Seguridad. (Hinny)

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Ginny Weasley era una muchacha con mucho carácter, amor y seguridad en sí misma.

Crecer en un entorno llenó de varones exceptuando a su mamá la hacía poseedora de una personalidad fuerte.

Pero en ese momento los nervios carcomían todo lo mencionado anteriormente y se encontraba terriblemente incomoda.

A su lado estaba Harry Potter. Sentado un poco alejado de su cuerpo en el mismo viejo sillón. Él la miraba de vez en cuando y ella sentía su respiración irregular llenando el silencio.

Se estaba desesperando. Ella quería que él dijera algo.

Pero no lo hizo.

—Harry...- susurró mirando al pelinegro.
—Dime, Ginny.- respondió él sin mirarla. Sintiendo como su corazón empezaba a latir furiosamente.

—¿Qué nos pasó?- preguntó a punto de llorar, su voz rota la delataba demasiado.

—Sabes que no es tu culpa.- susurró mirando las piernas desnudas de la pelirroja, su pantaloneta le permitía hacer eso.

—Es de ambos.- dijo un poco más fuerte y más enojada.— ¿Por qué cambiaste?

—No lo hice. Deberíamos dejar esta conversación para otro momento.- estaba alterado, triste, indignado e inseguro de su actitud. No quería hacerle más daño.

Después de la guerra llega la paz, pero en el caso de la pequeña Weasley y el elegido, no todo era tranquilidad. El problema había empezado en el momento en que Harry dijo que todas las muertes eran su culpa.

Ginny se negaba rotundamente a este pensamiento y le recriminaba su actitud siempre que podía. Él se estaba enojando más de lo que quería con ella y su actitud amorosa y perfecta se había ido a la basura, siendo remplazado por frialdad e inconsciencia.

No, ella no lo soportaba más. Pensó en el reencuentro más maravilloso, en los besos que se darían todo el tiempo en la madriguera, en los paseos que tomarían al rededor de los jardines, no en eso, no en alguien tan perturbado.

—Harry, arreglemos esto.- dijo la chica mirando la espalda de su chico, mientras él, como un cobarde, se disponía a salir.

—¡¿Qué quieres arreglar?! ¡No se puede hacer nada! ¡Y yo tengo toda la culpa!- gritó fuera de sí. Estaba tan cansado de escuchar lo mismo de los labios de la pelirroja.

—¡Claro que no tienes la culpa! ¡No obligamos a Lupin, ni a Tonks, ni a Fred a luchar con nosotros! ¡Y si se fueron era porque el destino así lo quería! ¡Deja de pensar eso!- gritó mientras sus ojos derramaban cientos de lágrimas, a Harry le dolía en lo más profundo de su ser ver a la valiente y divertida Weasley hecha un mar de llanto.

—Deja de llorar.- ordenó Harry sentándose a su lado y tomando sus manos.- No me gusta verte así.- apretó su mano derecha mientras ella se sonrojaba.- Quería tanto volver a verte, y estoy actuando como un completo idiota contigo, no lo mereces.- susurró y ella abrió la boca, pero no dijo nada.

—Perdoname.- dijo mientras la abrazaba y ella apretaba sus brazos con fuerza al rededor de él.

—Estás perdonado. Sólo quiero a mi viejo Harry de vuelta.

—Y lo tendrás, Ginny, ten seguridad de ello.

—Y lo tendrás, Ginny, ten seguridad de ello

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Joli, volví. ¡Los Hinny son tan adorables!

Me encorazona.

Un saludo muy especial a los Hinny shippers que me leen. Sé que algunos prefieren el Romione.

Att: LauraHillón.

Romione And Hinny. (Fanfic's)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora