Capítulo 37

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Algo más...


Madeleine abrió sus ojos intentando enfocar donde estaba, sintió la calidez con la que era cubierta junto al sonido a un corazón palpitante haciendo eco en ella y una leve respiración tranquila con un son de paz, al verse totalmente consiente se dio cuenta de que esa calidez eran los brazos firmes de Alexter aferrados a ella, ese corazón palpitante en el pecho de él que le servía de almohada, se habían quedado en el bosque y caído rendidos en algún momento, se incorporó un poco hasta poder ver el rostro de Alexter totalmente relajado recargado a uno de los árboles, detuvo su mirada en sus labios y la ola de recuerdos llegaron a su mente, esa pasión con la cual fue besada por ellos; Alexter se movió aprisionándola aún más a él, acercó su cabeza a su hombro presionándose con fuerza y tomando un gran suspiro para inundarse del olor que tanto lo caracteriza ese con matices a madera y tierra mojada que tanto la hace sentir segura, recordó su conversación... y sus pensamientos dieron vuelta sin darle paz...

Pero el primero de todos fue salir de ahí antes que despertara, ya que sabe perfectamente que él no despertara; sino Alexter con sus ojos azules devolviéndola a la realidad, debe pensar en lo que ha ocurrido. Una parte de Alexter le corresponde, pero no la parte consiente, no la que se despierta todas las mañanas, no con la que vive, prefiere soltar todo antes que sea aún peor para ella, creyendo que sería fácil simplemente casarse y olvidarse poco a poco, pero ahora que ha sido besada y removida desde el fondo de su corazón, expuesta de nuevo; ver el rostro de Alexter incómodo no lo desea para ella, como puede sé zafa de sus brazos sin despertarle, se levanta con cuidado mirándolo detenidamente guardando en su memoria ese momento que abrazaría en sus momentos de soledad, camino de vuelta a la casa, sus pies pesan al avanzar, realmente no quiere seguir, desea regresar a él quedarse ahí y no separarse jamás, pero... no serviría de nada, ya que no está él sino Alexter; Alexter quien no siente nada por ella... sacude sus ideas toma aire en sus pulmones con prisa no puede creerlo tendrá un ataque de pánico en ese momento, se dobla en cuclillas mirando al suelo colando sus manos en la tierra fría para con el frío ser sacada de ello, pero es peor termina por caer de rodillas completamente su vestido toca la tierra terminándose de llenar de polvo, pero eso que importa ahora, si desea con todo su ser que la tierra se abra y la trague, golpea con coraje la superficie de esta lastimando una de sus manos, se siente hundida, pero la tierra es la que la detiene a la realidad, alza su vista al cielo con sus ojos completamente llenos de lágrimas que le nublan la vista, observa las ramas que opacan la entrada del sol, no está a muchos pasos por llegar a la casa, pero no desea llegar... quiere correr de vuelta a donde cree pertenecer, donde puede olvidar... pero no hay vuelta atrás ha decidido dejar ir, ha decidido soltar... ha decidido renunciar al único sentimiento que la hace sentir viva. Convencida que hubiera dado lo que fuera por él, que lo hubiera amado hasta el último día de su vida, cuidado de él, abrazado por las noches frías, esperándolo cada día para escucharle contar lo que vivió, ese amor tan simple, ese era el que tenía para ofrecer, pero la vida le escupía en la cara diciéndole que eso no es para ella por segunda vez, no... por tercera vez... porque hoy duele más que ese día que se declaró aceptando lo mucho que lo ama, hoy probo el infinito en sus labios y con la misma fue arrancado... ahora debe salir de ahí como siempre entera por fuera... aparentando no estar rota por dentro en miles de pedazos...

Se pone de pie sacude la tierra de sus manos camina derecha, rígida... al llegar a la casa no ve a nadie cerca así que decide entrar de prisa para no ser vista, no quiere dar explicaciones a nadie.

El alfa enamorado ✔🐺🌌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora