Capítulo 5

1.2K 81 11
                                    

- ¿Quién es? -respondo mi teléfono con un bostezo, miro hacía el reloj sobre la cómoda y me asombro al ver que son las 3:30 de la mañana ¿Quién llamaría a ésta hora?

-Michelle, soy yo Anthony -responde una voz alegre en la otra línea.

Motocicleta, chico: Anthony.

Froto mis ojos.

- ¿Qué quieres?

-Hoy esperé tu llamada y no lo hiciste.

- ¿Y por eso me llamas a las tres de la mañana?

De repente estaba furiosa, que chico éste...

-Sí.

Pongo los ojos en blanco bostezando de nuevo.

Espera, ¿Cómo tenía mi número? ¿Me acosa o qué?

-Oye ¿Cómo tienes mi número? -grito enfadada.

De inmediato cierro mí boca con mí mano libre, espero que ese grito no despierte a mí padre.

-Lo conseguí por ahí bonita -responde.

Frunzo el ceño, si odiaba que me digan "Princesa", "Bonita" sobrepasaba mi limite.

- ¿Qué quieres? -vuelvo a preguntar más furiosa aún.

-Solo ser tu amigo bonita, pero ahora te dejo dormir que te has rabiado, adiós.

Y colgó.

Suspiro con exasperación mientras dejo mí teléfono en la mesita de luz y cierro nuevamente mis ojos para poder dormir, pero se me hizo difícil.

Después de contar algunas mil ovejas al fin pude dormir.

Creo que ni pasaron una hora cuando el despertador volvió a sonar.

No tuve otra opción que darme una buena ducha y esperar así que el sueño se vaya.

...

- ¿Haz dormido bien? Traes una cara... -dijo Emma en la hora del almuerzo, la miro y me limito a bostezar.

-Tiene un humor que ni te cuento- agrego Stephane con una mueca en su cara.

Los dos rieron y yo hice lo mismo, sarcásticamente.

-No he dormido lo suficiente -respondo.

- ¿Por pensar tanto en mí? Suele pasar -dice Stephane con una sonrisa pícara en el rostro.

-He dicho que no he dormido, no que tuve pesadillas -replico, creo que de verdad tengo un humor de perros el día de hoy.

-Uhhh -le fastidia Emma.

-Claro, tienes pesadillas de perderme ¿no?

Pongo los ojos, ¿Quién se creía ahora? ¿Peeta Mellark?

-No, Peeta lo dijo más bonito -dice Emma.

-Te doy toda la razón-digo.

-Bueno, ahora en serio -carraspea Emma- ¿Cuál es la causa de tu falta de sueño?

-Un chico -respondo con fastidio.

- ¿Un chico? -preguntaron en unísono.

-Sí, un tal Anthony. Ayer casi me choca con su maldita motocicleta y hoy me llama a las tres de la mañana ¡Y yo no siquiera le di mi número! Creo que es un acosador.

-Oh... -dice Emma.

Miro a Stephane, quien mira al vacío, con las mandíbulas apretada. Se levanta de su silla y camina fuera del comedor, dejándome tanto a mí como a Emma en desconcierto.

Alma Guerrera EN REVISIÓN Y EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora