{Capitulo 19}

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RECOMENDACIÓN: Lean el cap con esta canción http://www.youtube.com/watch?v=HSgN5EWKi9Y  [Queda aún mejor en la parte en la que se los indico. PÁGINA 3]

Estuvieron juntos un rato, por momentos en silencio por momentos hablando.

Las horas pasaron y ya se habían hecho las cinco de la tarde. Alice se encontraba sentada en la silla, la cabeza recostada contra la pared y la mirada fija en las luces artificiales del techo. Dean estaba a su lado con la cabeza ligeramente inclinada, dormido.

Se preguntó hace cuánto tiempo que el pobre no dormía como es debido. Sintió lástima. Quería acobijarlo para resguardarlo del frío de los aires, pero ni siquiera ella había recordado llevar un abrigo.

Clavó la mirada en su rostro y una sonrisa tímida se dibujó en su rostro al recordar los viejos momentos. Todo lo que ha hecho por ella en estos últimos meses.

Era un muy buen amigo. Sufría por la salud de Logan, por pensar si sobreviviría a ese día.

Mordió su labio inferior, sus dientes como cuchillos sobre la carne. Cómo deseaba que Logan estuviese despierto para ver aquello. Si en verdad lo odiaban como Danielle le hacía creer, ¿qué estaban haciendo allí? ¿Por qué pasaban las noches en vela preocupados por su salud? No había a nadie a quién impresionar. Estaban solos.

Inspiró profundo y sacudió la cabeza para borrar la imagen de Danielle. Era muy astuta, mentirosa de nacimiento, manipuladora... encontraría una forma para hacerle creer a Logan que ellos no estaban allí por amistad, sino por quién sabe qué. Tal vez matarlo. Viniendo de ella Alice podía creer cualquier cosa. Estaba demente.

Las piernas comenzaron a hormiguearle. Masajeó sus muslos para contrarrestar la sensación, pero no surtió efecto. Se puso en pie y estiró las piernas en una pequeña caminata. Llegó al final del pasillo y volvió de regreso. La ventana de su habitación parecía cada vez más cerca.

El corazón chocaba con fuerza contra sus costillas. El eco retumbaba en su cabeza, en sus manos, en todo su cuerpo.

Fijo la vista en Dean, corroborando que aún permaneciera dormido. Luego, a hurtadillas, se aproxima a la ventana.

Respira profundo, pequeñas bocanadas de aire, pero su corazón parece un caballo desbocado. Se pega a la pared y cierra los ojos al sentir la fría superficie.

¿Qué estaba haciendo? Lucía como una tonta. Sin embargo, era presa del pánico y tenía miedo de verlo. Le gustaba imaginar que estaba bien a pesar de la situación. Atesoraba esa imagen, aunque a veces la atormentaban otras que le revolvían el estómago.

Se deslizó por la pared hasta obtener finalmente un poco del panorama interior. Había varias máquinas; reconoció inmediatamente el electrocardiograma. Su corazón seguía latiendo.

Mojó sus labios e inspiró profundo. Dio un par de pasos más y entonces lo vio.

El pecho se le hundió hasta que el corazón se encontró con los pulmones. Las lágrimas acudieron a sus ojos hasta dejarle una sensación de ardor. Perdió la visión gracias a la película acuosa que distorsionaba el panorama, nublando la imagen de Logan por un instante.

Inspiró profundo. Se repitió a sí misma que fuera valiente, que no debía llorar, que Logan saldría adelante. Recuperó la visión y la muralla que con tanto esfuerzo construyó para sostenerse y sobrellevar las adversidades, se vino abajo en un parpadeo. Las emociones acribillaron su dañado corazón. La realidad la golpeó con tanta fuerza que siquiera tuvo tiempo de reaccionar y defenderse como es debido.

MANIPULADO | Libro #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora