capitulo 5

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El tren por fin arrivó en la ultima estacion. Eduard estiró un poco las piernas que las tenia entumecidas por tantas horas de viaje. Bajó del tren y respiro una gran bocanada de aire. Recorrio el espacio lentamente tratando de adueñarse de cada particula. Éste era su nuevo hogar, su nueva vida. 

Miró entre la gente buscando al capataz de su hacienda vio un hombre hacercarse y se presentó.

-Buenas tardes soy Eduard Kollin, usted debe ser Raoul no es asi?

El hombre afirmó con la cabeza. Su nuevo patron lo intimidaba era un hombre muy alto y fornido, sólo esperaba que fuera igual de bondadoso que su tio.

-Sígame-le dijo y se dispuso a iniciar marcha.

Al cabo de una hora se encontraban frente a una cerca que delimitaba el territorio de su tío. Nunca habia visitado ese lugar pero era tal como se imaginaba. Una enorme casa pintada en tonos blancos y azules ocupaba la parte central de las tierras, lo demas eran campo vrde y ganado. Sin duda era una tierra prospera.

Ingresó al enorme vestibulo y descargo sus bultos, mientras un criado iba y le anunciaba la llegada a su tio. Estaba muy entretenido mirando las reliquias de su tio cuando escucho un alboroto en la entrada.

Se dirigio hacia el lugar de donde provenia el ruido y vio a su capataz tomando del brazo a una joven. Inmediatamente salio a ver que ocurria.

-Que sucede Raoul?-preguntó acercandose.

-Es que esta mocosa estaba robando en nuestras tierras, ya se lo adverti antes que la proxima vez que la viera iba a ser castigada pero parace que es lo que estaba buscando....-dijo dirijiendole una mirada lasciva a la joven.

-Por qué no cierras la boca maldito infeliz y quien te crees tu para castigarme si no eres el dueño de las tierras- dijo furiosa la muchacha.

-Está bien ya sueltala, yo me encargo- dijo Eduard. Raoul la soltó de la mala gana y se fue murmurando algo entre dientes.

-¿Como es eso de que estabas robando?- dijo Eduard acercandose a la joven.

Ella levantó la vista y se quedó pasmada al ver al hombre que la aguardaba. Era irresistiblemente apuesto. Sintió que su rostro se ruborizaba y bajó rapidamente la vista. Eduard noto esto y rió de medio lado. 

-y?-rompio el silencio ya que Kate habia quedado pasmada.

-Yo no estaba robando y a usted no voy a derle explicaciones de nada. Sólo se las daré al señor Gabriel.

La peliroja cada vez le gustaba más. No sólo era atractiva sino que era atrevida.

Hechizo de amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora