El era mi mejor amigo

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NARRADOR ONISCIENTE.

Juntos los cinco en la cumbre. Quirefire y Arpet se mostraron con una sonrisa de suficiencia, pero a la vez en modo defensa.

-Y creer que nací para defender lo que es bueno.

-Naciste para morir defendiendo lo que no es tuyo, estúpida.

-Ya lo veremos pajarraco de quinta.

-Recuerda quien te quito tus preciosas alas.

-Mío señor me espera, no tengo tiempo para sus tonterías- hablo el soldado del inframundo con voz firme.

El soldado avanzo hacia donde estaban la lira y el casco.

Quirefire se puso enfrente de él.

-Nunca debiste haber salido de tu escondite, Suselle. Aunque personalmente, ansiaba verte morir.

-Te diría que te fueras al infierno, pero dada la circunstancia eso sería redundante, Arpet.

-Ellas tomaran posiciones, intentando separarnos. -hablo Suselle ahora a Nico.

-Déjalas intentarlo. - dijo Nico.

Arpet se lanzó contra suselle quien se cubrió con su escudo.

Quirefire se lanzó contra el soldado, quien con su fuerza brutal la lanzo contra el arco de piedra.

El soldado avanzo junto con Nico, faltaba poco para que llegaran a la base en donde se encontraban los artefactos divinos.

Entonces lava ardiente cubrió los pies del soldado, y  al instante esa lava se secó, dejando inmóvil al soldado.

Nico se detuvo ante la situación, volteo a ver al soldado.

Las sombras salieron de las manos de Nico, y ayudo al soldado a pararse y seguir.

Quirefire se lanzó contra el soldado, quien la sujetó del cuello, la chica expulsaba fuego por todo tu cuerpo.

-Sigues siendo un soldado inútil, Siros. - hablo Quirefire con un hilo de voz.

-Y tu sigues siendo un paracito. - hablo el soldado.

El soldado aplico más fuerza en su agarre he hizo que en lugar de Quirefire, quedara un polvo dorado.

-Llévate el casco de Hades- dijo Nico.

-Me llevare también la lira.

-No, la lira se queda, Apolo vino por ella.

-Tu padre me envió.

-No seas tramposo, Siros, y obedéceme.

-Sí, señor- dijo Siros con reproche.

El soldado tomo el casco y una burbuja gris oscura le cubrió.

-Necesitare ayuda.

-Usted puede invocar a los muertos, señor.

-Los muertos no me bastarán, encárgate de traer a los demás soldados.

-Pero...

-Pero... ¿dijiste "pero" ?, soy el rey de los fantasmas, hijo de Hades.

El soldado hizo una reverencia y desapareció dejando una leve capa de humo.

Arpet ahora tenía un látigo, pero su látigo sostenía una punta de maza de cadena.

Arpet golpeo a Suselle, haciendo que aterrizara en el suelo, vio a Nico justo cuando quería agarrar la lira.

Le lanzo su látigo, Suselle se para de inmediato, sostuvo el látigo de la arpía con su mano izquierda y lo enrollo con su pierna derecha, para después jalarlo y hacer que arpet callera de boca al suelo.

HIJA DE APOLO| NICO DI ANGELODonde viven las historias. Descúbrelo ahora