➤ O9; MIRAME.

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CAPÍTULO NUEVE;
MÍRAME. ❞

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Leah palmeó levemente la espalda de Judith, logrando así, que al fin se durmiera. Después de cenar sus últimos potes de comida, se había puesto pesada y refunfuñando en busca de atención. Dejó a la cría en la "cama" improvisada, que había armado sólo para el uso del adolescente y la pequeña. Admiró a ambos descansar, sonriendo conmovida tras plantar un beso en cada una de sus mejillas.

Hoy le tocaba hacer la guardia, con Rick.

Suspiró pesada, y salió hacía afuera del granero. Anunció su llegada, permitiendo que la pareja de casados se fuera a descansar tras cumplir su turno.
Maggie le guiñó un ojo, antes de desaparecer dentro de la estructura tras su esposo. Woods rodó los ojos ante tales insinuaciones que le daba la castaña. Estaba claro que algo cómo aquello, jamás ocurriría.

Tomó asiento en la pequeña banca, en la que apenas si cabían dos personas, por lo pequeña y deshecha que estaba.
Aprovechó su soledad, así empezar a peinar su cabello con sus dedos, también mover sus dedos por sobre su atuendo, deshaciendo todo rastro de tierra adherida a ellos.

El rechinido de la puerta siendo abierta se oyó, y detuvo sus acciones, notando que se hallaba comportando cómo una adolescente en medio del apocalipsis, por lo que no tardó en recriminarse por ello.

⏤Buenas noches.⏤ Deseó el portador de rizos castaños, tomando asiento a su lado. Provocando así, que por la reducción de espacio, sus brazos se apoyaran sobre el otro. Haciendo a ambos suspirar, jamás habían hecho guardia juntos. No tenían tema de conversación, ni sabían cómo actuar entre ellos. ⏤Gracias por calmar a Judith, cuándo actúa así no sé cómo manejarlo.⏤


⏤Tome un curso de maternidad, antes de todo.⏤ Por inercia, una de sus manos fue a su vientre plano, en el cuál, ya no crecía una vida.

⏤Cuentame.⏤ Rogó el ojiazul, queriendo consolar su frágil corazón. Así cómo ella lo había hecho con su presencia. Sus dedos se animaron a encaminarse a los suyos, entrelazando estos. Conforme su pulgar acariciaba su piel, sentía cómo ella se agitaba ante su tacto.

⏤Algún tiempo estuve embarazada. Gran momento, estaba de dos meses cuando comenzó todo. Junto con el padre del bebé, sobrevivimos.⏤ Relató.  Su voz entrecortada, a causa del llanto que se aproximaba de sólo tener que volver al pasado. Por ende, Rick pasó un brazo por sus hombros, dándole calor en medio de la brisa fresca. ⏤Ocurrió lo que siempre ocurre, y no tuve otra opción que hacer todo por mi cuenta, pero... no podía, se complicaba y finalmente, falleció ante mi falta de alimento, y yo lo hice con él. Al menos, mi alma.⏤

⏤Todos perdimos a alguien, pero tenemos que continuar. Mereces... Merecemos... Una segunda oportunidad, para ser felices.⏤
La mirada llorosa de Leah se condujo hasta el hombre a su lado. La garganta se le había hecho un nudo con sus confesiones, aunque tal vez ella le ponía mucho drama al asunto y no se trataba de lo que creía.
Iba a responder, cuándo un gruñido gutural no tan lejano, la cortó. Rick le hizo una seña a Woods y con cuidado se acercó a observar, notando a unos caminantes que se acercaban.

Eran demasiados para ellos dos.

Cogió la mano de la chica y se ocultaron en la oscuridad del bosque. La sostuvo contra un árbol y se mantuvo a escasos centímetros de ella, sólo para asegurarse de que todo estuviera bien. Aunque, se podría decir que estaba demasiado cerca, más de lo necesario. Tanto así, que Rick podía sentir la caliente respiración de la joven en su cuello, al ser de baja estatura.
Leah, si escuchaba con atención, oía los latidos acelerados del hombre.

El mayor de los Grimes, dejó de lado la carretera por la que se conducían los muertos entre pasos cortos y vagos, prácticamente arrastrando los pies en cada paso que daban. Ahora, haciéndole frente a la muchacha que tanto le había estado llamando la atención; ⏤Mírame...⏤

A duras penas, la joven obedeció. No era buena, con aquellos orbes tan celestes cómo el firmamento por las tardes, con aquella mirada devastada que destellaba vida, a pesar de estar muerto del sufrimiento, por dentro.
Él, acunó con cuidado sus mejillas sobre las palmas frías de sus manos, acariciando con sus dedos la piel de porcelana que había heredado la contraria. Con intensiones de demostrar su afecto, se aproximó a dejar un casto beso sobre la punta respingada de su nariz.
Pero Leah no soportó la tensión, y lo besó, de manera desesperada. Cómo si lo necesitara para llenar sus pulmones, aunque realmente perdía el aire en aquel acto.
Y a Rick le encantaba su forma de ser impredecible.

Sostuvo la nuca de la chica, intentando fundirse más en sus labios, conforme sentía el agarre apretado que ella enviaba a su cintura, abrazando cada fragmentos posible de ésta.

Finalmente, se separaron. Pero no duró demasiado, cuándo tuvieron el oxígeno suficiente en sus anatomías, que se volvieron a juntar entre besos. Insaciables, exigentes, malcriados. Y es que la manera en el que aquel acto les reparaba el alma, les reconstruía el corazón y llenaba los dolores sin cicatrizar, no tenía explicación alguna.

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𝗗𝗔𝗥𝗞𝗡𝗘𝗦𝗦┃RICK GRIMES.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora