˗ˏˋ Haruitsuki Abeno ෆ FnM ˎˊ˗

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           Llevo varios meses ya desde que mi vida dió un cambio inesperado para bien. Creí que en cualquier momento acabaría en un manicomio, de no haber sido que Hanae, Zenko y Abeno se cruzaron en mi camino.

           Mi historia es la siguiente: Desde pequeña veía cosas que los demás no, en un principio mis padres estaban convencidos de que eran sólo amigos imaginarios y que cuando creciera se irían, me lo decían tantas veces que me convencí de ello. Pero al pasar los años no se fueron, seguía viéndolos y escuchándolos. Se los dije a mis padres, que por supuesto se preocuparon, así que decidieron llevarme con neurólogos, psicólogos y psiquiatras. Nadie encontró nada anormal en mí, pero puesto que no dejaba de verlos mis papás insistieron muy intensamente en que me dieran alguna clase de tratamiento, ya que ellos insistían en que tal vez sufría de alguna variante de la esquizofrenia. Así que me recetaron neurolépticos para desaparecer las alucinaciones.  Aunque tomaba la medicina, con miedo de que me fuera hacer daño ya que yo sabía que no la necesitaba, aún seguía viendo a esas extrañas criaturas.  Con o sin medicamentos ahí estaban. Decidí fingir que la medicina surtía efecto en mí, sólo para que mis padres estuviera más tranquilos, y sin que se dirán cuenta dejé poco a poco de tomar los neurolépticos.

            En el ámbito escolar no me iba mejor, todos sabían de mi condición, o por lo menos los de mi salón y profesores que debían mantenerse al tanto. Habían veces en que las criaturas me tomaban de sorpresa o sólo me seguían, era muy difícil ignorarlas. La gente a mi alrededor se daba cuenta de esto, ya que soy un poco... bueno, muy obvia con lo que me pasa. Mis compañeros me trataba de loca y no dejaban de molestarme sobre eso, por más que los maestros pusieran orden seguían llamándome por apodos o lanzándome cosas cuando los maestros no veían. Lo peor era en el receso, que era cuando más tiempo tenían para molestarme. Cualquier alumno desearía la llegada del receso para comer, charlar y deshacerse de las clases por un rato; más sin embargo yo sólo deseaba que sonara la campana para que entrara el maestro, que era cuando me sentía un poco más segura, aunque no del todo.

           Debido a esto, no solía permanecer en una sola escuela.

           Me cambiaron de preparatoria en el segundo año, que fue cuando conocí a Hanae y Abeno. El primero al que me encontré fue Hanae.  Al ver que tenía bastantes dificultades para desenvolverme en la clase, el azabache se acercó a mí, con una mano estirada la cual gustosa acepté, luego de presentarse él, me presentó a Abeno, quien sólo asintió con la cabeza. En ese instante sentí una calidez particular, una que no había sentido antes en mis otras escuelas. Durante el descanso y entre clase y clase, Hanae me contaba sobre él a la vez que me preguntaba sobre mí, no pude evitar notar que el rubio de vez en cuando le lanzaba miradas fulminantes a Hanae, miradas que hacían que el pelinegro se mordiera la lengua y cambiara gradualmente de tema. Me sentí, por primera vez en muchos años, como si de verdad tuviera un amigo. Estaba tan feliz que tenía miedo de que las criaturas que veía volvieran a salir y arruinaran todo, no es que las detestara, pero por causa de ellos es que no podía estar en un solo instituto.

           Fue ese mismo primer día al terminar las clases cuando lo vi. Una bola de la medida de una pelota de playa, blanca y peluda, de ojos morados, parada a un lado de Hanae, expectante a lo que pasaba. "Otra vez no" pensé para mis adentros. Hice mi mayor esfuerzo para ignorarlo, aunque la bola blanca se percató de mi nerviosismo y se acercó a mí justo cuando el azabache me decía algo que no podía escuchar por el esfuerzo que hacía de ignorar a la criatura que cada vez estaba más cerca. No tuve más remedio que interrumpir a Hanae, haciendo una ovación rápida a él y Abeno discúlpame por mi pronta salida. 

           Salí caso corriendo de ahí, sabía que lo más probable es que Hanae me preguntaría qué me había ocurrido al día siguiente, cosa que así fue, a lo cual sólo respondí con una mentira blanca.

LෆVE TRIP ──Anime One-ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora