reconocí.
Dejando atrás mi gran asombro por ese baño, dejé ir la mano de Axel justo en frente de la gran bañera para llenarla lo justo y poniendo algunas sales de baño perfumadas.
¿En qué momento pasó Axel de usar el típico champú de supermercado a sales de baño perfumadas hiper caras?
-Desnúdate - dije delante de él.
-Ya lo he hecho - contestó con diversión - ¿cuándo te vas a desnudar tu?
-Oh, yo no voy hacerlo - me sonrojé.
Di unos cuantos pasos hacia atrás y girándome para no verle dejando que Axel entrase en la bañera.
Entendió lo que yo estaba haciendo y resoplando lo hizo.
Me giré cuando escuché el agua agitarse en esa gran bañera.
Axel estaba tumbado con la cabeza hacia atrás mirando cualquier cosa que yo estuviese haciendo.
-¿Vas a poder bañarte solo? - pregunté.
-Si digo que no, ¿lo harías tu? - preguntó sonriendo.
-No - negué.
-Cierto, eres una imaginación, ¿cómo un fantasma que se crea en tu mente puede incluso tocarte? - preguntó para él mismo.
Me volví a acercar poco a poco a la bañera y me senté justo donde él tenía su cara que no dudó en acercarla a mi.
-¿Por qué crees que soy fruto de tu imaginación y no la verdadera Kate? - pregunté.
-Ella es demasiado orgullosa - ronroneó divertido - Kate no podría venir aquí por todo el oro del mundo.
-¿Y por amor? ¿No vendría por él? - pregunté alzando las cejas.
-Muchas veces me lo he preguntado, ¿ella me quería tanto como yo lo hacia? Pero luego, recordaba sus primeras palabras 'no creo ni siquiera en el amor' - soltó una pequeña carcajada - pero yo creía que me quería.
-Yo no fui quien se marchó, nunca lo haría - contesté conteniendo mis lagrimas.
-Me culpo por eso, ¿y si estaba enamorada de mi? Yo fui quien la cagó, pero no me di cuenta hasta que estuve lejos de ella y tenía miedo de volver, tenía miedo de volver a verla, sólo por que ella no me perdonaría jamás.
-Y no lo haré - sonreí - me enamoraste una vez, pero no hay segunda vez.
-¿Crees que ella está enamorada de mi? - preguntó mirándome.
-Voy a limpiar un poco tu mierda de habitación - dije levantándome.
Cerré la puerta una vez que estaba en su habitación y mientras estaba recogiendo todas sus botellas las lagrimas que tanto se habían avecinado estaban saliendo por si solas y ya no podía controlarlas.
Habían más de cien botellas en toda la habitación, casi todas habían estado debajo de la cama pero se esparcieron. Axel las tenía muy buen guardadas.
Entre ellas habían dos de Jack Daniels vacías y podía adivinar que esas dos fueron las primeras que bebió.
Una vez que terminé en limpiar la habitación, dejé las bolsas de basura justo en el pasillo y ya me ocuparía cuando me fuese o que se ocupasen ellos.
Cuando volví a entrar, me aseguré de dejarle ropa limpia a Justin en el mármol del baño y avisando que debía salir pronto.
Y cuando me vi en medio de la habitación con todo ordenado me sentí vacía. Después de todo, en el momento que él se fuese a dormir, le dejaría una nota para asegurarle que yo había estado allí y que no volviese a tocar una bebida en su vida, luego, me iría.
Y ahora mi miedo era marcharme. Tenía miedo a marcharme.
-Oye Kate - dijo Axel apareciendo por la habitación - ¿puedo pedirte algo?
-Depende de lo que sea - contesté poniendo la cama en orden para que se tumbase - pero deberías irte a dormir.
-Ahí dentro me ha dado que pensar, ¿y si eres la verdadera Kate? - preguntó - y si lo eres, me gustaría dormir contigo.
-¿Estas loco? Tengo que irme, tengo un niño que cuidar y... - me interrumpió.
-Si sólo eres una imaginación, mañana cuando me despierte con mi resaca no estarás, pero si llegas a ser tú, tendré la esperanza que algún día vuelvas conmigo - contestó.
-Tienes que dejar la bebida - comenté sacudiendo mi cabeza - a dormir Justin.
-Sólo... No te vayas Kate. Este es el mejor momento que he tenido en mucho tiempo - dijo tumbándose en la cama y cerrando sus ojos - tengo miedo a no volver a verte, a no ser capaz de amar a nadie más. Lo intenté, pero nadie es capaz de superarte. Tu estás echa para mi.
Y se durmió. Su respiración se volvió tranquila, pasiva, roncaba. Justin se había dormido dejándome allí aun peor de lo que había estado.
Respiré hondo y lo único que quería era tumbarme a su lado, pero no era tan masoquista y prefería quedarme incluso sentada en un lado mirando como dormía.
Pero cuando divisé el paquete de tabaco de Justin de la mesilla, la mejor opción era salir al balcón a tomar un poco el aire fresco de marzo y fumarme algún que otro cigarrillo.
Cogí mi chaqueta de lana y me fui al balcón, tampoco refrescaba mucho a la noche en el estado de California pero no quería pillar un resfriado por ir un con un vestido corto y sin ninguna chaqueta.
Saqué mi móvil para llamar a Jenna y avisarle de todo lo que estaba pasando. Ella iba a respaldarme con Kate hasta que volviese a casa.
Pero yo no sabía cuando iba a volver.
-¿Kate? ¿No estabas de exámenes? - preguntó Jenna.
-No estoy en la universidad... - contesté.
-¿Y donde estás? ¿Ocurre algo? - preguntó extrañada.
-En casa de Justin, Ethan me ha llamado, necesitaba mi ayuda y yo... No sé como pero estoy aquí, jodida, confundida, pero estoy en el puto balcón de la habitación de Justin y sin saber que cojones voy a hacer.
-¿Y qué ha pasado para que estés allí? - preguntó.
-Justin se había emborrachado lo suficiente, no hacía caso a sus padres, ni amigos, y han tenido la genial idea de llamarme.
-Y has logrado todo lo que ellos no han podido - eso lo dijo por mi.
-¿Qué se supone que tengo que hacer? Él está durmiendo, podría marcharme y se acabaría mi tortura, pero él me pidió que me quedase para saber si yo era real.
-Este consejo se me hace raro decirlo, por que creía que no iba a decirlo nunca más hablando de Justin. Pero Kate, haz lo que tu corazón diga. No te preocupes por Jake, yo lo cuidaré.
-Tengo miedo - reconocí.
-Eres Kate, dentro de ti, muy dentro, está mi Kate, y sé que va a hacer lo que mejor vea. Y sé que te vas a quedar. No puedo prohibirte nada, por mucho que te recuerde que Justin se fugó, pero tal vez él tenga su historia y por qué se marchó y te dejó sola en los peores
momentos. Sólo es averiguarlo.


-----

HOLITAAAAAAAAAAA.
Pues aquí tenéis otro capítulo, ¿habéis visto el cambio que ha pegado Justin en semanas?
Vengo a deciros algo, el siguiente capitulo sigue con esto, es decir con Justin, pero tranquilas, que todas las preguntas abiertas que hay, se van a ir respondiendo y la acción principal (Justin y Kate) seguirá al aire.
Pues eso, espero que os haya gustado.
Comentar mucho, para saber lo que pensáis de ello.
Oskm.

Vuela Libre #2 (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora