Cap 23. Entre promesas y disculpas

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Con el más mínimo cuidado que su cuerpo le permitía, Hermione salió silenciosamente de la sala común de Gryffindor. Era medianoche y debía hacer el mínimo ruido posible, ya que podría alertar a Filch y los prefectos que hacen hoy patrulla, de que no se encuentra durmiendo en su cama, como todos los alumnos.

Caminó y caminó por los pasillos, con los 5 sentidos en alerta, por si detectaba algún movimiento en especial. Pero no le importaba, tenía unas ganas enormes de llegar a la Torre de Astronomía.

Una vez llegó, suspiró largamente, y comenzó a subir las escaleras. Estaba entre nerviosa, emocionada y asustada. Una mezcla poco usual.

Cuando llegó, él ya estaba allí. En cuanto la vió se levantó del suelo y se acercó a ella, sonriendo:

- Hola – le saludó.

- Hola – le dijo ella una vez estuvo frente suyo.

- ¿Lo has pensado lo suficiente? – le preguntó el chico mientras le acercaba a él.

- Mm...sí – confesó Hermione de una vez.

- ¿Y bien? – dijo el Slytherin expectante.

Sus corazones latían a mil por hora e iban a compás, aunque ellos no tenían ni idea. Hermione era consciente de su respuesta, de lo que iba a responderle y de las consecuencias que traería aquello, pero ¿Qué más daba?

- Sí, claro que sí – le respondió ella sonriente.

Draco casi no le dio tiempo a escuchar la respuesta de Hermione, apenas escuchó la primera palabra, agarró a Hermione por la cintura y aún con la sonrisa de ambos, se fundieron en un gran beso, y de los muchos que llevaban, el más verdadero de todos.....o no.

Hermione abrió los ojos con aún la sonrisa en su cara, parece que no se le podía despegar. En cuanto abrió los ojos, Draco no estaba. Tampoco estaba en la Torre de Astronomía, y tampoco era de noche. Es más, los primeros rayos de sol de la mañana se colaban por la ventana de su habitación.

Un momento... ¿todo eso había sido un sueño?

Hermione se lamentó y como producto de su ligero enfado, lanzó su almohada a la otra punta de la habitación. Suerte que no había despertado a las demás. Pero necesitaba descargar toda su frustración.

De mala gana, se levantó, fue al cuarto de baño, y después de una larga ducha y de ponerse su túnica escolar, se dirigió a desayunar al Gran Comedor. Aquel mal humor no le abandonaría hasta el fin de clases de la tarde.

Unas horas más tarde...

Las dos horas de descanso antes de las horas de clase de la tarde, Hermione las aprovechó para comer con sus amigos y después, como ya es tradición, descansar un poco bajo la sombra del sauce en los jardines.

- ¿Alguien puede decirme las clases que nos quedan? – preguntó Ron mientras se tumbaba en la hierba.

- Doble hora de Encantamientos y una hora de Pociones. – contestó Rose.

- Genial –bufó Ron- despertadme cuando sea la hora. – dijo mientras se quitaba la túnica y se la ponía en la cara, para así poder dormir sin que le molestase los rayos de sol.

Los demás chicos hablaron y rieron de cosas varias por aproximadamente las casi dos horas. Poco después de que Ron se fuese media hora antes de las clases en busca de Lavender, los chicos decidieron dirigirse ya hacia la torre norte, hacia el aula de Encantamientos.

Una vez salieron de la sala común (ya que fueron a coger los libros), se apresuraron rápidamente hacia Encantamientos, pues quedaban menos de 15 minutos. Marcharon todos juntos (aunque sin Ron y Lavender) hacia la clase, y justo cuando Harry se disponía a pasar el primero por la puerta del aula, apareció Draco junto con Blaise que, por lo que parecía, tropezó sin querer con Hermione. El empujón fue tal que Hermione casi tira a Harry en una reacción en cadena. Harry se molestó mucho, pero en cambio Hermione, parecía normal. Es más, parecía que incluso sonreía.

Just the Way You Are - [Dramione] PAUSADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora