Habían pasado dos semanas desde la ultima vez que vi a mi pequeña. No recibía ninguna llamada de ella, solo estúpidos mensajes de la maldita de Caroline.
Y hablando de la reina de roma.
Número desconocido:
Para ser un magnate eres bastante tacaño, ¿no puedes soltar un par de millones más?
Aclarando todo esto, he estado depositando dinero a la cuenta de esa repugnante mujer, solo para asegurar que no le hará daño a Naidelyn.
Estaba apunto de llamarle a la zorra urgida, cuando Agnes abrió la puerta de golpe.
-Señor, disculpe, pero tiene visita.
-¡Agnes, por el amor de dios! te dije que no quiero visitas, diles que estoy de viaje, no sé, inventa algo. -Le contesté sobando mi nuca.
-Es el joven Christian. -Dijo casi en su susurro.
-Ah, deja que pase.
Me coloqué una gorra y salí a la sala donde Christian me estaba esperando.
-Justin, ¿que onda hermano? Luces jodido.
-No luzco, estoy jodido. -Le contesté sentándome frente a él.
-Hombre, vine porque Naidelyn, está actuando muy extraño, en la escuela apenas y me habla, y cuando quiero acompañarla a casa siempre llega esa mujer y se la lleva. Se está convirtiendo en un destello que no distingo.
-Esa mujer. No solo quiere alejarme a mi sino también a ti.
-Están haciendo que deje de confiar en nosotros. Creo que conozco una forma de acercarme a ellos.
-¿Cuál? -Le pregunté expectante.
-Ashton.
-¿Y ese cabrón quién es? -Pregunté parándome del sofá.
-Es hijo de Caroline, hace como dos meses entró a la escuela.
-¿Piensas ganarte su confianza de la noche a la mañana?
-Hoy son las pruebas para el equipo de fútbol de la escuela, haré que lo integren al equipo y con eso será más que suficiente. Iras conmigo, ¿tienes algún uniforme deportivo?
-¿Quieres que luzca como un chico de diecinueve o un precoz de dieciséis?
-De diecinueve, diecinueve está bien. -Dijo riéndose.
-Eso pensé, espera aquí, iré a vestirme.
(...)
-¿Así? -Dije acomodando mi chaqueta.
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