Capítulo 45 - Si tu estás listo, yo también lo estoy.

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Salí disparada hasta Anna y tomé el vestido en mis manos para poder verlo y apreciar cada detalle de éste.

-Es muy lindo- dijo Percy luego de acercarse a ambas.

-¿Es tu vestido de novia?

-¡Todo en el me encanta!

-¿Pero es lo que quieres usar hoy?

-No tengo problema con el.

-Es rosa- dijo Percy.

-Rosa metálico.

-Y precioso- dije antes de tomar mi celular y revisar éste al sentir su vibración.

-Sin preciones, sólo quería decirte que todo listo por mi parte.

-Necesito probarmelo- le comenté bajo a Anna luego de apartarme del celular y ella asintió y comenzó a caminar frente a mi -¿Cuánto tiempo me queda?

-Debemos estar en la capilla a las 7:30.

-¡Tengo menos de dos horas!

-Lamentablemente, sí.

-Está bien, no te preocupes- le hablé tranquila después de meterme en el probador.

-Fue todo el tiempo que conseguí, lo lamento.

-Está bien. De verdad.

Puse el celular en altavoz y lo dejé sobré un estante para así con mis manos libres poder comenzar a deshacerme de mi ropa.

-No tiene porque ser hoy, Riley.

-¿En otros 6 años?

-Te amo. Me amas. Estoy contigo y tu conmigo, podemos esperar.

-No quiero esperar y tu tampoco. Por eso me pediste matrimonio en el avión.

Escuché como soltó una pequeña risita, abrí la puerta del probador y Anna me ayudo con el cierre.

-De acuerdo. Necesito tu dirección.

-Te la mandaré por mensaje.

-De acuerdo.

-Te amo- le dije mientras me miraba al espejo en el hermoso vestido que Anna y Percy habían encontrado para mi.

-Y yo te amo a ti, Riley Bellamy.

Finalizó la llamada y por un texto le mandé la ubicación de la tienda. Salí del probador y me miré de diferente ángulos gracias a los espejos.

-¡Te ves hermosa!- dijo emocionado el chico que odiaba las compras.

-¿En serio?

-Luces preciosa pero aún necesitas accesorios.

-Me gusta esta gargantilla- Percy se acercó a mi con el collar y luego de verlo me ayudó con el.

-¿Velo o tocado?

-Velo- le respondí a Anna quien sólo asintió y se apartó. Unos minutos después volvió y me colocó el velo con cuidado.

-¿Qué te parece?

-Estoy casi lista- hice saber a ambos aún mirando mi reflejo con una enorme sonrisa.

-¡Estás divina! Y me alegra mucho el haber podido ayudar.

-Muchas gracias a ambos, no lo hubiera podido hacer sin ustedes- abracé a ambos y un rato después me encargué de pagar por sus servicios y por supuesto por el vestido y los accesorios.

Di un pequeño giro y observé el movimiento del vestido en la parte de abajo. Ni siquiera quería quitármelo y dejar que lo metieran en una bolsa.

Cuando la vida se complicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora