La Maldición del Heredero (+18) (Completa)

· XXI | La Verdad ·

Lost in skies of powdered gold, caught in clouds of silver ropes,

showered by the empty hopes as I tumble down,

falling fast to the ground.

I know I'll wither, so peel away the bark 'cause nothing grows when it is dark.

In spite of all my fears I can see it all so clear.

I see it all so clear.

Crystals (Of Monsters and Men)

Harry no sabía mucho sobre la historia de Louis. Sabía que había sido criado por un hombre que no era su padre, luego de la muerte de su madre y el secuestro de su hermana. Sabía que tenía un corazón gigante y que palabras como promesa, honor, culpa y venganza significaban algo para él. Sabía que sangre sagrada corría por sus venas, como había corrido por las de su madre. Sabía que había aullado a la luna cuando tenía apenas seis o siete años. Sabía que ocultaba un poder magnífico del que ni siquiera era consciente.

Sabía, sobre todo, que Louis no sabía, ni quería saber, nada de eso. Al fin y al cabo, ni sangre, ni sagrado, ni Atalanta significaban para él lo mismo que promesa, honor, culpa o venganza. Harry no sabía mucho de Louis, pero sabía de él lo suficiente. Que no tendría sentido contarle la verdad que conocía, y que sólo había un lugar en Lykos-River donde Louis se sentía lo suficientemente seguro para hablar, razonar, decidir qué hacer.

Harry lo había arrastrado de Leviatán apenas sonó la voz de alarma. No fue Lottie quien alertó a la Universidad de que algo ocurría. Ella apenas había fruncido el ceño al oír las palabras de Louis y lo había mirado con expresión confundida y enormes ojos azules. Harry sabía que quizás nadie le había dicho que siquiera había tenido un hermano, pero si acaso ella alguna vez se había mirado al espejo, reconocería el Louis los rasgos familiares.

La conversación murmurada, sin embargo, había atraído a alguien más.

Niven abrió la puerta al balcón tan rápido que ni Harry ni Louis tuvieron tiempo a reaccionar. Harry reconocía el olor ahora, lo había conocido —por supuesto que lo había hecho, era el Alfa de mayor jerarquía en Escocia, pero en ese momento no parecía digno de su jerarquía. Sin embargo, pese a su cabello canoso y cuerpo adelgazado con los años, al ver a Louis y sus gestos, al oler su perfume, la indudable certeza se encendió en él y sacó pecho. Pareció crecer metros en tan solo segundos. Tomo a Lottie por los hombros y la echó detrás de él.

—¡Aléjate de ella! —gruñó, pero Louis gruñó también.

Un gruñido ronco y adolorido, que le rasgó la garganta al salir. Niven debió percibir en él la misma fuerza que Harry, porque sus ojos se opacaron por un segundo antes de finalmente comprender que estaba perdido y en un gesto desesperado aullar a los aires. A Louis no pareció importarle, mientras se preparaba para saltar sobre él, pero Harry estaba lo suficientemente sereno para comprender lo que eso significaba: Niven había pedido ayuda y estaban en un Baile repleto de Alfas: en un segundo una docena de ellos llegarían a los balcones y verían a Louis atacándolo. No le darían tiempo a explicar.

Harry tomó a Louis por el brazo, intentando detenerlo.

—Vienen, Louis. Debemos irnos —exclamó sin dejar de tironear de él.

—No me importa —gruñó.

—¡No te escucharán!

—No necesito que lo hagan —respondió y con un fuerte sacudón se libró de la mano de Harry.