Capítulo 5

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      La alarma azul volvió a sonar a las 7:00. La gente se levantó (los que consiguieron dormir) y hicieron lo que hicimos el día anterior. yo, decidí vestirme rápido y dedicarme a observar la habitación. Vi dos cosas que me llamaron la atención. La primera es que había cuatro cámaras, una por cada esquina, dejando el espacio sin grabar único de la parte de atrás de un armario. La segunda, era que todo estaba cuidadosamente colocado para que no se eclipsara la visión de las cámaras. Sin duda, lo que saqué en claro de todo eso, era que nos querían tener bien vigilados. A las 7:30 el pestillo se abrió, y apareció, esta vez puntual, Daniel. Lo perseguimos de nuevo hasta la cafetería. Ahí, se habló de lo sucedido con Clara y Adonis; y de otra pelea que había habido en la sección de Asia, entre una chica de China y otra chica de Mongolia, también desaparecidas hasta entonces.  Cuando pasó la mitad del tiempo permitido para el desayuno, empezó a sonar una melodía de tres notas, y se oyó la voz de James Hackensberg:

      -Buenos días, se comunica a todo el mundo que se han modificado los horarios previstos para estas dos semanas. Hoy, no se hará la sesión de control y perfeccionamiento físico, sino que haremos un examen mental para contemplar cómo evoluciona vuestro pensamiento ante ciertos estímulos. Esto se debe a que hemos comprobado que no todo el mundo está capacitado para participar en el proyecto, como Clara, Adonis, Yung o Jenze.  Por consiguiente, los entrenadores tendrán que llevar a los Reclutados a la Sala de Control e Identificación Mental. Muchas gracias y, reitero, buenos días. 

       El silencio creado en la cafetería fue parecido al de dos días antes, en la Sala de Reuniones. Era tal ese silencio que pude oír la respiración rápida y nerviosa de Valentina. Los entrenadores se levantaron, Daniel el último, tan desconcertado como nosotros, y nos llevaron a "Europa" fuera de la cafetería. Fuimos a la sala principal, y nos metimos en ascensores de veinte en veinte (eran bastante amplios). El panel de botones tenía desde el piso -129 hasta el piso 52. Nosotros fuimos al piso 22. El ascensor era rápido y suave. Las paredes de cristal nos permitieron ver varios pasillos, pero iba tan rápido que apenas distinguíamos las habitaciones. Llegamos y accedimos a una gran habitación de techo alto. Estaba llena de unos ordenadores asombrosamente modernos, como si estuviéramos en el 2030. Tenían unos teclados con muchas más botones, con palancas y luces. No había ratones, sino que controlaban el cursor con un cable conectado a la misma cabeza. Una gran pantalla de unos tres metros de ancho y dos de alto, colgaba de la pared del frente. Justo bajo la pantalla, había una cúpula de cristal bastante grande y luminosa. El suelo era una placa entera de cristal que se iluminaba al tocarla. En el centro, había una silla parecida a la de los dentistas, pero metálica, como de plata o acero. De la espalda de la silla salía un brazo mecánico con un casco. Elissa Reddens estaba en el centro de la gran sala. 

       -Buenos días a todos. Señor Stern. -Dijo mirando a Daniel y agachando la cabeza en forma de saludo. -Bienvenidos a la Sala de Control e Identificación Mental. Vamos a analizar qué defectos más profundos tenéis en vuestras mentes. Comprobaremos cómo reaccionáis ante esos problemas, que serán miedos en su mayoría, e intentaremos crearos pruebas días más adelante para que los superéis y lleguéis sanos a la "Imperium". En caso de tener gran impotencia de cara a vuestros propios problemas, seréis expulsados del programa. Voy a empezar a decir nombres, esto llevará poco tiempo. Tendréis que acceder a la cúpula que hay detrás mía y sentaros en la silla. El resto es mecánico, así que no os preocupéis. -Dijo esta última frase con una sonrisa falsa. -¿Qué tal si empezamos por ... Dafnée Matís? -Dijo mirando la lista y escogiendo un nombre al azar. Dafnée, de pelo negro recogido en el lazo gris del uniforme, se apresuró dispuesta a entrar. Nada más pisar el suelo de la cúpula, el suelo se iluminó de blanco y el brazo mecánico se encendió. La chica se sentó y el caso se puso sobre su cabeza. Del mismo, surgieron unos pequeños brazos metálicos con parches que se le pegaron a la piel. La chica chilló, al notar que los parches llevaban agujas. Aún así lo aguanto, y quedó dormida, pues lo que tenía que hacer, era soñar. En la pantalla superior empezó a surgir una imagen. Se veía a Dafnée, sujetada a una cruz con cuerdas. A sus pies había un montón de paja y troncos de árbol secos. Su boca, estaba sellada con una de esas cuerdas, impidiendo que hablara. Se la veía temblar y agonizar, era una pira para quemar a los herejes, un castigo letal de la Edad Media. Un hombre a su lado, encendió con una antorcha la leña. El fuego empezó a subirle por las piernas. Cuando la tocó, empezó a chillar. Su chillido era agonizante. Me tapé los oídos, incapaz de seguir oyéndola. Literalmente, la estaban torturando. Cuando la ropa se estaba empezando a quemar, hicieron que parase la máquina. Dafnée se levantó chillando, histérica y traumatizada. Se tiró al suelo y empezó a temblar. 

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⏰ Última actualización: Jan 28, 2017 ⏰

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