¡Desaparecida¡

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Quito, 13 de Noviembre del 2018, 11:25am.

Dentro de una acogedora casa con grandes ventanales y muebles de madera no tan nuevos, se ve llorar a una mujer, Fernanda, la madre de Helena, junto a ella el novio de su hija, en silencio, con la mirada perdida en el cenicero de la pequeña mesa que está en medio de la sala, de pronto la voz de la mujer le devuelve a la realidad.

-Marco, ¿estás seguro no te dijo a dónde iba?- sabe que su hija no se iría a ningún sitio sin avisarle a alguien, ella no era así.

-ya le dije que no, ella me dijo que me escribía al llegar a casa que se quedó a estudiar-

La mujer no acepta que su hija este desaparecida, siente un nudo en la garganta, de esos que no lo dejan llorar a uno aunque quisiera, tiene la certeza de que su pequeña como le decía está viva, mira al muchacho, está igual de afligido, sabe que él y su hija tenían planes para después de culminar sus estudios en la universidad, se podía decir que entre ellos había verdadero amor.

-Marco, porque no te sientas, no vas a crecer-

El joven suelta una carcajada de esas que se le escapan a uno inconscientemente. -gracias pero de momento prefiero estar de pie, no puedo creer que debamos esperar mínimo 48 horas para que la policía se decida a hacer algo-

-lo sé, está mal, pero son las reglas, yo también estoy preocupada pero que podemos hacer-

-no lo sé esta mañana les llame a todos sus amigos, nadie me da razón de ella, y su celular está apagado-

La mujer se levanta y mira fijamente al muchacho, como si quisiera decirle que la abrace para llorar juntos, pero no podía darse ese lujo, no se tenían tanta confianza, justo en ese momento, el joven sonrió.

-haré algunos carteles, podrían funcionar, si alguien la vio nos podría dar información-

-tienes razón, eso podría servir-

-sí, bueno me voy a hacer eso, si sabe algo de Helena por favor llámeme que yo estaré aquí en un par minutos doña Fer-

El joven salió rápidamente de la casa de su novia y se puso a esperar un taxi, la mayoría venían llenos lo cual desesperaba aún más al muchacho que quería hacer aquellos carteles lo más rápido posible, estuvo así un par de minutos hasta que un taxi vacío tomó la carrera.

Quito, 13 de Noviembre del 2018, 8:45pm

El frío recorre las calles de la ciudad, iluminada por las luces del alumbrado público, los autos, las casas y los negocios que se esparcían en el paisaje urbano, a las afueras del andén de la ecovia del sector de la alameda, un joven de unos 28 años, su nombre es Nicolás, de contextura bien definida, cabello rubio y ojos verdes esta arrimado en una de las barandas a la salida del andén, mira su reloj y después dentro de la estación, ha venido a ver a su prometida que llega de trabajar, no le gusta ande sola en la noche, y eso es algo que ella aprecia. El muchacho trae puestos los auriculares, y se concentra solo en mirar a los ecovia que van y vienen, nunca le ha gustado subirse a uno, según él hay que quererse lo suficiente como para saber que viajar aplastado entre la gente no es lo mejor, de pronto, de uno de ellos baja su prometida, sonriente como siempre y acomodándose el cabello color rojo que se le ha despeinado al salir del ecovia, su piel esta bronceada naturalmente, sus labios, pintados con un color bastante intenso, dejan ver una sonrisa cuando esta divisa al muchacho, olvidando la compostura corre hacia la salida y lo abraza, su cuerpo es esbelto y sin muchas atribuciones por lo que se eleva sin problema durante el abrazo, tiene la misma altura que su prometido lo cual a ambos siempre les a gustado.

-¿cómo así llegaste más tarde?-

-ni te imaginas, hubo una emergencia diez minutos antes de la hora de salida y ya no pude salir a tiempo porque justo ese caso me lo asignaron a mí, estoy rendida-

-bueno, entonces qué tal si te ayudo a relajarte en la casa-

El muchacho sonríe para luego besarla, chupando delicado los labios de la joven, al separarse, este la toma de la mano y empiezan a caminar, tienen que cruzar el parque de la alameda para llegar a su casa, algo que no siempre es muy agradable pues el parque no tiene las luminarias necesarias, empiezan a cruzar por entre los arboles hablando de cómo les fue el día de hoy, están tan distraídos en su conversación que no notan la sombra que se les aproxima, de la nada, el muchacho empieza a estremecerse por un golpe de corriente que también paraliza a su novia, en un par de segundos, ambos se desploman por completo inconscientes, la silueta, guarda el neutralizador y levanta a la muchacha en hombros llevándola a la camioneta, después regresa a por su novio y repite el mismo proceso, una vez en su camioneta, este los ata y amordaza para después arrancar el auto perdiéndose entre el tráfico de la zona.

Quito, 14 de Noviembre del 2018, 7:45am

En el edificio del ECU911 se siguen recibiendo llamadas de jóvenes desaparecidos, los servidores buscan actividad inusual en las cámaras de vigilancia pero no encuentran nada fuera de lo común, pero pronto empiezan a ponerse bajo alerta, en dos días ya se han dado diez denuncias, eso no es algo normal, algo está pasando, y tendrán que averiguarlo.

El fabricante de maniquíes [2do Puesto En Los @CarrotAwards]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora