Issues

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Por si no les aparece la cancion se llama Daddy Issues de The Neighbourhood, simplemente me encanta.

 
La rutina de tomar un baño juntos; secarnos el pelo justo en frente del espejo.
La rutina de colmarnos de besos, cariños, suaves roces, comentarios típicos, lamiendo nuestras heridas.

Simplemente una rutina.

— ¿En qué estás pensando Bokuto? — preguntas tranquilamente aunque lo sabias. Sabes lo que hay en mi mente, cuando ni yo lo sé.

— ¡Ahhh Akaashi! ¡Soy feliz de que estés a mi lado de nuevo!— Agito la cabeza alejando los malos pensamientos. — Es solo que tenía miedo, fue duro estaba asustado de que no regresaras a mi lado, de no poder tomar estos baños juntos, secar tu hermoso cabello, de no poder sumergirme en tus hermosos ojos grises.

—Bokuto— niegas tranquilamente. — No tienes que preocuparte, estoy a tu lado. Ahora mismo. Admito que también sentí miedo; Pensé que no volvería a estar a tu lado siquiera, que no sería capaz de tocar tus manos nuevamente, pensé en tus hermosos ojos dorados envolviéndome, eso me aterrorizo, pero estoy aquí. — llevas mi mano a tu mejilla, contorneándote en ella.

—¡Akaashi! ¡Te amo tanto! No vuelvas a asustarme de esa manera. — Sin poder evitarlo te envuelvo en mis brazos, piel contra piel besando tu cien, me abrazas y suspiras.

Te tomo como una droga. Te saboreo en mi lengua.

Los hechos son simples; volvías de un día de trabajo, tranquilamente pasabas por las cosas para la cena en una amena tarde, donde un conductor ebrio no pudo evitar tomar el volante jugando con su vida y la tuya en el camino, envuelto en un estado etílico sin que nadie pudiera evitarlo, derrapo llevándote al suelo. Por fortuna no hubo daños graves hacia tu persona, hacia él. Ciertamente no me importa el conductor, merece más que una multa. Confundido en un cuarto de hospital sonríes calmando mi acelerado corazón.

Necesitas pasar la noche en observación para descartar daños más allá de los raspones que adornan tu piel junto con los hematomas acompañados de una venda en tu cabeza.

No pude evitar llorar al verte, estabas bien. Estabas vivo.

El regreso a casa fue solitario, pesado. Sin ganas de cenar siquiera o pensar tomo una ducha donde no estas.

                                                                                                     ...


Pero ahora, estas aquí, cabello húmedo, piel perlada por el agua, respirando tranquilamente.

—Bokuto, ¿en qué estás pensando? — preguntas serenamente, tu cabello húmedo es rodeado por mis manos, tratando de secarlo con la toalla.

Estoy pensando en lo que sea que tú estés pensando

Sonríes plácidamente.

—Así que piensas ¿Soy el hombre más afortunado del mundo? Porque yo lo pienso.

—Keiji ¡Pienso eso y más! — La risa escapa sinceramente, abrazo tu espalda no es grande ni pequeña, es justa. Tan justa que cabe en mí pecho cuando te rodeo para un abrazo tratando de fundirnos. Cuanto adoro dejar marcas en ella, un camino visible en momentos como estos.

                                                                                         ...

—¿Fuiste al hospital hoy?

—Saliendo del trabajo, nada nuevo un chequeo normal al parecer todo esta bien, no hay ningún problema.

La sensación de algo escondiéndose entre tus palabras se atora en mi pecho, mudándose para quedarse.

La rutina del espejo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora