Capítulo 7

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Viernes. 6:30 a.m.

La alarma de Marinette sonó estruendosamente causando que la pequeña criaturita, que había establecido un lugar en su almohada, se levantara de golpe asustada.

— ¿¡ QUÉ?! ¿¡qué?!.— gritó.

Entre la alarma y los grititos agudos, Marinette abrió los ojos con desgano. No tenía ganas para hacer absolutamente nada.

Tuvo una noche agotadora. La pelea con Chat Noir (de la cual aún tenía grandes moretones en su espalda, piernas y brazos), tener que cargar al muy pesado a un contenedor de basura, después ir hasta el Hotel Bourgeois, donde vivía el alcalde, entregar la corona sin despertar a nadie, con una nota explicando el intento de robo y que el exorbitante objeto se encontraba a salvo ahora, seguido de llegar a su casa bañarse y dormir solo por una hora y veinticinco minutos.

—Agh, Dios...—  llevó sus manos a sus ojos sin querer levantarse todavía.

Su mente aún vagaba en los sucesos anteriores. La pelea, los golpes, el beso...

¡No! No, en eso no. Sacudió su cabeza para borrar ese pensamiento y esas sensaciones.

Aunque tenía que admitir que a pesar de los golpes y agresividades, aquello no fue tan malo. Fue interesante.

Al momento de ganar sintió una gran satisfacción, pero no tan enorme como la que sintió al no titubear frente al maleante. ¡Era la primera vez que no sentía miedo! Que no se sentía tímida, o retraída, o menos, incluso sentía una seguridad tan grande que se sorprendió a ella misma.

Tan solo pensar en lo valiente y fuerte que logro ser, una sonrisa eufórica surco su rostro.

— ¿Te pasa algo Mari? — pregunto Tikki igual de sonriente. La ponía feliz que su portadora estuviera tan alegre. Y ya se daba una idea del porqué.

Marinette aparto sus manos para verla. — Jamás había logrado tanto en mi vida.

Tikki soltó una risita.— Fuiste muy valiente y perseverante. Te dije que el guardián nunca se equivoca.

Y ambas, a pesar del cansancio, se levantaron de un muy buen humor.

~•~

Marinette se encaminó hacia la cafetería de la madre de Alya, donde trabajaba fines de semana.

Marinette le había ofrecido a Tikki irse en su bolso, para transportar a la criatura y tenerla cerca por si acaso.

Llegó por la parte trasera y estaba a punto de ponerse su delantal cuando Marlena la interceptó.

— ¡Hey Mari!— Saludo.

— Hola Marlena.— saludo feliz.

— Oye, Alya hablo conmigo anoche y logró convencerme de darte el día hoy, ya sabes lo persistente que es, y que te quería ver en el centro comercial.

— ¿Qué? ¡No! ¿cómo crees que voy a faltar...

— Descuida Mari, tu también mereces un descanso, trabajas demasiado querida. Tomalo como un favor.— la señora puso su mano en su hombro y sonrió en aprobación.

Marinette muy sonriente acepto y dio gracias.

Esa niña, en serio que es entrometida— Se dijo para sus adentros mientras sonreía.

La joven se encamino al centro comercial, se comunicó con Alya para saber en donde  se encontrarían. Y ahí estaba; justo afuera del cine.

Los vio a todos ahí, bueno, los que quedaban: Alix, Max, Kim, Rose, Juleka y Alya. Nino no podía ir ya que tenía un compromiso previo. Se acerco y se dio cuenta que estaban en una discusión:

DANGEROUS LOVE  || MARICHAT +15 || (En Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora