Parte Uno: Los Hacker y el sistema

Start from the beginning
                                        

PIPIPIPIPIPI, TUTUTUTUTU —sonidos musicales incesantes.

—     ¿Qué? —le pregunta a la joven frente a él.

Alejandro se despierta rápidamente y se da cuenta de que solo estaba soñando. Estira la mano entre las sábanas y agarra su celular de la mesa de noche, murmurando entre dormido y despierto:

—     ¿Hola?

—     ¿Alejandro? —la voz de Hunter suena nerviosa.

—     ¿Qué sucede, Hunter? —pregunta, bostezando.

—     Pasó algo terrible... ¡muy malo!

—     ¿Qué pasó? —pregunta, abriendo los ojos con incredulidad.

—     Tienes que verlo por ti mismo, ¡ahora! —grita.

—     ¿Qué? —responde, cerrando y abriendo los ojos rápidamente.

—     Sucedió algo malo, Alejandro.

—     ¿Qué demonios pasó? —pregunta, un poco alterado.

—     ¿Puedes venir a mi casa?

—     ¿Qué? Son las doce de la noche.

—     ¡Ay, por Dios! Solo está a una cuadra de mi casa.

—     ¡Púdrete! —dice, tratando de terminar la llamada.

—     ¿Es un "sí"? —pregunta Hunter.

—     ¡No! —grita—. Es un maldito ¡NO! No estoy loco como para ir a tu casa a esta hora de la noche.

La puerta de la casa de Hunter se abre y Alejandro sonríe al verlo.

— ¡Viniste! —dice, abriendo la puerta rápidamente.

—     No, soy el clon —responde bromeando.

—     ¡Entra! —le pide Hunter.

Alejandro entra con sus pantuflas de color marrón oscuro y su pijama de carritos de juguetes.

—     Aún usas esa pijama de carritos —se ríe Hunter.

—     Déjame en paz —responde entre risas.

Ambos suben las escaleras y entran a la habitación. Alejandro nota que la laptop de Hunter está abierta y grita:

—     ¿Qué? ¿Me hiciste venir a esta hora solo para mostrarme tu computadora? ¿Qué te pasa?

—     ¡No! —afirma Hunter—. ¡Alejandro!

—     ¿Qué?

—     Desde hace un tiempo he estado entrando a una página de terrorismo.

—     ¿Qué? —grita más fuerte.

—     ¡Shhhh! —acerca un dedo a los labios de Alejandro.

—     Aleja esos dedos de mi cara —responde Alejandro—. ¡De mi rostro metrosexual!

Alejandro queda con la mirada congelada y la boca abierta, susurrando lentamente:

—     ¿Qué? ¿Te has vuelto loco? ¿Qué demonios te pasa?

—     Van a hacer un atentado terrorista contra la ciudad —afirma—. quieren derrocar al gobernador.

—     ¿Qué? —grita, desesperado— sal de esa página inmediatamente.

—     ¡No! —responde Hunter.

—     ¿No? —levanta una ceja Alejandro.

—     ¡No! —repite con autoridad.

—     ¡Voy a salvar al gobernador del atentado! —afirma Hunter con autoridad.

Amigos, Hacker y Complices©Where stories live. Discover now