El Chico del Departamento de Junto // Elrubius y tu

CAPITULO 1

CAPITULO 1

Las gotas se escurrían rápidamente sobre la ventana del auto, el cielo estaba gris, cubierto de nubes y no se lograba ver ni un rayo del sol.

–¿Aquí a la izquierda señorita? –Pregunto el conductor.

–Si por favor –Respondiste.

Hubo un momento de silencio.

–No quiero ser inoportuno pero... ¿por qué la cara larga? –Te preguntó el señor.

Lo volteaste a ver y le sonreíste –Es que vera, me estoy mudando y pues...supongo que extraño a mi familia.

-Ah, así que eso es –dijo–. Seguro que cuando se acostumbre a este lugar no querrá volver- añadió el amable señor mientras se reía un poco

Sonreíste esperanzada –Eso espero señor.

El resto del camino fue silencio, a excepción de las gotas de lluvia que caían sobre el taxi y las ventanas. Poco a poco te fuiste adentrando en Madrid hasta llegar al centro, su centro, al centro de Madrid.

Llegaron y antes de bajarte le diste el dinero al conductor (mas una buena propina). Luego miraste hacia afuera y viste como caía la intensa lluvia sobre el suelo.

Maldijiste en tu mente– No tenían pronosticado lluvia... ¿o sí? –Te preguntaste a ti misma en tu mente.

No tuviste alternativa, así que te bajaste del auto y empezaste a mojarte toda; pero al momento de poner el pie sobre el suelo pisaste un charco, provocando que se te empapara tu tenis y parte de tu pantalón.

–Mierd... –te contuviste y respiraste hondo. Escuchaste al taxi irse y justo en el momento que dio el arrancón causo que el agua en el pavimento salpicara fuertemente sobre ti–. ¿¡Oh pero que...!? –Tu cabello (color de cabello) se había empapado al igual que tu ropa.

Rendida miraste al cielo, y de un momento a otro te dejo de importar el hecho de que si estuvieras mojando bajo la lluvia, dabas gracias de que no hubiera mucha gente en esa zona o te estarían mirando como si estuvieras loca. Suspiraste y te dieron ganas de echarte a llorar, extrañabas demasiado a tu hermanito, extrañabas demasiado a tus padres, extrañabas demasiado tu hogar, extrañabas demasía...

–Oyeh amigah, no sé si te hah dado cuentah pero te ehtah mojando...

Esa voz te saco de tus pensamientos, y te diste cuenta que la lluvia ya no caía, alguien había colocado un paraguas sobre ti. Volteaste a ver a la persona que te había hablado y a quien viste fue a un muchacho con unos cuantos años mayor que tu. Tenía un acento muy peculiar.

–Ah si…es que este es mi departamento –Contestaste señalando el gran edificio blanco que tenias justo enfrente.

–¿Y por que no hah entradoh? –Preguntó–. Digoh lo tieneh aquí enfrenteh-

–Pues yo, eh- la verdad no se…

El muchacho rió– Queh rara ereh –Comento con una sonrisa.

–Ejejejeje… –Reíste avergonzada.

Genial (Nombre) muy buena primera impresión. Pensaste.

–Vamoh te acompañoh adentro.

–Oh no, no hace falta –Dijiste por cortesía, por que al vivir sola aquí no te vendría mal un amigo, y parecia ser que el también vivía en el edificio.

–Eh no importah, de por si yo también iba a entrah.

–Ah, pues esta bien –Sonreíste–. Gracias.

-No hay de queh- te dio una sonrisa de lado y comenzaron a caminar

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Subieron al elevador, el te pregunto tu numero de piso para ponerlo, así que se lo dijiste

–Es el mismoh piso al que yo voy –Comentó con una sonrisa.

–¿Ah si? –Preguntaste sorprendida.

–Si, que casualidah –Dijo riendo, luego marco el numero.

El elevador empezó a subir pero el silencio que había entre los dos te puso incomoda, así que pensaste en algo que decir.

–Y… ¿desde cuando vives aquí? –Preguntaste, usando como excusa a tu tenis mojado para mirar al suelo.

- Ah no, un muy buen amigo mio viveh aquí –Dijo, luego noto como mirabas al suelo intencionalmente, sonrió ante esto–. ¿Y tu viveh aquí? Nunca teh había visto.

–Me acabo de mudar –Respondiste mirándolo a los ojos de nuevo.

–¿Hace cuanto?

–Llegue hace unas horas así que…no llevo mucho tiempo –El elevador se abrió y los dos salieron, pero el chico apenas salió se detuvo, haciendo que te le adlantaras unos cuantos pasos. Volteaste hacia el y viste que te miraba fijamente.

–¿Acabah de llegar? –Dijo sorprendido, con las cejas bien altas.

-Si…

–Vaya, ¿de donde vienes? –Pregunto con curiosidad y empezando a caminar otra vez, se detuvo cuano llegó a tu lado.

–De (País) 

–¡Oh genial! –Dijo– Pues, bienvenidah a Madrid…emm… –Puso una mueca pensativa–. ¿Cómo te llama'?

Sonreíste, no te habías dado cuenta que ni tu ni el sabían sus nombres

–Me llamo (Nombre) 

–Bienvenidah a Madrid (Nombre) –Repitió ahora añadiendo tu nombre–. Yo me llamo Miguel, pero me puedes llamar Mangel

–Mucho gusto Mangel –Le dijiste alegre. Este sonrió y empezó a caminar, tu lo seguiste, cargando tu bolso-maleta lleno de tu ropa, que por cierto no tenias mucha, tus padres te habían dado una cantidad de dinero para comprarte ropa allí, tendrías que ir de compras y…

–Oyeh (Nombre) –Te llamo Mangel.

–¿Mmmm? –respondiste volteando hacia el

–Me caeh bien

Y con eso, te diste cuenta que vivir aquí no seria tan malo.

FIN CAPITULO 1