CAPITULO 28

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POR LA NOCHE

NARRADOR OMNISCIENTE

-¿Te gusta?

-Si, me encanta ver las estrellas. -Jude sonrió orgulloso para apretarla más contra él.

-Por cierto... Me dijo un pajarillo que te gustan los libros de Federico Moccia...
-¡Si! Adoro tres metros sobre el cielo... ¿Sabes qué ya salió la tercera parte?

-¿Es que tiene tercera parte?

-¡Si! Es el desenlace final, y la verdad es que estoy muy intrigada por saber que pasará.

-Si, se nota que estás emocionada... -Dijo sin evitar sonreír. Su plan sería perfecto.

-¿Chicos? ¿Qué hacen todavía aquí? -Ambos saltaron al oír la dura voz de Damian a sus espaldas. -Si tu madre te ve a estas horas aquí te mata, Jude.

-Ya nos íbamos, señ... Damian. -Contestó Sidney poniéndose de pie. -Buenas noches.

Y sin ni siquiera acercarse a su novio para darle un beso, esquivó a Damian para irse directamente hacia el cuarto de Cielo.

-Genial, papá. Ni siquiera se despidió como era debido.

-¿Y cómo se suponía que debía despedirse? -Dijo divertido mientras que esperaba que su hijo entrara para cerrar la puerta del jardín trasero.

-Ya sabes como, papá. -Damian rió divertido para comenzar a subir las escaleras con su hijo.

Sidney abrió la puerta de la habitación de Cielo para ver a la joven boca arriba tapándose la cara.

El resto de su familia había alquilado una habitación de hotel menos ella. Y a pesar de que la habitación de huésped ya estaba libre, prefirió seguir durmiendo junto a su futura cuñada.

Se metió bajo las sábanas para cerrar los ojos e intentar dormir hasta que algo le hizo cosquillas en el brazo.

Enseguida abrió los ojos creyéndo que podría ser algún mosquito o cualquier otro bicho que entrara por la ventana.

-¿Pero no estabas dormida?

-Tengo que contarte algo. -Dijo Cielo mirándola desde las alturas.

-¿Qué pasa?

-¿Con cuantos años diste tu primer beso? -Sidney casi se atraganta con su propia saliva al oír eso.

-Mmm... Emm... Pues con la que tengo ahora... -Dijo algo avergonzada. -Fue con tu hermano...

-¡Y yo con el tuyo! -Gritó de repente haciendo que Sidney se sentara como un rayo en la cama.

-¿Qué? Pero... ¿Qué dices?

-¡Si! Pasó esta tarde en la pastelería ¡y fue genial! En serio, nunca me había sentido tan bien. -Dijo sonriendo de oreja a oreja mientras que apoyaba la espalda en el colchón.

-Pero él no puede... Tiene...

-Lo sé, me dijo que se había peleado con su "novia" antes de venir.

-Que fuerte... -Murmuró Sidney aun sin creerse lo que Cielo le acababa de decir. -No puedes ilusionarte con él, Cielo. No está bien lo que hicieron, sobre todo él teniendo a alguien...

-¡Pero ese alguien no está aquí!

-Lo sé, pero está mal. Ya hablaré yo mañana con mi hermano.

-¿Te enfadaste?

-Contigo no. -Dijo secamente para volver a apoyar la cabeza en la almohada y cerrar los ojos. -Buenas noches, Cielo.

-Buenas noches... -Murmuró la joven para darle la espalda a Sidney sin dejar de sonreír.

Lo habría conocido el día anterior, pero para ella ya era el mejor chico del mundo. Incluso mejor que Fabio.

●●●

-¿No estás nervioso?

-¿Nervioso yo? Nunca estoy nervioso, princesa. -Mintió haciéndose el fuerte.

-¡Pues yo si! Aún no me creo que ya solo queden días para nuestra boda... -Kysha sonrió para sentarse sobre la barriga de su novio. -Aún recuerdo cuando Jude era un bebé y miralo ahora... ¡Con novia y todo!

-Pues si...

-Mi pequeño angelito está creciendo demasiado rápido.

-No iba a quedarse siendo bebé toda su vida. -Kysha lo miró mal para golpearlo en el pecho. -Además, vas a tener que asimilar que pronto también se irá de casa.

-¡Mi bebé! -Gritó dando un pequeño salto sin darse cuenta que eso perjudicaba a su futuro marido. -¿Crees que decida trabajar en la empresa de California?

-Por supuesto, Kysha. Derek eligió la de Nueva York porque tiene su vida hecha allí y estoy seguro de que Jude no perderá la oportunidad de estar junto a Sidney.

-Tienes razón... -Murmuró Kysha algo apenada. -Lo echaré mucho de menos...

-Si, pero la vida es así, Kysha. -Dijo acariciandole una de las mejillas. -Pero cambiemos de tema ya, no quiero verte triste.

-Si... -Sidney le sonrió para inclinarse y besarlo. -Oye, debes de prometerme que en tu fiesta no habrá ninguna chica.

-Yo puedo prometertelo, Frank no sé...

-¿Qué? Promete que no habrá ninguna chica, Damian. Como yo me entere de que...

-Eh, eh, tranquila.

-Juro que me lo cargo.

-Pero que agresividad. -Murmuró Damian divertido. -Me gusta que seas posesiva.

-Y a mi que no me engañes. -Dijo aun sabiendo que él podría enfadarse.

Y era verdad, habrían pasado demasiados años desde que Kysha se había enterado de que Damian estaba casado, y a pesar de que luego lo perdonara, eso no le impedía que muchas veces recordara esa temporada pasada en su vida.

-Sabes muy bien que solo tengo ojos para ti, Kysha. Siempre los he tenido... -Sin esperarlo, vió como una lágrima rodó por su mejilla y pronto se sentó aun con ella encima para abrazarla. -Hemos hablado muchas veces de esto, amor. No entiendo porqué sigues volviendo al pasado...

-Lo sé, y tienes razón, pero... Creo que el que Cielo esté aquí me recuerda más las cosas. Sé que ella no tiene la culpa de nada y sabes perfectamente que la quiero tanto como quiero a Derek, pero...

-Le diré a Frank que no lleve ninguna chica, lo prometo, o al menos para mi. -Dijo pasando los pulgares por sus mejillas. -Pero tú debes de prometer lo mismo.

-En mi fiesta no iba a ver chicos. Siempre lo he pensado y siempre lo pensaré. No me hace falta ningún otro chico porque te tengo a ti.

-Así me gusta. -Y sonriendole, acortó el espacio que los separaba para besarla intensamente como solo él sabia hacerlo.

The Distance Love Donde viven las historias. Descúbrelo ahora