XXIII.

2.7K 242 79
                                    

❝ La demostración.❞


— Nova. . .—Escucho que una voz masculina susurrar mi nombre, mientras una mano mueve suavemente la mía, pero aun estoy más que hundida dentro de mi sueño. — Nova. . . —Llama de nuevo, pero mis parpados pesan tanto que me niego a abrirlos.— Nova. . . —Llama una vez más pero simplemente no reacciono.

Escucho un quejido, que se asemeja más a una maldición. Luego de eso el silencio reina y creo que sea quien sea, se marcho, pero mi teoría es completamente errónea cuando siento delicados y varoniles labios depositando un tierno beso en mi mejilla. — Despierta, bella durmiente —Musita dulcemente contra mi oído y abro los ojos.

Toda la habitación está completamente a oscuras, salvo por la tenue luz del capitolio que se filtra por la ventana, la figura masculina enciende la lámpara revelando a un apuesto y rubio joven sonriente, y a mi lado.

Mis labios inocentemente filtran una sonrisa— Buenos días. —Dice Finnick susurrando, mientras yo me incorporo sobre la cama, frunzo el ceño aun adormilada, mirando la completa oscuridad del cielo nocturno.

— ¿Qué tienen de buenos? —Digo bostezando.

— Yo por supuesto. —Dice en tono vanidoso. Me rio silenciosamente.

— Esperaba un comentario como ese. —Lo miro ahora, el sonríe y mi corazón tiembla dentro de mi pecho— ¿Qué hora es?

— Las cuatro de la mañana. —Dice conservando su tono silencioso, se ríe cuando abro los ojos en sorpresa

— Eso explica la oscuridad ¿Qué haces aquí? —Le pregunto levantándome de la cama cogiendo una goma para controlar mi cabello— o más bien ¿cómo entraste aquí?

— ¿Me creerías si te digo que forcé la cerradura? —Volteo y lo miro. Entorno los ojos hacia él, pero termino riendo en tono bajo.

— Absolutamente no —el alza sus cejas en sorpresa y finge dolor en el pecho. — No matarías ni una mosca. —Le digo, ahora finge estar ofendido.

—¿A sí que eso crees? —Dice y se levanta caminando cauteloso hacia mí, como tigre, un sexy tigre.

— Completamente sí. —Digo mientras retrocedo de la misma manera que el hasta que mi espalda toca la fría pared, y él me acorrala, poniendo sus manos a los lados de mi cabeza.

— ¿Qué te hace creer eso? —Pregunta casi ronroneando.

— Lo adorable que eres. —Le contesto con demasiada facilidad, más de la que me gustaría.

Incluso con la poca iluminación, puedo asegurar que sus ojos cobraron un brillo especial, el sonríe de manera sencilla, como si jamás le hubieran dicho esto, de esa manera. Mi corazón comienza a acelerarse cuando él se acerca mucho más a mí, y mi respiración casi se retiene cuando sus masculinas manos se posan en mis mejillas de manera tan delicada, sin forzar nada, yo podría apartarlas, pero no quiero, no necesito hacer eso.

Nightmares ➽ Finnick Odair. [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora