Capítulo 1

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Regla # 5: Siempre dale a la vida tu más grande sonrisa.

VIELKA

Las vacaciones de verano estaban a punto de terminar, lo que significaba que pronto tendría que regresar a Monterrey, y precisamente por ese motivo mi prima Valentina había insistido en que fuéramos al circo ya que nos habían dicho que los motociclistas que actuaban en el circo estaban para chuparse los dedos, esas fueran las palabras de una de las amigas de mi prima.
Así que gracias a las referencias que nos habían dado, mi prima insistía en que ir a deleitar la pupila sería una buena forma de culminar mis días en San Luis. Había pasado todo el verano con mi prima y mis tíos ya que mi padre había decidido tomar unas vacaciones junto a Berenice, quien era su novia desde hace dos años, así que después de que un día casi incendiara la casa, mi padre tomo la decisión de que pasará las vacaciones con su hermana, ya que pasar el verano con mi madre no era una buena opción, para empezar tendríamos que descubrir dónde está, mi madre había decidido abandonarnos hace seis años. En un inicio fue muy doloroso y difícil para mi padre y para mí, pero nos adaptamos rápidamente a la idea de que ahora solo éramos nosotros dos.

Volviendo al tema del circo, mi prima era un verdadero dolor de cabeza cuando algo se le metía en la cabeza así que nadie le quitaría las intenciones de ir a este.

-—Valentina ya estás muy grandecita para ir al circo.

Coloca sus manos en jarra y me frunce el ceño —perdóname señorita madure —cambia su expresión y hace un puchero— es que dicen que son guapísimos.

—De acuerdo me meteré a bañar —llevabamos rato con la misma discusión por lo que ya cansada de está conversación sin sentido decidí dar mi brazo a torcer.

Camino hacia el baño que está en el pasillo con toda la velocidad de una tortuga, hoy realmente quería quedarme en casa a descansar ya que desde que estoy aquí, no hay noche en la que no salgamos de fiesta y este cuerpecito perezoso ya necesita descansar. Al entrar en la regadera veo un pequeño trozo de jabón en el suelo y lo recojo antes de que unas de mis tan estelares caídas hagan su aparición, mientras me estoy bañando mi prima entra al baño a lavarse los dientes y justo cuando termina me vuelve decir que me dé prisa, salgo de la regadera envolviendome la toalla y camino hacia la puerta pero mi pie resbala con lo que parece ser pasta de dientes y sin que lo pueda evitar mi trasero se impacta con el suelo duro. Desde la planta baja escucho a mi tío Rubén gritar.

—¡Vielka ya se cayó!

Al principio corrían a ver que me pasaba pero ahora ya se han acostumbrado a mis típicos accidentes, mi papá siempre se burla de mi diciendo que nací estrellada, pues literalmente siempre me la vivo estrellándome en cualquier lugar.
Después de mi caída del día me alisto y cuando finalmente estoy lista mi prima y yo nos vamos camino al circo,  es lo más super divertido que haré desde que estoy aquí (nótese el sarcasmo).

De verdad tienen que ser todos unos Adonis los motociclistas para que el circo este lleno de adolescentes calenturientas y lo peor es que yo fui arrastrada por una, caminamos hacia la taquilla donde compramos nuestros boletos para la próxima función y decidimos no perder tiempo en formarnos, ya que como ya mencioné el circo está atascado de chicas con las hormonas alborotadas. Mientras esperamos vemos a los que parecen formar parte del espectáculo de motocicletas, y me imagino que es así por dos razones:

Número uno, traen overoles de motociclistas.

Y razón número dos, todas las jovencitas parecen perros afuera de la carnicería cuando pasan frente a la fila de la taquilla.

Aunque tengo que admitir que si son muy atractivos, los dos hombres parecen ser familia o algo parecido ya que son muy parecidos e incluso en el bronceado dorado, uno de ellos incluso tiene ese toque de chico peligroso con sus tatuajes en ambos brazos, y la joven no se queda atrás, su cabello castaño brilla con los rayos del sol y su rostro parece el de una muñeca, además de tener un cuerpo de infarto, el otro joven tiene un cuerpo demasiado sexy e incluso tiene una sonrisa pícara, la joven se abraza a la cintura de uno de ellos y se escuchan los suspiros de todas las jovencitas a mi alrededor, la muy cínica se gira hacia a nosotras y se encoge de hombros.

Corazón Vertiginoso (Saga #1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora