Capítulo 39 🌙

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Asher

Sin sonidos, sin movimientos, sin quejas.

Julianne está inmóvil en el suelo, sus párpados caen y la sangre fluye de su boca como burbujas. La vista me deja sin aire y mi corazón se detiene.

Julianne está muriéndose.

Como puedo, empiezo a cojear lentamente hacia ella. Aprieto mis dientes cuando veo varias balas incrustadas en su cuerpo. Quiero pegarle a algo. Quiero destruir todo a mi vista. Quiero encontrar a quién hizo esto y rasgarlo en pedazos. Julianne cambia a su forma humana y queda desnuda mientras tiembla, pero no me importa. Todo lo que deseo es ayudarla.

—Asher...

Estoy momentáneamente congelado... aturdido por lo que veo. Su cabello rubio se tiñe de rojo brillante por las heridas. Su rostro está tan hinchado que es irreconocible. La sangre cae lentamente de su nariz y tose. La bala de plata está matándola, maldita sea. Es cómo un virus matando cada célula de su cuerpo.

Miro a Arianne y le imploro:

«Debemos ayudarla»

Asiente con los labios temblorosos y después somos testigos de cómo sus manos desprenden brillantes luces cuando toca a Julianne, pero ella se aparta con disgusto.

—No me toques —sisea —. No te atrevas a tocarme, bruja asquerosa. Te odio.

Arianne la obliga a mantenerse quieta. ¿No puede ignorar su orgullo por unos minutos? Existe la posibilidad de que muera y no se deja ayudar.

—Vas a morir si no me dejas —musita Arianne —. ¿Quieres morir? Porque apartaré las manos si ese es tu deseo.

Julianne le escupe en la cara y Arianne se queda paralizada. Maldita sea. ¿Cómo es posible que actúe así en un momento como este? Está a punto de morir.

—Lo siento en mis pulmones y mi podrido corazón —lloriquea Julianne —. Tu toque no podrá quitarme las malditas balas, estúpida. Prefiero morir antes que vivir con el odio de Asher. Ya no tengo nada que perder, mi patética vida no me importa.

Arianne se limpia la cara mientras mis hermanos están estoicos. El miedo se mezcla con la cólera. Mi compañera intenta salvarla y ella rechaza su ayuda. Su odio es mucho más fuerte que las ganas de vivir.

—Necesito decirte algo antes de irme —Julianne me toca como puede, rogándome que permanezca junto a ella. No tenía idea de que fuera tan fuerte, pero es el terror en sus ojos lo que llama mi atención —. Escúchame, Asher.

Permanezco en mi forma lobuna, atento a sus palabras. Cierro los ojos, mis entrañas están completamente destrozadas. No puedo creer que ella morirá en segundos. No puedo creerlo. Han sido días muy difíciles, nuestra amistad se echó a perder, pero nunca pedí este final.

No debería terminar así. ¿Qué tan triste es? Toda su vida estuvo obsesionada conmigo y perdió la ilusión de encontrar a su compañero. Nunca fue feliz realmente.

—Lo que leíste en mi diario es cierto —confiesa Julianne con una tos —. Yo las maté porque no soportaba la idea de que ellas pudieran tenerte. Todo lo hice por ti. Lo siento tanto...

Mi mundo se cae a pedazos y llora más fuerte cuando me aparto. Ya lo sabía, pero su confirmación duele como las balas que están matándola. Traicionó mi confianza, destruyó el aprecio que le tenía y permitió que me vieran como un asesino durante años. Mató a chicas inocentes por culpa de su obsesión.

—También le he dado información a unos tipos que están buscando a tu compañera —tartamudea —. Pronto estará muerta y tu madre...

No escucho nada más que el bajo zumbido en mi oído. Mi cuerpo se entumece y todos mis sentidos están desordenados.

Dulce Maldad [En Librerías]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora