Capítulo 3: Lo que sentimos

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Craig ya sabía lo que pasaría, después de todo vivió ese ambiente en los recurrentes sueños que había tenido las últimas 2 semanas. 

Generalmente, él solía simular muy bien que nada pasaba, pero su último sueño no le permitió descansar lo suficiente, y la sola idea de tener que ver a Tweek a la cara le quitaba el apetito. Estaba preocupado y se odiaba por no tener las cosas claras con su novio. Si bien, estaba siendo él mismo con sus sentimientos, nunca aclaró qué tipo de relación estaba esperando. 

Para Craig, Tweek era como un hamster gigante al que tenía que cuidar y consentir; por la misma razón, no se dio cuenta hasta hacia 2 semanas que el también quería algo de cariño. Ellos no eran novios empalagosos, sólo eran niños normales que jugaban juntos mientras se tomaban de las manos y se querían sinceramente, aunque eso ya no parecía suficiente para el azabache.

Craig había estado soñando con Tweek; nada sucio, solo situaciones cotidianas como jugar con su pista de carreras o entretenerse con Stripe. Los sueños eran agradables y felices, hasta que en uno de ellos se presentó un abrazo... en un ambiente bastante rosa. 

"Fue solo un abrazo" pensaba Craig al despertar, después de todo abrazarse no era nada grave... pero cuando lo pensaba, su corazón parecía alterarse un poco, así que por esos días evitó acercarse mucho a Tweek cuando estaban juntos. Por suerte, el rubio era distraído y no se dio cuenta.

El día anterior al desmayo, despertó horriblemente sobresaltado y con sudor frío resbalando por sus sienes. El sueño era como siempre: Tweek y él jugando en su habitación. Todo normal; Stripe corriendo entre sus pies, la mirada de Tweek en los autos que el hacía chocar contra la pared mientras el rubio dirigía a la ambulancia hacia ese lugar... todo bien hasta esa parte. Luego, de un momento a otro (como es típico de los sueños) ambos estaban tomados de las manos mirándose fijamente, y esto era algo a lo que Craig no podía escapar: esa mirada cerrada acababa en sus labios uniéndose de una forma dulce y bastante real para él. 

Al siguiente día no quería ver a Tweek por la vergüenza, así que apenas pudo corrió a esconderse al baño, aunque nunca contó con desmayarse por su mal dormir. Él no era enfermizo, a si que tenía claro que Tweek exageraría, y para bien o para mal, tendría que explicarle la bochornosa situación.

Craig sentía miedo e inseguridad. Ellos nunca habían hablado de cosas como besos o sexualidad (aunque las charlas semanales del director PC eran más que suficiente), y su temor crecía cuando pensaba en la formas de reaccionar de Tweek.

"Se sentirá incómodo" pensó Craig. Incluso se lo podía imaginar diciendo "¡¿Besarnos?! ¡ES DEMASIADA PRESIÓN!" para luego de eso alejarse. Sin embargo, ellos eran novios y debían hablarlo tarde o temprano. 

Ahora, en este mismo instante estaba ocurriendo: Estaban tomados de las manos y mirándose fijamente el uno al otro mientras el ambiente parecía algo romántico. Craig comenzó a hablar sin quitar sus ojos de Tweek.

—Yo... me quiero disculpar —dijo casi susurrando para no estropear el trance.

—Craig... —el rubio acarició el rostro del contrario lo que provocó un pequeño escalofrío por su espalda— n-no entiendo porque te disculpas aún... —su semblante mostraba preocupación.

—No he sido honesto Tweek... —tomó la mano que estaba en su mejilla para acariciarla— la verdad es que... he tenido sueños que no me dejan dormir... —Craig contuvo la respiración.

—¿Pesadillas? ¡Agh! ¡Yo tengo todo el tiempo! y aunque gracias a ti tomo menos café, sigue habiendo noches que no duermo... malditos gnomos... —declaró mientras parecía molesto con el recuerdo que probablemente debería comprar más calzoncillos.

[South Park] Nuestro primer beso [Creek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora