Me costó unos buenos minutos pero terminé pagando por todo, yo no puedo irme así.

Ya en mi apartamento tengo todo listo, tamborileo mis vans contra el piso de madera, me desespero cuando me toca esperar tanto, tocan la puerta, es el chofer de Oliver, me despido de Natalie y me voy, nunca había estado en Italia ¡Que emoción! llegamos al jet, desde largo se divisan unas letras que forman la palabra "Anderson", no sabía que Oliver tenía un jet privado, llego y ahí está él sumergido en su computadora, su padre tiene razón, Oliver tiene que darse un descanso y dejar de trabajar.

—Hola señor jefe —digo, tomando lugar a la par suya, ni siquiera levanta la mirada.

—Hola "CARLIN" —menciona haciendo énfasis en mi apellido, sin querer me paro sobre su cara zapatilla y ahí si... quita de inmediato sus ojos de la laptop para clavarla en mis zapatos y luego en mis ojos ¡Joder! Sonrío porque no tengo de otra mientras él me fulmina con la mirada.

Solo íbamos él y yo en ese gran jet, y bueno la azafata privada que le coquetea a Oliver todo el tiempo, no puedo evitar reír.

—¿Puedo saber que te causa tanta risa, Alex? —pregunta con un tono serio, despegando su mirada de su laptop para postrarla en mí.

—Tu azafata... ¿Enserio no sabe que tu esposa va a la par tuya? —susurro, él frunce su entrecejo y voltea a ver a la morena.

—No lo sé. Espero que no porque está guapa —murmura, aquí es dónde yo como esposa hago un berrinche y corro a la tipa ésta pero esas cosas no me salen sin que me suelte a reír.

No sé a qué hora me quedo dormida, despierto cuando el jet está aterrizando, es Italia y es más de media noche, el chofer nos lleva al hotel donde nos vamos a hospedar.

—¿Vamos a compartir habitación? —pregunto, quiero que me diga que no.

—Si —¡Ah! ¡Maldita sea! —porque mi hermano también está hospedado aquí, y el no pide habitación separada con su esposa —contesta, mientras un joven hombre abre la puertas del hotel, agradezco. Dos hombres llevan nuestras maletas, no había visto que Oliver lleva sólo una camisa blanca, sin sus sacos característicos, había doblado la manga hacia arriba, según él, está informal.

El hotel es inmenso, lujoso, solo gente rica debe hospedarse aquí. Y Oliver reservó la suit presidencial, es más grande que todo mi apartamento, blanco y alfombrado, en la parte del techo se miraban unos decorados como el cielo, como era de noche, parecía que estabas viendo las estrellas, el baño es enorme, las toallas tenían el nombre del hotel bordado a mano, hay un balcón del que se podía ver toda la capital, al menos el lugar es bastante grande como para no tener que compartir el mismo espacio con Oliver y terminar peleando.

Oliver se quita la camisa y se va a tomar una ducha, luego sale solo con el pantalón de pijama, le gusta andar sin camisa provocando con su cuerpo musculoso, me tendré que poner a jugar ese mismo juego.

Estoy cansada por el viaje, luego de deshacerme de mi ropa en el baño, dejo que el agua cálida recorra mi cuerpo, siento alivio de inmediato, luego de unos minutos me visto y salgo al exterior, esta vez no dejé que Natalie metiera su ropa de dormir en mi maleta, mis shorts de Garfield son más sexy, Oliver sigue sumergido en su computadora, enserio que no deja de trabajar nunca.

—¿Porqué no dejas de trabajar? Mejor descansa —digo, acercándome a él y cerrando su laptop, enserio que necesita descansar.

—Odio que cierres mi laptop, Carlin —almenos no usó ese tono grosero esta vez—y no estoy trabajando, estoy viendo que te regalo por nuestro primer mes de matrimonio.

—¿Qué? ¿Porqué me regalarías algo?—frunzo el ceño y me cruzo de brazos.

—Los esposos les regalan cosas a sus esposas todo el tiempo. Además mi padre me preguntará que te he regalado.

Esposa de mi jefe © (Borrador de la 1era edición - 2016)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora