—No olviden ponerse un jersey. Hará mucho frío afuera.
—¿Y tú qué eres? ¿Mi madre? —preguntó Lanelle con un gruñido a la vez que sujetaba su cabello en una casual coleta alta. Hailey le devolvió la mala mirada a Lanelle, su rostro tan malévolo que Felicity quiso esconderse bajo sus sábanas—. Me pondré un maldito jersey si quiero ponerme un maldito jersey.
—Bien —replicó Hailey, lanzando sus manos sobre sus caderas—. Congélate, entonces. Solo te estoy advirtiendo.
Cuando Hailey salió furiosa del dormitorio, Lanelle dejó salir un suspiro de alivio.
—Gracias a Dios. Estaba perdiendo células cerebrales con ella en la habitación —Aun así, Lanelle parecía estar de acuerdo con Hailey, ya que cogió un jersey rosado y lo pasó por su cabeza—. Flick, si vas a Hogsmeade con nosotras, entonces tendrás que salir de la cama.
—No iré a Hogsmeade. Y Lanelle, por última vez, por favor no me llames así.
Lanelle miró a Felicity con una ceja alzada. La rubia aún estaba desparramada en su cama, bajo todas sus cálidas sábanas. Felicity se había pasado la mañana convenciéndose a sí misma que no debería ir a Hogsmeade en caso de que Remus haya decidido que invitaría a su chica misteriosa. Felicity no podría lidiar con verlo con alguien más. Se negaba. Prefería ser forzada a salir con Severus Snape antes que ver a Remos feliz con alguien más.
—Estás siendo algo ridícula. Remus no invitó a nadie, lo sé por hecho. Ahora, levanta tu perezoso trasero de la cama y ven —Derrumbando el fuerte de sábanas de Felicity para dejar que la enfurruñada rubia supiera que no tenía opción, Lanelle le dio una palmada en la frente, ignorando el repique de auchs de su amiga.
(Sin necesidad de decir, Felicity no tenía otra opción más que salir de la cama. Lanelle no pararía de darle palmaditas en la cara y cada vez que Felicity tratara de acomodarse en su edredón, Lanelle lo arrancaría de su cuerpo.)
Cuando las dos estuvieron vestidas, Lanelle se aferró a la muñeca de Felicity y la arrastró fuera del dormitorio, hacia la sala común y por la puerta. Felicity se sentía como una muñeca de trapo, pero no protestó cuando se formaron inmediatamente en las filas para dejar el castillo. Lanelle le dio a Felicity una mala mirada cuando la rubia presionó sus zapatos contra el suelo para no moverse, pero Lanelle era fuerte por el Quidditch y no le tomó mucho esfuerzo hacer que Felicity se moviera.
—Johanna y Fiona nos encontrarán para el almuerzo más tarde. He accedido a dejarte treinta minutos en Scrivenshaft. Treinta minutos y nada más. Después, probablemente nos dirigiremos a Honeydukes y luego probablemente Zonko esté por ahí...
Pero Felicity había dejado de escuchar a Lanelle. Todo porque había visto a Remus Lupin. Muy patético si pensaba en ello. Él la había notado también, después de todo, y estaba alzando su mano a manera de saludo que ella entumecidamente sintió devolver.
—Oh, ahí está Remus —dijo Lanelle, saludando con su mano al Gryffindor—. Y está caminando hacia acá.
Oh. Eso explicaba el extraño y paralizante sentimiento que de repente experimentaba. Estaba gritándole a sus piernas internamente para que se muevan, que dejaran de sentirse como anclas para que pudiera salir corriendo y así quizá evitar a Remus por el resto del día. No obstante, las cosas raramente salían de la manera en la que Felicity quería, y él llegó hacia ella antes de que pudiera hacer más que parpadear.
—Hey —dijo con una voz alegre, el tipo de voz que hacía que los huesos de Felicity se derritieran—. ¿A dónde se dirigen, chicas?
Felicity no podía responder, su boca estaba seca. Felizmente, Lanelle parecía entender lo que la mirada en blanco de Felicity significaba y rápidamente saltó en rescate de su amiga.
—Estábamos dirigiéndonos a Scrivenshaft. Desafortunadamente, tengo que caer por Zonko por un regalo de cumpleaños para mi hermano, por lo que, ¿te importaría caminar hacia allá con Flick?
Felicity rápidamente se volvió para mirar a su amiga, sus ojos abiertos y su boca entreabierta en incredulidad. Trató de sacudir su cabeza discretamente hacia Lanelle, pero su amiga no iba a tener nada de eso.
—Seguro —replicó Remus con una sonrisa simpática—. No hay problema.
—Eres un muñeco, Remus —mencionó Lanelle, empujando a Felicity de manera que casi cayó. Afortunadamente (o desafortunadamente, porque Felicity no podía respirar) Remus la atrapó en sus brazos antes de que pudiera colisionar contra el piso—. Te veo después, Flick.
—N-no me llames así —susurró, su voz muy baja como para que Lanelle alguna vez la oyera. Sin embargo, Remus sí escuchó. Le sonrió y se aseguró de que estaba bien antes de dejarla ir, la ausencia de sus dedos dejando su piel fría—. Hola —dijo ella, esperando que su voz no sonara muy ahogada.
—Hola —replicó él, haciendo gestos hacia el camino a Scrivenshaft—. ¿Lista para ir?
—En realidad no tienes que caminar conmigo —prometió Felicity, sacudiendo su cabeza—. Lanelle solo estaba siendo estúpida.
—Quiero caminar contigo —comentó, encogiéndose de hombros. Felicity vio que las puntas de sus orejas se tornaron rosadas y se preguntó si tenía frío. Antes de que hiciera algo estúpido, como ofrecerse a calentar sus orejas o algo parecido, asintió y comenzó a caminar en dirección a la tienda. Oyó a Remus caminar detrás de ella y se dijo a sí misma que iba a estar calmada. Iba a estar serena. E iba a ser recogida.
Lo que, naturalmente, salió volando por la ventana en el segundo en que Remus le dio otra sonrisa, y ella estaba muy segura que la sonrisa que le dio en respuesta fue más como una mueca que contorsionó su rostro de una fea manera.
—Bueno, no me acerqué a ti solo para decir hola —mencionó, y su voz sonaba nerviosa—. En realidad, me estaba preguntando algo.
—Hm —tarareó, no confiando en que su voz dejara salir algo coherente.
—Me preguntaba si te gustaría ir conmigo a almorzar después. A las Tres Escobas.
Hubo un chillido embarazoso que salió de su boca al mismo tiempo que miraba directo al frente, sabiendo que si lo miraba, era muy posible que se cayera de cara. Él dejó salir una pequeña risa
—¿Fue eso un sí? —preguntó.
Felicity asintió.
—¡Genial! —exclamó, su voz emocionada—. Genial. Bueno, eh, vayamos a Scrivenshaft entonces.
Por favor, pensó para sí misma, queriendo rodar sus ojos. Como si pudiera concentrarme en algo adentro cuando estés ahí conmigo. Honestamente, Remus, sé sensible.
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Tarot Cards ▸ Remus Lupin [Español]
Fanfiction❝Flick, no eres una vidente. Hacer tonterías con cartas de tarot no logrará que Remus Lupin se enamore de ti.❞ ❝Cállate, Lanelle.❞ [ERA DE LOS MERODEADORES] [OBRA DE ANTEBELLUMS]