Gripe

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Es un tanto anecdótico hablar ahora de la gripe, teniendo en cuenta el otro virus que ocupa el mundo ahora mismo. Pero este era un capítulo que ya tenía hecho de hace tiempo y por qué no darle su importancia.

“Gripe”, esa es la palabra que lleva lo que va de mes ocupando los titulares de telediarios, periódicos, revistas... Se habla de ella todo el rato y todos sabemos qué es, porque seguramente la hemos padecido alguna vez en nuestra vida, pero nunca está de más volver a recordarla.

Qué es. Es una enfermedad vírica aguda con un periodo de incubación de uno a cuatro días y de unos siete días de duración. Puede prolongarse más tiempo o complicarse cuando afecta a personas inmunodeprimidas, ancianos, embarazadas y niños. Aparece especialmente en forma de brotes epidémicos durante los meses más fríos del invierno.

Causas. Los responsables de la gripe son los influenzavirus A, B y C. Los A son los que actualmente circulan en mayor proporción entre los humanos, en concreto los H1N1 y los H3N2. La infección se transmite por contacto directo con la persona afectada (por la tos, el habla, los estornudos 😫...) y resulta contagiosa desde 24 horas antes del inicio de los síntomas hasta siete días después.

Síntomas. Aparecen de forma brusca y repentina. Los más frecuentes son la tos, los dolores musculares y la fiebre generalmente alta (más de 39°C). También produce dolor de cabeza, malestar general, cansancio y escalofríos. Es importante que los pacientes inmunodeprimidos, las personas con enfermedades crónicas y los ancianos tengan especial cuidado, ya que esta infección puede agravar otras patologías o descompensarlas. Además, al debilitar el sistema inmune, las bacterias pueden provocar otra infección más compleja, como una neumonía.

Diagnóstico. En la práctica diaria no es necesario confirmar el diagnóstico de la gripe, ya que los síntomas que se presentan, así como la exploración física del paciente nos permiten pensar en esta enfermedad. Sólo se realizará la prueba en casos concretos (si existe un brote reciente, si es necesario descartar otras enfermedades o si la evolución es demasiado prolongada). La prueba se lleva a cabo cogiendo una muestra nasofaríngea en los cinco primeros días del inicio de los síntomas.

Tratamiento. La gripe desaparece de forma espontánea, por lo que el tratamiento irá destinado a mejorar los síntomas más habituales, como el dolor muscular, el malestar general y la fiebre. Los fármacos más habituales son el paracetamol o los antiinflamatorios como el ibuprofeno. Además, es importante guardar reposo durante los primeros días e hidratarse bien (se aconseja beber un mínimo de 1,5 litros de agua cada día). Si el paciente presenta tos, se prescribirá, además, algún fármaco para calmarla. Sólo se tratarán con antivíricos, como el oseltamivir o el zanamivir, a los pacientes con riesgo de presentar una enfermedad grave o a aquellos que sufran alguna complicación que requiera hospitalización. Es importante saber que cada año se fabrican vacunas para la gripe que se administran en los centros de salud antes de que lleguen las temporadas de gripe. Es aconsejable que se vacunen todas las personas que cumplan estos requisitos: mayores de 65 años, niños menores de 6 meses o adultos menores de 65 años con riesgo de complicaciones. También se recomienda su administración a trabajadores de centros sanitarios y geriátricos, cuidadores y personas que trabajan en servicios públicos.

Y, cuéntame, ¿tienes alguna anécdota con respecto a la gripe que desees contar? Este es tu momento.
¡Veamos las cosas desde el lado bueno!

¿Una vuelta de tuerca? {Terminada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora