Capítulo 7.

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“La mujer tan bella del lago ha desaparecido y todo está muy oscuro, empiezo a tener miedo, no entiendo porque esta todo tan oscuro.

-Pero si estás aquí preciosa.

-¿Quién eres?

-¿Quién crees que soy? –Su voz era ronca y muy varonil.

-¿Zhokh? No puedes ser tú, ni siquiera puedes estar aquí.

-Te encontré pequeña.

-No me llames así. –Salgo del lago. -¿Cómo has entrado?

-Soy más fuerte de lo que piensas. –Se acerca lentamente a mí y sus ojos negros empiezan a ser brillantes y su forma humana cambia totalmente, una neblina negra le rodea y no deja nada de su antiguo cuerpo. -¿Tienes miedo pequeña Nereyda? ¿Tienes miedo a un verdadero Hunter?”

Todo se vuelve oscuro y oigo una voz al otro lado de la oscuridad. Abro mis ojos lentamente y me encuentro con Drake, me froto los ojos y miro a mi alrededor, sigo en la biblioteca.

-¿Qué ha pasado?

-Te has caído y te has dado un golpe en la cabeza que te ha dejado inconsciente.

-¿Qué? ¿Por cuánto tiempo? –Me da una mano y me ayuda a levantarme.

-Han sido unos minutos, estaba a punto de llamar a una ambulancia.

-Menos mal que no lo has hecho, mi abuela me mataría.

-¿Por qué cuando te he vuelto a rozar he sentido ese calambre Drake?

-Tengo que irme. –Su expresión cambia totalmente, ya no es el mismo Drake de hace un rato, ahora es el mismo borde de clase. Drake coge sus cosas y se va corriendo de la biblioteca.

-Espera, explícamelo por favor. –Cojo mis cosas y le persigo, pero al salir por la puerta Drake ha desaparecido. -¿Dónde estás? ¿Drake? –Grito intentando que me escuche, recapacite y de la vuelta. Doy una patada a la pared de en frente por la frustración.

Decido volver a casa se ha hecho demasiado tarde. De camino a casa no paro de pensar en los labios de Drake en el beso que podríamos habernos dado y en el calambre que me causo. ¿Por qué? Me digo. Luego pienso en el sueño que tuve por la conmoción. ¿Quién era ese hombre? ¿Zhokh? ¿Qué nombre es ese? Y lo más importante ¿Qué era? Se vuelve… humo.

Al llegar a casa, Dessa y Etham me están esperando. Dessa está enfadada.

-¿A qué horas llegas?

-Perdón, no tengo escusa, simplemente estábamos haciendo el trabajo y se nos fue la hora.

-Dessa déjala en paz, solo era un trabajo. –dice Etham.

-Si Etham, pero son las nueve y media, ¿Sabes la de delincuentes que hay por la zona que has ido?

-Sí, pero estoy aquí. Eso es lo importante ¿no? –Desde que estoy aquí no había visto a Dessa tan enfadada conmigo.

-En la cocina esta tú cena, cómetela y vete a dormir.

Hago lo que me dice no quiero enfadar a Dessa, soy como una invitada en su casa y debería portarme bien. Me acerco a la encimera y cojo los platos que hay tapados, los meto al microondas y después me los como.

Subo a mi habitación, me pongo el pijama y me tumbo en la cama, mirando al techo.

-¿Por qué sueño esas cosas tan raras?- me digo. – ¿Y que era esa palabra que dijo el tío ese? ¿Nereyda? ¿Eso que se supone que es? Estaba claro que me lo decía a mí, pero no sé qué es esa palabra. Mañana en los ordenadores del colegio buscare esa palabra.

Mientras intento dormirme no paro de pensar en Drake, en esos ojos negros tan profundos, es como si no tuvieran final, como si no acabasen nunca.

A la mañana siguiente me desperté con el mismo sueño de la bella mujer bella y a continuación con el del tal Zhokh, decido meterme a la ducha para despejarme de tantos pensamientos.  Nada mejor que un poco de agua y canto, me ira bien

Abro el armario y veo prendas nuevas, Dessa debe de haberme comprado ropa nueva, cojo alguna de las nuevas prendas que todavía llevan la etiqueta y me dirijo a la ducha. Mientras me ducho mi cabeza se aleja de este mundo, me siento tan bien en el agua y sin darme cuenta me pongo a cantar.

“Una flecha de Cupido vi mi pecho atravesar y ya nada me consuela como mi marino audaz. Venid ya, bellas doncellas, no importa quién seáis, si amáis a un marinero que va surcando el mar. Una flecha de Cupido vi mi pecho atravesar, y ya nada me consuela como mi marino audaz”

Cuando termino alguien llama a la puerta. Es Dessa. Está completamente pálida.

-¿Daryene dónde has escuchado esa canción? –Mierda, no me había dado cuenta de que me podía escuchar, pero me he dejado llevar, decido contarle la verdad.

-De un sueño…

-¿Cómo que un sueño? ¿Has tenido sueños diferentes?

-Bueno, si…

-¿Qué has soñado? –le cuento el sueño de la bella mujer en el lago nadando y cantando. Mientras se la cuento empiezo a vestirme y cuando me doy la vuelta Dessa está sentada en el WC completamente pálida, más que antes.

-¿Dessa estas bien? –la agarró del brazo. –¡Etham, Etham! –Empiezo a gritar.

-No. –Me contesta Dessa. –No le llames.

-Dessa ¿Qué pasa?

-Esa canción… la cantaba tu madre. Es una canción que viene de la familia. Mi abuela se la cantaba a mi madre, mi madre a mí, yo a tu madre y tu madre a ti. –Me quedo sin palabras, no sé qué decir. –Es una canción tan antigua como la vida misma. –No entiendo esta última expresión.

-Pero… eso significa que mi madre era la bella mujer del sueño ¿La mujer del lago?

-Puede que sí y puede que no. Los sueños a veces nos representan cosas que recordamos, pero no a las personas que conocemos. –Eso me recuerda al hombre del otro sueño, Zhokh.

-Dessa…

-¿Sí?

-¿Conoces el nombre de Zhokh? –Dessa se mueve deprisa y se levanta, su expresión se vuelve pálida y enfadada.

-No, venga vamos a desayunar o llegaras tarde.

Sé que me miente, ese tal Zhokh verdaderamente existe, ¿pero qué era esa niebla negra que hacia desaparecer su cuerpo? 

La leyenda; Watterfall.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora