Casualidad

244 16 2
                                    

El timbre habia sonado indicando el fin del primer bloque de horas de clases, dejando a los alumnos escapar cual estampida del aula mientras llevaban en sus manos sus almuerzos.
Uno de los eufóricos alumnos, ante la felicidad de tener la libertad tan cerca de él, se tropezó con la tira de una mochila y calló al piso.
Algo molesto y avergonzado, giró la cabeza para buscar con la mirada al dueño de la desgraciada mochila, y sus ojos se encontraron con los de ella.
Ella no tenía nada muy especial, es más, su aspecto y personalidad dejaban mucho que desear.
Sus ojos, semiescondidos entre una maraña de pelo castaño que llagaba hasta sus hombros, lo miraban fijamente.
Él sintió un escalofrío correr por su espalda. Esos ojos anaranjados, penetrantes, acompañados de un par de ojeras que resaltaban de su pálida piel, escondidos entre mechones enrredados de pelo oscuro...
Quiso levantarce y salir del campo de visión de su espantosa compañera, pero al intentarlo cayó de nuevo devido a un dolor agudo en una rodilla.
La expresión de ella cambió de repente.
-¿E... estás bien? ¿Te lastimaste?- preguntó sin levantarse de su asiento.
Él, al no poder pararse, optó por centarse.
-Si, no te preocupes- respondió. Se agarraba las rodillas.
-Ay, ¿te duele?- dijo ella preocupada, separando la silla de la mesa para pararse y ayudarlo.
-¡No, no es nada! Estoy bien, me golpié un poco, nada más.
No necesitaba que lo ayudaran, y menos esa chica.
Ella paró en seco, lo miró algo dudosa.
-Esta bien, es mi culpa, disculpame por ser tan descuidada.- dijo mientras tomaba su mochila y la corría lejos del chico.
-¡Ah, no, esta bien! Digo...- dijo él sacudiendo las manos en el aire. Ella frenó y lo miro fijamente.
-Lo que quería decir era que... no es tu culpa. No te culpes, fui yo que no me di cuenta.
Ella sonrió levemente. Una pequeña sonrisa, casi imperseptible, pero lo suficientemente visible para que él lo notara.
-Esta bien, entiendo tu punto de vista. Pero creo que deverías ir a la enfermería para que revisen tu rodilla.- dijo ella todavía mirándolo fijamente.
-Si, creo que si. La verdad es que me duele un poco.- afirmó él.
Intentó levantarce, pero no pudo y cayó de nuevo.
-¿Necesitas ayuda?- preguntó ella preocupada.
-No, estoy bien. No te preocupes.- dijo él con una sonrisa finjida.
-Uh, de acuerdo. Entonces mejor me voy.- se dió media vuelta y empezó a caminar hacia la salida del aula.
Él intentó pararce y volvió a caer.
No lo pensó dos veces, antes de que ella salga completamente la llamó.
-¡Espera!
Ella se dió vuelta y clavó su mirada en él, cuestionándolo.
-Eh... ¿Me ayudarías? Por favor.
Una pequeña sonrisa apareció de nuevo en la cara de la chica.
-Claro- dijo ella, ayudándo a su compañero a levantarce.
-Gracias- dijo él sinceramente.
-No ahy de que.- redpondió ella.
-Eh... vi que en tu mochila tenías un pin con el logo de "The Beatles", ¿te gustan?- preguntó curioso él.
-Si...- dijo ella tímida.
-¡A mí tambien! Pero a ninguno de mis amigos les gusta.
-Me pasa lo mismo.
-¿Escuchaste "Let it be"?- preguntó él.
-Si, la melodía es hermosa.
-Opino igual.
....
...
..
.

Palabras sobre la realidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora