Capítulo 31: Complicaciones

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Cristhie

Me sentí mareada, de repente el olor a flores en la habitación se hizo muy fuerte, lo mezclé con mi perfume, con el perfume de Isaac, el olor de la cuidad que entraba por la ventana y pensé que me iba a desmayar. Me apoyé sobre la mesa mientras que la habitación giraba a mí alrededor, hasta que sentí las náuseas e inevitablemente supe que iba a devolver en arcadas lo que había comido. Salí disparada como una bala al dormitorio, haciendo caso omiso de las miradas de los dos hombres en la habitación: la acusadora de Edmund y la de absoluta preocupación de Isaac; aún no entendía qué hacía Isaac con mi papá, luego habrá tiempo para las explicaciones, pensé.

Isaac estaba de pie en la puerta del dormitorio, se notaba con claridad no quería estar allí sino a mi lado, pero la presencia de Edmund lo hacía recelar y mantenerse alejado. Edmund en cambio estaba a mi lado en la cama con una cara de preocupación, molestia contenida y algo más que no supe descifrar.

—¿Es así como te cuidas? —dijo alternando la mirada entre Isaac y yo.

—Estoy bien, debe ser algo que comí que me cayó mal —mentí. Isaac lo sabía y yo lo sabía, no era una simple indigestión y ya me estaba empezando a preocupar.

A lo lejos la música que indicaba una llamada en mi celular empezó a sonar, Isaac lo reconoció y fue por mi teléfono, era Maggie, lo sabía por la canción, hice ademanes para levantarme pero Edmund me detuvo y se levantó él, Isaac le entregó el teléfono mientras intercambiaban miradas acusadoras.

Edmund estaba esperando a que Isaac se fuera, el detalle era que Isaac estaba quedándose conmigo, y aunque que a él no le costaría nada conseguir una habitación yo no lo quería lejos de mí. Le envié señales con mis ojos para que no me dejara sola, eventualmente Edmund se tendría que ir.

Isaac me complació. Dio la vuelta a la cama y se sentó a mi lado.

—Hola —dije nerviosa. Sentía la mirada de ambos hombres sobre mí.

—¡Cris! —su voz subió una octava—. ¡Al fin que me contestas! —me acusó.

—¿De qué hablas Maggie? Sólo ha sonado un par de veces... —Mi amiga siempre tan melodramática.

—Oh, claro que sí... ¿Cómo estás? No, mejor ¿dónde estás? Edmund vino, está aquí en Paris... Aaron lo vio y me dijo, ¿cómo está todo? ¡¿Por qué no me contestas?! —suspiré.

—Si al menos me dejaras hablar Mag —algo en mi voz la alertó.

—Oh, está en tu habitación... —casi podía imaginarme la cara de espanto que tendría y la gran O que había formado con su boca.

—Sí.

—¿Necesitas ayuda o algo? —un milagro, pensé.

—Estoy bien —mentí.

—Ok. Pero lo que sea, a la hora que sea Cris, ¡Me llamas! —sonó más a una orden que un ofrecimiento.

—Está bien Maggie.

Y sin esperar respuesta tranqué la llamada. Volteé a los lados. Isaac me miraba con preocupación y Edmund con reproche. Genial. Ahora cómo me deshacía de Edmund sin que resultara muy obvio, claro sin que Isaac me dejara también. Pero el pensamiento duró solo el tiempo que lo había pensado porque Edmund me sacó de mi ensoñación.

—Maggie está en Paris. Porque no me sorprende —empezó a decir mientras caminaba de un lado a otro dentro de la habitación. Mareándome—. Esa niña, ya sabía que era una mala influencia para ti Cris. —Torcí los ojos.

Decisión de Amor (Borrador Completo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora