DARKLIGHT

O n c e

MONSTRUOS

Saben lo que es estar tan fuera de ti que al día siguiente no recuerdas nada de lo que pasó la noche anterior, bueno déjenme decirles que eso no se compara con recordarlo todo.

—¡NO! — dije en un grito desgarrador, me retorcía en un intento de parar lo que sea que me estaban haciendo en mi pierna, algo escurrió por ella y el dolor se intensifico—. Para, por favor.

Tantas preguntas

Recordaba la aterradora criatura que casi me mata, el fuego, el olor a carne quemada y alguien acercándose en la oscuridad. Fue ahí cuando me desmayé y lo demás me golpeó en flashbacks al despertarme.

Sin resolver 

Alguien me llevaba entre sus brazos, el dolor ya no era tan insoportable pero yo aún no podía abrir mis ojos por completo. 

 No hay respuestas      

—Resiste — dijo una voz entre la oscuridad antes de depositarme sobre algo duro, cuando se alejó el dolor volvió. 

La voz me era muy familiar  así que me aferre a ella. Ya no podía gritar más, mi garganta dolía, no tenía fuerza para nada.

— Todo terminara pronto solo tienes que resistir un poco más— decía el dueño de la voz  tranquilizándome mientras me inmovilizaba los brazos y una intensa luz llenaba toda la habitación. 

Abre los ojos Emma

El sonido de las manecillas del reloj era lo único que se escuchaba en la silenciosa y fría casa, había perdido la cuenta de cuantos segundos habían pasado desde que me desperté y descubrí que estaba en mi cama aparentemente sana y salva. 

No sabía que día era, si estaba sola o como había llegado aquí y estaba empezando a frustrarme no recordar las cosas importantes. No me había movido ni un milímetro desde que desperté por miedo a que podría encontrarme, pero si escuchaba los golpes en la puerta de abajo. Mi cabeza no dejaba de darle vuelta a todo y sentía como si esta fuera a explotar.

Había descubierto que no tenía ningún rasguño en la mano que recordaba tener destrozada y por un momento casi creí haber imaginado todo. No fue hasta que levante la tela del pijama y vi la cicatriz en mi pierna que un escalofrió recorrió mi columna.

Escuche más golpes en la puerta amenazando con tirarla abajo así que me levante, hacia todo mecánicamente y no llegue a pensar quien pudiera estar del otro lado.

El aire frío y un chico pelirrojo aparecieron frente a mí al abrirla.

— Emma— suspiro Amir con alivio — ¿Estas bien?

No...

— Emma— tomo mi barbilla y me obligo a mirar su pecosa cara — Estas pálida ¿Qué paso?

Negué con la cabeza y mire sobre su hombro. Khai apareció trotando por la calle —le había importado un pepino mi amenaza y salía a correr todos los días igual que yo— pero cuando me vio se detuvo, sus ojos atraparon los míos y su mirada inexpresiva cambio. 

El frío golpeo en mis pies descalzos y me estremecí.

—  Bien, vamos dentro —  dijo  Amir al darse cuenta, obligándome a entrar. Yo no opuse resistencia— ¿Me vas a decir que ocurre?