Saliendo de la Tierra

1 0 0
                                    

Los aviones no pueden volar tan alto como para salir de la Tierra. Simplemente, a mayor altura, el aire es menos denso, lo que impide que puedan volar más y más alto. En otras palabras, los aviones necesitan aire. Pero no los cohetes, que se basan en el principio de que por cada acción, existe una reacción igual y en sentido contrario. Son mecanismos basados en propulsión pura. Por eso siempre los cohetes han necesitado ir equipados con tanto combustible en sus depósitos.

Pero la nave de Alem, aunque también necesita grandes depósitos de combustible, utiliza una sustancia relativamente abundante.

Efectivamente, cuando Alem era sólo un adolescente se desarrolló un método energéticamente barato para la electrólisis del agua. Esto permitió que se plantearan motores basados en hidrógeno. Pero fue Alem, quien dio con un verdadero motor eficiente. Teóricamente puede alcanzar la velocidad límite de la Naturaleza.

La trayectoria parabólica de la nave conducía a un gran río. La nave aterrizó muy cerca de la ladera del mismo, en una zona segura, donde no había tanta vegetación.

––Abriendo rampa, soltando manguera ––dijo Lur––. Por favor RoCo. Controlador, aquí nave Anacronópete con misión a Marte. Estamos repostando según el programa establecido.

––Entendido ––contestó el Controlador.

El androide salió de la nave para realizar la carga de combustible, agua; ya sea dulce o salada. De hecho, se puede tratar cualquier tipo de agua, excepto la destilada, ya que en este caso el agua no tendría conductividad. Los tres humanos quedaron en el interior.

––¿Cuánto durará este proceso? ––dijo Alem.

––Calculo que poco más de dos horas ––especuló Lur––. Tened en cuenta, que según entra el agua se realiza la electrólisis para quedarnos con nuestro combustible además del oxígeno y otros componentes que estén presentes; sales, metales....

Nat sacó del bolsillo de cremallera de su traje una foto de su marido y la pegó en una zona visible de la parte de su mesa.

––Nat, todavía estas a tiempo ––Alem le tomó de la mano con ternura de padre.

––Escucharme bien los dos, todos sabemos que esto es duro, que posiblemente no volvamos a ver a nuestros seres queridos y que de vivir alguno, para cuando regresemos, serán muy distintos a como los conocimos, serán viejos. Nosotros lo hemos hablado, y mi marido sabe que he nacido para esto y aunque él también está sufriendo, sabe que es lo que deseo, y no por eso le he dejado de querer, yo creo que esto es más importante. Quiero participar, quiero que mi vida tenga un sentido, necesito que mi vida sea útil.

Los tres se quedaron unos segundos en silencio reflexionando. Lur sonrió y dijo.

––Bueno; Nat, Alem. Somos lo que hacemos. Fuimos científicos para ser aventureros, exploradores. ¡Nuestra vida es maravillosa!.

––Si, es fantástico. Esto supera todas mis expectativas. Y yo que creía que cuando fuera viejo estaría tranquilo en una residencia de ancianos, ¡qué diablos!. Me siento más vivo que nunca.

Los tres compañeros comenzaron a reírse. Pasaron el resto del tiempo bromeando y contando anécdotas. Sin darse cuenta el sensor de combustible saltó.

––El subsistema de combustible indica que la carga de hidrógeno está al 100% ––informó Lur al resto del equipo––. RoCo, tarea completada, por favor, vuelve a la nave.

––Enten<>dido.

––Manguera y rampa retiradas ––comunicó Lur de nuevo.

––Chicos, el motor luz es operativo al 100%.

––Gracias Nat. RoCo, por favor establece las coordenadas de salida de la Tierra en trayectoria oblicua ––ordenó Lur.

––Coorde<>nadas estable<>cidas.

––¡Vámonos! ––exclamó Alem.

El motor de la nave rugió y comenzó a elevarse. La trayectoria tenía que ser oblicua, ya que la única limitación del motor luz es que requería estabilizar la temperatura antes de proporcionar altas velocidades, la carga de combustible combinado con el proceso de electrólisis calentaba todo el mecanismo más de lo recomendable, así que era una operación delicada. Pero por otro lado, el viaje era largo y sabían que no tenían ningún punto conocido para recargar combustible, ya que, no parecía fácil encontrar agua en el trayecto. Por eso no tenían alternativa y así se había definido en el programa de la misión.

––Controlador, estamos en maniobra de despegue, ajustados con el plan previsto ––detalló el primer piloto.

––De acuerdo, les estamos monitorizando en el radar, por favor, restablezcan la comunicación cuando salgan de la atmósfera.

––Por supuesto, Controlador.

Pasaron unos pocos minutos

––La tempera<>tura exte<>rior es de -2 grados centí<>grados y ba<>jando.

––Es normal RoCo, estamos en la Estratosfera

––explicó Alem––. Hacia donde vamos, cada vez detectaremos más cambios de temperatura, ya verás que divertido ––agregó irónicamente Alem.

––Detecto una alta concentración de ozono, debemos estar saliendo de la Estratosfera ––dedujo Nat.

––La tempera<>tura exte<>rior es de -42 grados centí<>grados.

––También la concentración de aire continua bajando ––dijo ella.

––La tempera<>tura exte<>rior es de -62 grados centí<>grados.

––Atentos todos, en breve entraremos en la Mesosfera, posiblemente encontremos turbulencias ––advirtió Alem al equipo.

––0,1% de la masa total del aire ––dijo Nat.

––La tempera<>tura exte<>rior es de -82 grados centí<>grados.

La nave estaba siendo sacudida por fuertes turbulencias. Lur agarró con fuerza los mandos y pidió al equipo que se tranquilizaran. El segundo piloto ayudaba a estabilizar la nave utilizando velozmente diferentes comandos con el teclado virtual.

––La concentración de aire continua bajando ––dijo ella.

Las sacudidas terminaron.

––La tempera<>tura exte<>rior es de 100 grados centí<>grados y subiendo rápidamente.

––Hemos entrado en la Ionosfera ––comentó el primer piloto––. RoCo, supervisa el escudo, esto se va a poner ¡al rojo vivo!.

––La tempera<>tura es muy alta, 900 grados centrí<>gados. Detecto emi<>siones electromag<>néticas externas que inuti<>lizan algunos de nuestros sen<>sores.

––Es algo momentáneo ––tranquilizó Alem al equipo.

Pasaron unos pocos minutos y la temperatura, que había llegado hasta los 1100 grados centígrados, comenzó a descender.

––La tempera<>tura exte<>rior es de 425 grados centí<>grados y bajando rápidamente.

––Chicos estamos a 680 kilómetros de altura, a punto de entrar en la Exosfera. La temperatura en el exterior es de 60 grados y descendiendo –-dijo ella.

Ya cuando estaban a unos 700 kilómetros de distancia de la Tierra, Lur comunicó con la base.

––Controlador, aquí nave Anacronópete con misión a Marte, ya estamos en la Exosfera. Dejamos al segundo piloto al frente, los humanos tenemos que descansar un rato.

Los tres se levantaron y se dirigieron al fondo de la sala ovoidal, donde había tres habitáculos tipo cápsulas para descansar.

----------------------------------------------------

Libro completo en: http://mybook.to/segundos

SegundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora