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- Me siento incómoda- le dije a Alex mientras leía un libro de la escuela. Estábamos en su casa, me había invitado a comer con él y ahora me ayudaba a estudiar en su habitación.

- Entonces tal vez deba quitar mi mano de ahí- alejó su silla unos cuantos centímetros de la mía.

Sin poder concentrarme más, cerré el libro y alejé mi silla del escritorio- Tal vez si debas hacerlo, pero no me refería a eso.

- ¿Es porque el otro día fui a tu casa cuando tú no estabas?

- No, pero eso es extraño, comienzo a creer que mis padres te quieren más de lo que me quieren a mi.

- Tu hermana también me quiere más- agregó.

- ¡Esa traidora!  Además ¿sabes que vi el otro día? Mi papá estaba hablando a escondidas en el baño, y cuando espié en su celular para ver si estaba engañando a mi madre, ¿quieres saber que número vi?

Alex tomó una hoja que había por ahí y se puso a garabatear en ella, ponía nuestras iniciales encerradas en un corazón. Eso me daba algo de risa.- Pues las aventuras de tu padre no son de mi interés...

- Vi tu número, Daryl Alexander.

- Asco, no me digas así- molesto, levantó su mirada de lo que estaba haciendo para dirigirla hacia mi.

- ¿Por qué mi padre te llama tanto? Y no solo él, incluso mi mamá lo ha estado haciendo.

- Tengo unos cuantos negocios con ellos, nada muy importante- dijo encogiendose de hombros, despreocupadamente.

- Todo eso, y algo más me ha hecho tener un mal presentimiento.

- ¿Qué presentimiento tienes?

- No sé... A estas alturas algo malo ha de pasar, ya sabes. En los libros siempre casi al final de la novela pasan cosas que lo arruinan todo. Pero no logro saber que es, digo, no tienes alguna ex novia psicópata que llegue a venir de la nada- o al menos eso era lo que esperaba - Y yo tampoco tengo un ex novio asi, pensé que esa sería Larissa pero a ella no le gustas, aunque sí es un poco... Inusual.

- Vamos Oli, no te preocupes por cosas como esas, vive el momento- pasó su mano por mi cabello sin cuidado y me despeinó completamente.

- Tal vez alguien muera ¿es factible?- lo ignoré y arreglé lo que él había hecho- Demonios, tendré que conseguir algo negro para tu funeral.

- ¿Y por que yo soy el muerto?

- Yo soy más avispada que tú, el otro día casi te pasa un auto por encima, nunca te fijas al cruzar la calle ¿crees que eres de hule o que? De hecho, me debes la vida, esa vez te salvé.

Creo que la conversación se fue por el camino equivocado.

- Pero no por ser distraído me hace tener más probabilidad de morir que tú, que demonios, ¿por qué hablamos de quien morirá primero? ¿qué clase de cita es esta?

- Olvidalo, sólo digo, que quiero estar preparada para cualquier cosa que suceda.

- ¿Tanto crees que algo malo va a pasar?- su tono de voz era extremadamente serio, me asustó por un momento.

- No lo creo, estoy segura- dije decidida viéndolo directamente a los ojos. Mantuvimos una batalla de miradas que él ganó, y entonces habló con la misma seriedad de antes.

- Bueno, probablemente este sea un buen momento para decirte que me iré de viaje por un año, en un mes.

Todo por una galletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora