Una vez más, se me hacía tarde, salí corriendo de mi casa totalmente despeinado y con mi camisa mal abotonada, llegué a la estación del metro hecho un desastre, pero llegué.
Como era de esperarse, el lugar estaba abarrotado de estudiantes y personas que iban a su trabajo.
Pasaron un par de minutos hasta que las puertas del vagón se abrieron en la estación que me correspondía bajarme.
Salí con calma intentado acomodar mi ropa y mi cabello, sujetando mi maletín con una sola mano. Caminaba entre la gente escaleras arriba para salir a la calle, no tenía idea de qué hora era, pues con las prisas olvidé mi teléfono en la cama, idiota.
-Disculpe, ¡disculpe! ¿Me podría decir...? - y era así como acababa ignorado por todas las personas a las que les hablaba. -Oye, disculpa, ¿podrías decirme que hora es?
El chico al que le pregunté era un poco más bajo que yo, llevaba la cara metida en un libro, usaba enormes anteojos rojos, su boca estaba ligeramente abierta y de su espalda colgaba una mochila azul con un llavero de jirafa.
No me respondió, solamente asintió con la cabeza y alzó su mano como señalando algo.
La seguí con la mirada y vi el gran reloj de la plaza principal.
>Que amable< pensé irónicamente.
-Gracias. -le dije volteando a verlo nuevamente y con más calma, pues no era tarde como pensaba, él volvió a asentir con la cabeza y continuó caminando sin levantar la vista de su libro.
.
El resto de la semana fue relativamente normal, sin más retrasos ni complicaciones, y cargando con mi teléfono o un reloj para así no tener que pedirle la hora a muchachitos impertinentes que ni siquiera te devuelven la palabra.
Era lunes, nuevamente, y esta vez el clima había amanecido de mal humor, pues las nubes amenazaban con descargar su ira en cualquier momento, y no es que no me guste la lluvia, pero prefiero llegar a mi trabajo antes de que se desate esta.
Salí del vagón del metro una vez más con muchas personas que también bajaban ahí, sin embargo al llegar a la salida de la estación, muchos se detuvieron, pues la lluvia había comenzado.
A mucha gente no le importó, usó su portafolios o su bolso para cubrirse y salió caminando a toda prisa, otros sin nada que los cubriera, unos más con su periódico en mano, los más precavidos con el pequeño paraguas de bolsillo que cargaban con ellos.
En mi mente me pareció escuchar la voz de mi madre retándome por salir sin suéter o sombrilla. También recordé cómo se sentía estar enfermo y sus zapatos volando hacia mi cara cuando llegaba a casa empapado. Así que saqué también el pequeño paraguas cortesía de la mujer que me dio la vida, y emprendí mi camino hacia el trabajo.
Caminaba por la calle rápido para no mojarme tanto a pesar de la sombrilla, miré el reloj en mi muñeca y de nuevo iba a buen tiempo.
Una persona llamó mi atención, estaba ahí, recargado contra una pared de algún negocio refugiándose de la lluvia, con un suéter azul que le quedaba algo grande, sus anteojos enormes, su mochila, su llavero, y un nuevo libro que aferraba a su pecho dando a entender que prefería mojarse él. No tengo idea de cómo lo reonocí entre tantas personas, simplemente lo hice...
Me acerqué hacia él y lo cubrí con mi paraguas.
-Hey, ¿me podrías decir qué hora es? -le pregunté. Él me miró, sonrió, y apuntó hacia el gran reloj de la plaza principal, otra vez...
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Love at first question -YEWOOK-
Fanfiction"Lo conocí en la calle, le pregunté la hora y él me apuntó hacia el gran reloj de la plaza central" Drabble para el desafío de Es de fanfics
