— ¿Qué vas a hacer en el verano, Sabrina?
— No lo sé, será un verano aburrido. Creo que me iré de viaje a Francia a visitar a mis parientes. Cualquier cosa que hagan, avísenme.
— ¡Ok! —afirma Hunter, un poco nervioso.
Sabrina se aleja lentamente con sus libretas en la mano y sale por las puertas enormes de la secundaria.
— ¡Amigo! —susurra Alejandro.
— No digas nada —afirma Hunter—. Ya sé lo que dirás. ¿Por qué no vas detrás de ella? —respira un poco agitado—. Pero tengo miedo de que me rechace y arruine nuestra amistad solo por unos pequeños sentimientos.
— Al menos me ahorrarás el discurso —sonríe Alejandro.
Ambos caminan lentamente hacia la salida de la secundaria. Alejandro, el más chistoso y entrometido, observa cómo el director lo mira con furia y baja la vista. Levanta su mano derecha, la cierra en un puño y coloca el dedo del medio sobre los demás, susurrando:
— ¡Hasta luego, director!
— ¡Maldito! —murmura el director, amargamente.
Hunter camina un poco deprimido por las calles de regreso a casa, y Alejandro intenta animarlo.
— Ya... ¿sí? —le dice, agarrándole un poco el hombro—. Vendrán más chicas que te busquen.
— Yo solo la quiero a ella —afirma Hunter.
Alejandro revuelve un poco los ojos y le dice:
— ¡Tranquilo! —agitando su hombro—. ¿Qué haremos este verano?
— No lo sé —responde Hunter.
— Creo que solo me acostaré y esperaré a que pase. Mi vida es tan aburrida, tan simple. No sé nada de computadoras o sistemas. No hay nada emocionante en mi vida.
— ¡No te desanimes! Solo lo hacemos por diversión... No vamos a interrumpir o acceder a la cuenta del presidente —ríe un poco.
Ambos se ríen y cada uno toma su camino hacia casa, por calles separadas.
La amistad de Hunter y Alejandro se fortalecía cada vez más frente a la sociedad. Se conocieron desde pequeños y supieron que su vínculo era más duradero que cualquier otra cosa en su mundo. Su apoyo incondicional los hacía prácticamente hermanos de otra madre. No es necesario ser familia genética para considerar a alguien como tal. Las amistades son un hecho real: las personas pueden conocer a muchas, pero solo unas pocas comprenden verdaderamente sus sentimientos. Si esa persona aparece en nuestra vida, es mejor aprovechar la oportunidad, porque esas amistades están en peligro de extinción. Son raras las amistades como la de Hunter y Alejandro: dos amigos, hackers y cómplices para toda la vida.
La noche llega a la ciudad y el reloj marca las 12:25 a.m. El teléfono inteligente de Alejandro suena inesperadamente, interrumpiendo su profundo sueño.
— ¡Hola! —afirma con una sonrisa.
— Por fin hablamos —susurra una linda joven.
— ¿Nos besamos? —pregunta, mordiendo sus labios de manera juguetona.
— Me parecería genial —responde la chica, de piel clara y dientes blancos.
Alejandro acerca lentamente sus labios hacia los de ella, pero un sonido repentino los interrumpe.
— ¿Qué es eso? —murmura para sí mismo.
BẠN ĐANG ĐỌC
Amigos, Hacker y Complices©
Phiêu lưuHunter, un joven apasionado por los videojuegos, descubre un complot terrorista contra el gobernador de su ciudad. Con su mejor amigo Alejandro y Sabrina, la chica de sus sueños, se embarca en una carrera frenética para detener el ataque. Perseguido...
Parte Uno: Los Hacker y el sistema
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