El repiqueteo de mis propios pasos retumbaba en mis oídos junto a los de otras cientos de personas. Podía sentir como Dinah y los gemelos me seguían de cerca por el aeropuerto, ya que volveríamos a Forks. No puedo permitir que algo le pase a Emily, Aaron ya lo intentó una vez y falló, en esta ocasión no habrá excepción.
-¿Estás segura de esto?.- Preguntó Dinah a mis espaldas cuando estábamos por abordar el avión.
-Se trata de mi familia.
-Sí, pero es peligroso para ti. Estamos a un día de la Luna Llena.- Me recordó aquello y aunque no lo admitía, le temía un poco a aquella noche- Al menos debiste habérselo dicho a Camila.
Una punzada de dolor me recorrió el pecho al escuchar el nombre de mi mate. Ella no tenía idea acerca de mi regreso, pues todo había ocurrido esta mañana luego de que ella hiciera su camino hasta la Universidad.
-Es mejor así.- Murmuré cabizbaja antes de comenzar a caminar a la zona de abordaje luego de el llamado a los pasajeros.
Si se trata de poner a salvo a los que amo, vale la pena dar la vida por ello.
...
-Buenas tardes Señorita Camila.- Le sonreí a el señor Levine, el conserje de la escuela.
-Hasta la próxima semana.- El hombre mayor me regaló una cálida sonrisa antes de continuar por el pasillo.
El día estaba nuboso en Nueva York siendo acompañado por un gélido viento que enfriaba mis manos y rostro. Acomodé mi abrigo antes de hacerme caminó por las calles de la ciudad en dirección al edificio, en donde estaría encerrada en mi habitación sin intentar romper el hielo con Lauren. Después de lo de ayer las cosas se habían tornado tensas entre nosotras y la ojiverde apenas me dirigía la palabra.
Me entran unas inmensas ganas de llorar cada vez que pienso en que todo esto es mi culpa por habérselo ocultado a Lauren. Y cuando la bomba estalló ya era demasiado tarde para ser sincera con ella.
Cuando por fin estuve en el edificio caía una leve llovizna que empapaba las calles de la ciudad y a todo aquel que transitaba por ellas. Fruncí un tanto el ceño cuando me adentré en el departamento y ningún olor o sonido familiar abarcó mis instintos. Caminé hasta la sala en donde todo parecía en calma e intacto como si nadie hubiese estado allí por horas.
-¿Lauren?.- Pregunté caminando por el pasillo hasta la habitación despojándome de mi abrigo.
Pero al cruzar la puerta del cuarto me encontré con algunas cosas fuera de lugar y las puertas del armario abiertas de par en par. Me acerqué para echar un vistazo y noté que faltaban demasiadas cosas de la ojiverde, además de una maleta. Mi pulso se aceleró llevándome rápidamente a buscar señales de Dinah y los chicos, pero no tuve éxito alguno. Todos parecían haberse marchado en mi ausencia, pero sólo me hacía falta la Alpha.
Las lágrimas se hicieron presentes siendo mi única compañía en aquel momento, y recorriendo mis mejillas hasta el mentón. Sólo mis sollozos se oían en la habitación, haciendo eco contra las paredes y retumbando en el amplio ventanal. Mi mente bagaba buscando alguna explicación para todo esto que ocurrió de manera repentina, y me preguntaba qué había provocado que Lauren se marchase sin decirme nada.
Un dolor agudo se instaló en mi pecho junto con el sentimiento de miedo recorriéndome el cuerpo y provocándome escalofríos. No importa verdaderamente porqué ella regresó a Forks, lo que importa es lo que podría ocurrirle en aquella ciudad.
Tengo que estar con ella.
...
Normani
